Una exposición en el Hospital Real permitirá conocer el pasado y el futuro de la Azucarera de San Isidro
'Azucarera San Isidro. Una historia con futuro' puede visitarse hasta el próximo 9 de abril en el Rectorado de la Universidad de Granada
La Azucarera de San Isidro se construyó en 1901 para producir azúcar. Una iniciativa que sirvió para dinamizar la industria en una zona anteriormente agrícola y convertir ese sector –el del azúcar– en uno de los de mayor impacto en la economía local. Algo más de un siglo después, y tras unos años de olvido, la Azucarera de San Isidro vuelve a convertirse en un lugar estratégico para la ciudad que la acoge gracias al proyecto de la Universidad de Granada que lo convertirá en un espacio cultural y de innovación e investigación especializado en sostenibilidad, nuevas tecnologías y otras ramas investigadoras. Por ello, la Universidad de Granada tiene especial interés en dar a conocer a la sociedad ese entorno. Y lo hace a través de una gran exposición, Azucarera San Isidro. Una historia con futuro, la muestra que recorre el pasado y el futuro de este magnífico espacio llamado a ser foco investigador y cultural de relevancia en la Granada del futuro.
Azucarera San Isidro. Una historia con futuro puede visitarse en el Crucero Bajo del Hospital Real desde este miércoles 25 de enero hasta el próximo 9 de abril. La muestra expone más de dos centenares de objetos que van desde la planimetría, con bellísimos planos originales de la azucarera, hasta fotografías, libros, cartelería, videos, maquetas, documentos de la empresa y numerosas piezas de patrimonio industrial de gran interés. Con todo ello, el visitante podrá recrear lo que fue ese espacio tan necesario para Granada hace 120 años pero, sobre todo, podrá hacerse una idea certera de qué va a ocurrir allí en las próximas décadas.
Pilar Aranda, rectora de la Universidad de Granada, ha recordado en la presentación de la muestra que la adquisición en diciembre de 2021 de este espacio, declarado Bien de Interés Cultural (BIC), es "una inversión de futuro" que nos permitirá elaborar un proyecto "que gire en torno a la investigación, formación e innovación en sostenibilidad y nuevas tecnologías". Será un proyecto, ha adelantado, cofinanciado con fondos europeos y nacionales de los que ya se cuenta con ocho millones para los próximos años. Víctor Medina, vicerrector de Extensión Universitaria y Patrimonio, ha explicado que la adquisición de este BIC es un paso más en la tarea de “protección y difusión del patrimonio, en este caso industrial" y, sin duda, de colaboración con la ciudad. "Lo que fue invocación, conocimiento e investigación hace más de un siglo volverá a serlo gracias a la intervención de la Universidad de Granada".
En la presentación de este miércoles han intervenido también los comisarios de la muestra, Juan Domingo Santos, María Luisa Bellido y Javier Piñar, del equipo curatorial que completa Víctor Medina. Juan Domingo Santos ha recordado que la restauración de la Azucarera y la puesta en marcha del proyecto universitario es "la construcción del mañana. Este es, sin duda, un gran proyecto de ciudad", ha concluido. Piñar ha hecho un repaso a la historia del azúcar en la ciudad y de este entorno en concreto recordando que "en su día marcó el camino a la modernidad y ahora lo vuelve a hacer". Finalmente, María Luisa Bellido ha dicho que la muestra se verá complementada por un ciclo de conferencias, visitas guiadas y diversos talleres educativos.
La Consejería de Fomento, Articulación del Territorio y Vivienda, por su parte, financia con casi 40.000 euros el proyecto de investigación que definirá el futuro de este espacio. Marifrán Carazo, su titular, ha subrayado que esta exposición va a recordar a los granadinos la importancia que la Azucarera en la economía y la transformación urbanística de Granada y dará algunas claves del proyecto que permitirá que este complejo "resurja de sus cenizas para convertirse en un foco de investigación, emprendimiento y cultura".
