Exhibición artística de la mejor guitarra flamenca en las manos de Pedro Sierra

El intérprete renunció a la amplificación electrónica para ofrecer el sonido más puro

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Recital de Pedro Sierra en el Festival de la Guitarra | Foto: Gabinete
Gabinete
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La guitarra se hace sonar con las dos manos y se interpreta con el corazón. Ambas cosas son necesarias para lograr ofrecer un recital de máxima calidad. Pedro Sierra es además de un valor seguro. un músico sobresaliente, probablemente una de las apuestas más seguras que pueda elegir un programador. Sin embargo, actuar en Granada, patria de epicentro de la guitarra y en un festival al que acuden cada año los mejores del mundo, es un compromiso especial. Aquí, para triunfar posiblemente sea necesario encontrarse con el duende y hacerlo oír. Sierra, dotado de las cualidades necesarias para lograrlo, lo consiguió en el patio de la Casa de los Pisa.

Sonido sin electricidad

En primer lugar, hizo una apuesta arriesgada, casi inusual en el mundo del flamenco: tocar sin amplificación. Esto además conllevaba que no podía refugiarse en el conocido efecto artificial del rever que no deja de ser un elemento que distorsiona la realidad, al menos cuando se trata de hacer música con mayúsculas con elementos no eléctricos. Con su actuación demostró que cuando se dan las condiciones acústicas para poder ofrecer un espectáculo con estas características, el buen músico no necesita de estos apoyos tecnológicos.

El recital siguió un recorrido clásico, con el tradicional principio por granaínas, en este caso una composición de su pluma titulada Corral del Carbón, y terminó con una bulerías que tenían ecos de copla. La mano derecha parecía un prodigio, con toques que se pueden calificar como antológicos, sin temor a la exageración. Entre medias el embaucador sonido de la farruca o un vals flamenco llamado Platero y yo que también lleva su firma y una colosal soleá dedicada al público entre el que había grandes conocedores del arte de la guitarra flamenca, que no dudaron en tributar ovaciones que fueron creciendo conforme avanzó el programa.