Exhumación en Víznar: un último adiós a su bisabuelo 89 años después
Un equipo de científicos de la Universidad de Granada se encarga de entregar los restos de las víctimas y una bisnieta comparte su alegría ante este acontecimiento
"Hemos escuchado a Fran decir que habían identificado a dos personas más de las excavaciones que estaban haciendo y sabía que una de esas personas era mi bisabuelo". Así empieza Paula, una joven de 23 años, a contar la historia de su familia. El pasado viernes 14 de febrero, mientras que muchos disfrutaban del Día de San Valentín, un equipo de científicos encontraba en el Barranco de Víznar exhumando un esqueleto de una fosa. Desde 2021, han exhumado a 140 víctimas e identificado a cinco -dos de ellas recientemente- de las cuales uno era el bisabuelo de Paula.
Paula y su pareja alegraron la mañana de los investigadores. Los jóvenes se encontraban corriendo por la zona de Víznar -como regalo por el día de los enamorados- cuando se toparon con las dos carpas que resguardan las excavaciones de la zona, aunque no estaban allí de casualidad. El joven planeó este recorrido para sorprender a su novia quien, hace unos días, recibió una noticia informándole que habían encontrado los restos de su bisabuelo.
Paseando por el lugar, escucharon la conversación entre los profesionales y decidieron acercarse para agradecerles por su labor. "Es súper emocionante cuando nos llega alguien y nos dice que es familiar de una persona que hemos exhumado", comenta con una sonrisa el arqueólogo Félix Bizarro. Los científicos dejan de lado sus herramientas para abrazar a la joven y felicitarla por haber encontrado a su ser querido. Una marea de lágrimas y de sonrisas inundó el lugar, sobre todo cuando Paula decidió mostrarles un vídeo en el que se veía a su abuela -hija de la persona exhumada en Víznar- reaccionando a la noticia. No es para menos, es que "después de 89 años" como enfatiza la biznieta del exhumado, su abuela podrá reencontrarse con su padre.
El sueño de "toda una vida", encontrar a su bisabuelo
Paula comparte la historia de su familia con lágrimas en los ojos, pero feliz ante el reciente acontecimiento. Fue durante su clase de baile cuando recibió la tan esperada noticia a través del grupo de Whatsapp familiar. La Junta de Andalucía informó a su tía que habían identificado a un familiar suyo en el Barranco de Víznar: su bisabuelo que 'desapareció' hace 89 años. La hija del exhumado y abuela de la joven, realizó un test ADN y gracias a eso fue identificado. La mujer no recordaba haber hecho esa prueba ya que sufre de Alzheimer, pero sí que recuerda a su padre. En el vídeo que muestra la joven, la anciana se emociona al escuchar la noticia y enseguida abraza a sus familiares.
"La verdad es que la enfermedad le dejó un respiro", cuenta emocionada Paula mientras explica que "fue un momento precioso con toda la familia" a pesar de las lágrimas. La joven cuenta que, durante su infancia, poco había escuchado hablar de su bisabuelo. Le contaron "historietas o alguna cosilla corta", pero no le explicaron la historia al completo, aunque el tema se puso sobre la mesa en 2021, cuando iniciaron la primera de las cinco campaña de exhumaciones. Cuando se enteró de todo lo sucedido, Paula tomó el relevo de esta búsqueda ya que ella no iba a dejar que se olvidaran.
Entre risas comenta que rezaba, sin ser creyente, para que "la vida" le diera tiempo a su abuela para que pudiera encontrar a su padre y "llevarle un par de flores por todas las veces que no se las ha podido llevar estando bien", resume Paula. Continúa explicando que su abuela no llegó a conocer a su padre ya que 'desapareció' cuando apenas tenía unos meses. Cerca de un siglo después y toda una vida pensándolo, la anciana podrá enterrar a su padre, aunque Paula explica que, incluso si hubiera pasado menos tiempo, es un derecho poder enterrar a sus familiares.
Mira sonriendo al equipo de científicos agradeciéndoles de nuevo la gran labor que realizan y espera que "su suerte", la tengan también muchas familias. En estos momentos, se encuentran a la espera de recibir los restos para poder por fin darle una sepultura digna y que su abuela pueda visitarlo. Al final, para su familia, esto es un "sueño de toda la vida", encontrar a su bisabuelo.
"El país de las des-memorias"
El arqueólogo muestra a la joven el lugar exacto donde fue encontrado su bisabuelo bajo la mirada emocionada del sociólogo del equipo, Francisco de Asís Carrión. Entre sus diversas labores, el profesional tiene un rol importante entre los afectados ya que es el "intermediario entre el equipo técnico y las familias". Además de recoger sus testimonios, también trata con el colectivo de familiares de víctimas de la represión franquista y de la represión sublevada. Desde el inicio de las campañas, ha podido presenciar la entrega de los restos a varios familiares, siendo hace unos días el caso más reciente. El profesional explica que el sentimiento siempre es el mismo. "Una alegría inefable, indescriptible y al mismo tiempo, nerviosismo por seguir. Quedan muchas familias que tienen que pasar por ahí y ojalá que pasen las más que puedan", comenta Francisco.
Mientras tanto, debajo de la carpa instalada en la fosa se encuentra un equipo multidisciplinar que están examinando los restos de esta nueva víctima encontrada. La antropóloga forense Laura Gutiérrez explica que se trata de un trabajo minucioso en el que deben limpiar, extraer cada hueso y separarlo en bolsas para enviarlas al laboratorio. La profesional estima que en una hora extraerán a este individuo pero que el tiempo puede variar en función de varios factores como si hay otros cuerpos a su alrededor.
A unos metros de la fosa, en el Molino de la Venta, se encuentra una parte del laboratorio en el que se encuentra trabajando con los restos encontrados el responsable del proyecto Barranco de Víznar, lugar de Memoria, Francisco Carrión. Explica que una parte del trabajo de identificación se realiza en ese laboratorio en el que recaban datos como sexo, patologías, edad aproximada, causa de la muerte y cronología. El jefe del proyecto comenta que todavía es muy pronto para poder dar una estimación de los restos que se están exhumando.
Carrión comenta que, una vez su labor en esa parte del laboratorio finalizada, es el laboratorio de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada quien toma el relevo para ver si alguna muestra de ADN recogida concuerda con los restos encontrados. "Se cotejan esas dos muestras, la del ADN familiar más la del ADN de los restos óseos que se selecciona. Si hay más de un 90% de coincidencia en el cotejo se estaría muy cerca de la identificación de la persona". Aunque el responsable del proyecto expone una dura realidad: cada vez hay menos familiares directos ya que van falleciendo por la edad así que el porcentaje del muestreo se reduce en función de la proximidad del familiar.
Expone que el "mejor momento de su trabajo" es cuando entregan los restos a sus familiares ya que están "viendo la escena de un crimen, la tragedia de una persona o varias, cuando las fosas son múltiples, de lo que pasaron hasta llegar a ese momento y las causas de su muerte tan horribles". "Es lo que te gratifica, cuando dices toma aquí a tu hermano/a o a tu hijo/a", asegura. Aunque expone su inquietud ante el desconocimiento de la historia por parte de muchas personas. "Ese es el problema que tenemos en el país de las des-memorias, porque esto no han pasado tantos años", recalca el investigador.
Carrión termina explicando que se está organizando un mausoleo para enterrar a las víctimas que no han podido ser identificadas. "Ahora mismo, está en proyecto, ya lo tenemos, se ha presupuestado para el ejercicio que viene y se comenzará la obra para realizarlo, así que ese será el destino final de los restos que no hayan podido identificarse", asegura.
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