El alcalde de Granada, Paco Cuenca, considera este un "proyecto transformador" del futuro de la ciudad a partir de un recurso patrimonial con una larga historia que ahora se dotará para convertirse en un espacio dedicado a la investigación, a la transferencia de conocimiento y a la cultura, “en consonancia con el ecosistema científico que se está construyendo en Granada gracias a la apuesta común por ello de todas las instituciones”. Para Cuenca hoy es un día muy importante para la ciudad porque "todos juntos somos capaces de lograr desbloquear grandes proyectos para Granada y para su futuro", ha apuntado.
Secciones de la exposición
La exposición se ha estructurado en cuatro secciones a lo largo del crucero del Hospital Real. La primera sección lleva por título Una mirada a la historia: el ciclo azucarero contemporáneo en Granada y refleja cómo, a partir de 1882, la Vega de Granada sumó a su tradicional vocación agraria la dinámica propia de un territorio industrial, con nuevas factorías azucareras, destilerías, talleres de fundición y construcciones mecánicas, telares o fábricas de abonos. Muchas de esas nuevas instalaciones surgieron en estrecha asociación con el cultivo de la remolacha, que impulsó desde entonces una fructífera alianza agroindustrial, convirtiendo al azúcar en el sector más dinámico de la economía provincial. El sector creció durante décadas hasta experimentar un declive que concluyó en 1984 con la erradicación de la remolacha en sus vegas interiores y en 2006 con el cierre de la última azucarera de caña.
La segunda sección está dedicada al Ingenio de San Juan y la Azucarera San Isidro. Esta parcela industrial engloba actualmente en un mismo recinto las dos instalaciones más significativas del orto y el ocaso del ciclo azucarero de la Vega de Granada: el Ingenio de San Juan, primero en abrir (1882) y la Azucarera de San Isidro, última en cerrar (1984). Si el primero fue la obra de un visionario como Juan López Rubio, San Isidro ha de encuadrarse en aquella generación de factorías que enlazaron más hábilmente los intereses agrarios e industriales, optando por una fórmula cooperativa y por mantener su independencia frente a los grandes grupos empresariales azucareros. El conjunto se encuentra actualmente catalogado como Bien de Interés Cultural, lo que garantiza su pervivencia y un uso futuro que preserve la memoria de lo que fue en su día y continúa siendo hoy un emblema de la industrialización azucarera granadina.
La tercera sección es San Isidro: un espacio industrial. A lo largo de sus más de 80 años de actividad, la maquinaria, construcciones y espacios anexos requeridos para la producción de azúcar experimentaron un continuado proceso de ampliación y modernización, conforme se diversificaban las actividades y productos (azúcar, alcohol, pulpas) y se incrementaba su potencia productiva, de tal modo que el aspecto actual del conjunto es resultado de tres grandes impulsos constructivos, que desdibujaron las proporciones y contorno de la factoría originaria, construida en 1901, mediante sucesivos adosamientos. La incorporación de la destilería, el secadero de pulpas y la electrificación (1930) constituyen los hitos más destacados de esta modernización.
La última sección lleva por título La Azucarera de San Isidro. Espacio de oportunidades y presenta los trabajos en curso para la recuperación del recinto azucarero a través de un máster plan que relaciona patrimonio, paisaje, innovación tecnológica y cultura conforme a los valores patrimoniales de este lugar.
Dibujos, maquetas, vídeos y detalles de fragmentos a distintas escalas muestran la organización global del recinto convertido en un campus de investigación e innovación sobre el medio ambiente y la biodiversidad con programas de extensión universitaria y la creación de un parque ecológico y paisajístico conectado con la red de parques metropolitanos de la ciudad. La documentación expuesta forma parte del proyecto de investigación Azucarera de San Isidro. Recuperación de un Bien de Interés Cultural para desarrollo de una ciudad sostenible de la Universidad de Granada, subvencionado por la Junta de Andalucía.