Un exiguo mercado de fichajes que genera dudas sobre la competitividad del Granada en Primera

Los movimientos del club rojiblanco este verano hacen presagiar que se necesita algo más, especialmente en la defensa, y se podría indagar en la lista de agentes libres

Granada CF Rayo Vallecano
Gerard Gumbau controla un balón en el encuentro ante el Rayo Vallecano | Foto: Antonio L. Juárez
Quique Briz Farran
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Tras el cierre del mercado de fichajes, el Granada mostró varios problemas ya con su plantilla confeccionada en el último encuentro de Liga ante la Real Sociedad, especialmente en la defensa. En su particular lista de la compra en el mercado figuraban quizás muchos más nombres que no llegaron a concretarse y el resultado final deja una plantilla que genera muchas dudas para estar a la altura de competir en Primera División, sobre todo en la parcela defensiva.

En el apartado de las altas, el Granada descorchó el tapón del mercado de fichajes con la cesión de Jesús Vallejo, un viejo conocido por la afición, para reforzar la zaga. Tras el aragonés vinieron Gumbau y Gonzalo Villar, dos perfiles para el centro del campo con experiencia en la máxima categoría. Los últimos en llegar fueron el lateral Manafá, aún sin debutar, el delantero Lucas Boyé, uno de los fichajes que más ilusión genera, y el joven Álvaro Fernández, que fue la última incorporación a escasos minutos de cerrar el mercado.

Antes de la llegada de todos esos nombres, los rojiblancos 'incorporaron' a Samu Omorodion, que subió del filial para luchar con el primer equipo, pero su ilusionante aparición se diluyó como un azucarillo en el café. Su marcha al Atlético de Madrid y posteriormente al Alavés (lo que conlleva que no solo lo pierda el Granada, sino que sume a un rival directo) sonó como una puñalada por la espalda para la afición y fue claramente la peor noticia del verano para los de Paco López. A la sensible baja del espigado delantero melillense se le suman las marchas de Jorge Molina, Quini, Rochina, Bodiger, Soro y Meseguer, sin contar los retornados de cesión Isma Ruiz, Antoñín, Dionkou y Pepe Sánchez, que volvieron a partir de Granada.

Es indiscutible que el Granada necesitaba una gran cantidad de incorporaciones dado el nivel que requiere competir en Primera División. Si bien la mayoría de los fichajes realizados son futbolistas con experiencia y rendimiento en la máxima categoría, el número de altas está por debajo de lo que se podía presuponer. Quizá el compás de espera inicial que generó la posible venta del club o las exigencias y situaciones del propio mercado acabaron por reducir la terna de hombres que se esperaba.

La portería era la demarcación más exenta de incorporar nuevas caras. La experiencia de Raúl Fernández, 'Zamora' en Segunda División la pasada temporada, se alternará con la presencia de André Ferreira, que ha demostrado estar a la altura cuando se le ha necesitado. Mientras, Adri López actuará de tercer portero e intercalará primer equipo con el filial, ante la marcha de Ángel Jiménez a la Ponferradina.

En la defensa es donde se refleja quizás más falta de nombres. El eje de la zaga solo ha visto la incorporación de Vallejo, lesionado en estos primeros compases ligueros. De esta forma, al Granada le ha tocado luchar en Primera con lo que tenía en Segunda en esta demarcación. En ambos laterales, mientras, la polivalencia hace que puedan jugar una gran retahíla de nombres (Víctor Díaz, Ricard, Vallejo y Manafá en el diestro y el propio portugués, Neva y Álvaro Fernández en el zurdo), si bien se echa en falta quizás alguna incorporación de garantías y con experiencia en Primera. Esto se vio reflejado en el último encuentro ante la Real Sociedad, donde el Granada dejó entrever una evidente fragilidad defensiva.

En el centro del campo, la lista de nombres queda en Gumbau, Sergio Ruiz, Gonzalo Villar y Petrović, con los dos primeros afincados de momento de la sala de máquinas rojiblanca. Con las dos incorporaciones realizadas, se queda quizás como la posición mejor cubierta y en la que puede llegar a jugar Melendo si es necesario, además de dar salida a jugadores que difícilmente iban a tener oportunidades como Bodiger o Meseguer.

La magia del Granada debe residir en tres cuartos de campo, donde Bryan Zaragoza está demostrando ser el futbolista más peligroso del equipo y está llamado a levantar a los granadinistas de su asiento. En esta parcela, donde el habilidoso malagueño está acompañado de Melendo, Puertas, Callejón y Perea -además de la posibilidad de que Uzuni juegue ahí-, la única incorporación ha sido la de Álvaro Fernández, joven apuesta procedente del Manchester United y que puede ocupar también la posición de extremo izquierdo.

Arriba, Lucas Boyé está llamado a acompañar a Uzuni en la misión de los goles. El argentino ya consiguió ver puerta en el aciago encuentro ante la Real Sociedad y se presupone como uno de los principales fichajes realizados por la dirección deportiva. Está por ver qué sucede con Famara Diédhiou y Shon Weissman, que en principio se les buscó salida durante este mercado y finalmente se quedan en Los Cármenes al no concretarse las operaciones. Ambos son opciones en la recámara de la delantera, si bien se esperaba la incorporación de otro nombre en ataque y la salida de ambos.

La puerta de los jugadores libres, todavía abierta

El cierre del mercado de fichajes siempre viene sucedido por el momento de los jugadores actualmente sin equipo, que se pueden contratar todavía. Una herramienta que puede ayudar a completar la plantilla y tapar las carencias que no se pudieron cubrir en el mercado. Algunos de los jugadores libres y con pasado en el fútbol español son Víctor Ruiz, defensa central que pasó por Villarreal o Real Betis, el centrocampista jienense Álvaro Aguado, Aleix Vidal, Shkodran Mustafi, el ex del Atlético de Madrid Joshua Guilavogui o el marroquí Zouhair Feddal.

Con todo, el mercado estival realizado por la dirección deportiva del Granada da la sensación de haber quedado con algún nombre pendiente que traer, algo que el todavía abierto mercado de jugadores libres puede ayudar a completar o, por lo menos, a tapar algún parche de las heridas abiertas que muestra el equipo. Solo el tiempo y los resultados dirán si este trabajo fue suficiente para mantener al equipo en la máxima categoría del fútbol español.