La excelencia del Instituto de Astrofísica de Andalucía para acercarse al origen del Universo desde Granada

La excelencia es algo difícil de alcanzar y muy complicado de mantener. Es el objetivo diario del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), que trata de acercarse a los orígenes del Universo desde Granada, concretamente desde la Glorieta de la Astronomía. El centro ha participado en importantes descubrimientos de los últimos años y cuenta con el sello de excelencia Severo Ochoa. Sus investigadores abarcan múltiples disciplinas, un aspecto importante para el enriquecimiento de su labor y la posibilidad de colaborar con grandes proyectos internacionales.

La pasión de sus profesionales se puede identificar a través de Antxon Alberdi, director del Instituto de Astrofísica de Andalucía.  El responsable detalla que "trabajamos en el conocimiento del Universo desde lo más cercano" hasta la intención de "acercarnos lo más posible al origen" del mismo. En los últimos años, hemos estado presentes "en gran parte de los descubrimientos más importantes que se han realizado en astrofísica". Algunos de esos logros están relacionados con el descubrimiento de nuevos planetas o la obtención de las primeras imágenes de agujeros negros.

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"Por el medio hacemos un montón de estudios. Estamos estudiando cómo son los cuerpos menores que están en el sistema solar y que nos dan información sobre los componentes primigenios que han dado lugar a la formación del planeta, por ejemplo. También estudiamos cuál es la población de estrellas que están en nuestra galaxia", detalla Antxon Alberdi.

Dentro de sus labores también está la gestión de los observatorios de Sierra Nevada y Calar Alto. "Combinamos ciencia básica, interpretación de resultados y desarrollo instrumental para tener una visión lo más completa de todo lo que es nuestro Universo", resumen Alberdi.

Entre los proyectos internacionales en los que está implicado el instituto se encuentra el European Solar Telescope, que estudiará el Sol en detalle "como no se había hecho hasta ahora", o el Cherenkov Telescope Array Observatory, que observará el Universo "a muy altas energías".

"Un día a día" con destino a la NASA

Trabajar en el campo de la astronomía conlleva una exigencia elevada. "Una de las características de las misiones espaciales es que no puedes darle a un botón de reset", comenta con una sonrisa Miguel Abril, miembro de la Unidad de desarrollo instrumental y tecnológico. El ingeniero electrónico recuerda con cariño el lanzamiento de los primeros cohetes en la base de El Arenosillo en Huelva en los años 80. Aquellos orígenes han transcurrido hasta llegar a un "día a día" en el se trabaja en proyectos con la Agencia Espacial Europea o la NASA.

Miguel Abril recalca que "pasito a pasito nos hemos ido metiendo en este campo de la experimentación astronómica". La trayectoria del IAA-CSIC le ha llevado a elaborar instrumentos para misiones que alcanzan "prácticamente todos los cuerpos del Sistema Solar".

Aportaciones de un mundo "apasionante"

Carmen Pastor, ingeniera de software, participa en el desarrollo de sistemas espaciales. Su equipo se encuentra inmerso actualmente en el proyecto DUSTER, que investiga las propiedades de las partículas del polvo que se encuentra en la Luna y en otros entornos donde pueden ir misiones espaciales. "Es importante conocer las características de esas partículas para posteriormente poder construir tanto un sistema para limpieza como quizás sistemas de mantenimiento de los propios instrumentos", concreta Carmen Pastor.

La ingeniera también trabaja en la misión PLATO, que tendrá la capacidad de identificar y caracterizar planetas como la Tierra en la zona habitable de estrellas como el Sol. "Está construyéndose el último de los modelos que sería el instrumento" detalla. La profesional reconoce que en el fragor de la rutina "no te das cuenta de lo grande que es lo que estás trabajando y que tu aportación sirve para un desarrollo mucho más grande". "La verdad que es bastante apasionante este mundo", añade.

Estrellas y rayos gamma

El entusiasmo dentro del IAA-CSIC es algo que se detecta sin necesidad de instrumentos. Rainer Schödel, astrofísico observacional, tiene en el centro de la Vía Láctea su campo de investigación. "Estamos analizando las estructuras que hay, cuándo se formaron las estrellas, cómo se formaron las estrellas, cómo interactúan las estrellas y también la materia o el gas. Por ejemplo, el polvo con el agujero negro central", ilustra Rainer. Su implicación le empuja a ayudar en otras labores del instituto o a involucrarse con "investigadores de todo el mundo" para "convencer a la comunidad de que es importante hacer un sondeo del centro galáctico con el James Webb Space Telescope y también con el futuro Square Kilometre Array".

Formar parte de proyectos en este sector acostumbra a requerir vista larga y paso corto para alcanzar metas. Así lo sabe Rubén López-Coto, miembro del Departamento de Radioastronomía y Estructura Galáctica. El investigador está enrolado en el Cherenkov Telescope Array Observatory, "el futuro observatorio de rayos gamma de muy altas energías que va a haber en el mundo". "Va a estar compuesto de 13 telescopios en el hemisferio norte y 51 en el hemisferio sur", ahonda. Asimismo, explica que "buscamos probar los ambientes más extremos que hay en el Universo. Por ejemplo, las regiones cercanas a objetos tan violentos, tan extremos, como los agujeros negros o las estrellas de neutrones". "Con estas observaciones, también podemos hacer estudios de física fundamental", concluye.

La importancia del sello de excelencia Severo Ochoa

El Proyecto Severo Ochoa es una financiación que otorga el Ministerio de Ciencias e Innovación y Universidades a centros como unidad completa, que cumplen unos criterios de excelencia internacionales y que son referentes. Esta gran distinción se da a través de la Agencia Estatal de Investigación y supone "un salto cualitativo en la calidad de lo que se hace en el centro". Así lo explica Isabel Márquez, vicedirectora de Ciencia del IAA-CSIC y directora científica del Proyecto Severo Ochoa.

El centro logró este distintivo por primera vez en 2018 y su buen hacer le llevó a renovarlo en 2022 para un nuevo plazo de cuatro años. Este privilegio, que únicamente atesora el IAA-CSIC en Andalucía, está acompañado de "una decena o más de contratos predoctorales asociados a este proyecto". Isabel Márquez afirma que "hay sinergias y proyectos que no pueden hacerse de otra manera". La responsable desgrana que esta financiación "permite realizar actividades que fomentan que el centro se consolide como tal" a través de aunar el trabajo de de sus distintos grupos, lo que propicia un valioso enriquecimiento.

Compartir espacios con otras disciplinas siempre suma. Así lo valora Teresa Toscano, investigadora predoctoral que trabaja en un proyecto encargado de recopilar imágenes de numerosos telescopios para construir imágenes de agujeros negros. "Siempre hay alguien con quien compartir lo que haces, las cosas que te cuestan más o que te cuestan menos. Hay mucho flujo de información y de personas, que al final es lo mejor", manifiesta la joven. Además, celebra que el centro esté "lleno últimamente de gente muy joven" y "metidos en todo tipo de especialidades". "Nos enriquece mucho como institución", asegura. Que la pasión de sus compañeros más veteranos cale en Teresa Toscano es la mejor muestra de que el éxito del Instituto de Astrofísica de Andalucía no está sólo en sus resultados.