Facua Andalucía pide a la Junta que informe de los jamones y productos cárnicos retirados del mercado
El Seprona ha detectado gusanos, moho y altos niveles de insecticida en estos alimentos, algunos de los cuales hacían pasar por pata negra tiñéndolos con carbón
FACUA Andalucía ha elevado instancias a la Consejería de Salud y Consumo y a la de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural para reclamar que, en coordinación con el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), faciliten información útil a los consumidores relacionada con el entramado que comercializaba falsos jamones de pata negra y productos ibéricos almacenados en la provincia de Sevilla sin controles y registros sanitarios.
La asociación ha instado a las autoridades autonómicas que, con independencia de las actuaciones judiciales que se encuentren abiertas en estos momentos, faciliten información que permita a los consumidores identificar si han adquirido alguno de los productos supuestamente ibéricos interceptados por la Guardia Civil en un almacén.
Así, FACUA Andalucía solicita detalles sobre la marca o las marcas involucradas con esta trama, proveedores, números de lote si los hubiera, establecimientos donde estuvieron a la venta, así como cualquier otra información de servicio que permita a la ciudadanía conocer si han adquirido, y deben evitar consumir, alguna de estas falsas paletas, jamones y chacinas ibéricas que carecían de los preceptivos controles y registros sanitarios.
Según lo publicado por el diario El Confidencial, en una nave los responsables falsificaban certificados y documentación para dar salida en el mercado, a precios altos, a los productos derivados del cerdo supuestamente de una calidad superior o "pata negra" que, tal y como verificaron los agentes durante la inspección, se trataba de un engaño para obtener una mayor rentabilidad.
Además, el entramado pudo puso en riesgo la salud pública. La asociación ha recordado que, conforme a lo publicado por El Confidencial, el Seprona en la inspección destapó las condiciones deplorables de los alimentos intervenidos en este almacén de la provincia de Sevilla con "gusanos" y "totalmente cubiertos de moho".
A estos extremos se une que los agentes verificaron la falta de registro de entrada y de salida de los productos, así como de control en la trazabilidad o las modificaciones que realizaban a las etiquetas de los lotes de 2019, a los que habían puesto 2030 como fecha de consumo preferente para darles salida en el mercado.
El relato que ha trascendido a los medios detalla que el entramado seguía un esquema según el cuál realizaban el fraude con los productos alimenticios abriendo una nave y empezando a trabajar en ella hasta que se producía una inspección de Sanidad, solicitaban unos días de margen para recopilar la documentación, y a la vuelta de los inspectores ya se habían marchado a otro lugar, donde reproducían el mismo procedimiento una y otra vez.
El empresario cabecilla de este entramado, según recoge el periódico El Confidencial, es apodado el Bertín Osborne de los jamones, y enfrenta posibles delitos contra la propiedad industrial, estafa, contra la salud pública y falsedad documental. El entramado cuenta con ramificaciones en las provincias de Cáceres, Valencia, Salamanca y Madrid, según las mismas fuentes, con empresas que serían víctimas del fraude o que están siendo investigadas como cómplices.