FACUA Granada reclama más dialogo ciudadano para los cambios futuros en la movilidad urbana
FACUA Granada lamenta que la falta de capacidad del área de Movilidad le cueste tiempo y dinero a todos los granadinos | Las nuevas líneas y la improvisación continua del Ayuntamiento certifican el descontrol en la reestructuración del transporte urbano
En la mañana de ayer la responsable de la movilidad municipal, Telesfora Ruiz, presento ante los medios tres nuevas líneas de largo recorrido que van a cubrir las conexiones entre Zaidín y Chana y Zaidín y zona Norte eliminando algunas de las líneas ya existentes. Líneas que se incorporan al sistema de transporte cuatro meses después de su puesta en marcha, a pesar de que tanto los propios estudios realizados por Movilidad, como los propios usuarios venían reclamando las mismas desde el minuto cero de implantación del nuevo sistema de transporte urbano y a que desde Movilidad se ha insistido de forma notable en que no hacían falta.
Esta medida no es la primera, ni la última, que el ayuntamiento de Granada improvisa en lo que se refiere a la movilidad. Una improvisación que ha acompañado el desarrollo del nuevo mapa de transporte urbano, más allá de los lógicos cambios que deben realizarse a la hora de adaptar la ciudad y la red de transporte a un sistema nuevo como el actual. Unos cambios que siguen produciéndose a diario para enmendar un sistema que, tal como FACUA Granada denunció en su momento, al igual que han hecho otros muchos colectivos ciudadanos, presentaba graves problemas de diseño en su concepción inicial que acabarían por colapsar el sistema a la vuelta del verano, tal como ha ocurrido finalmente.
Por eso desde FACUA Granada se lamenta que la falta de capacidad para gestionar la situación por parte de Movilidad le siga costando tiempo y dinero a los ciudadanos. Tiempo en realizar transbordos y en esperar a las famosas líneas de barrio o a que pase un LAC con sitio para subirse; y dinero a la hora de buscar alternativas al transporte urbano que les permitan llegar a tiempo allí donde van y al elevado coste que toda la implantación del LAC y del nuevo sistema está suponiendo para el ayuntamiento. Sin olvidar que la actual fuga de usuarios de transporte urbano está agravando aun mas esos costes por culpa de la caída en los ingresos.
Sobre esta cuestión Luis Romero, presidente de FACUA Granada, indica que “la idea principal del nuevo sistema era disponer de un sistema más rápido, más limpio y más económico para los ciudadanos. Lo que Movilidad está ofreciendo actualmente no ha hecho más que alargar el tiempo de recorrido de todos los usuarios, a pesar de los parches. Tampoco supone un sistema más limpio, salvo en zonas puntuales, ya que el kilometraje de los autobuses urbanos, muchos de ellos antiguos y sin el mantenimiento debido, no solo se ha reducido sino que se ha incrementado. Y tampoco es más barato ya que al coste de los nuevos vehículos, de las obras que hoy día se siguen haciendo y de todos los ajustes y demás gastos causados por la improvisación continua han disparado el gasto hasta el punto de que el ayuntamiento desmonte Emuvysa para seguir arrojando dinero al agujero negro en que se ha convertido el transporte urbano de Granada. Entonces, si no es más barato, más limpio o más rápido ¿para qué tanto cambio?”
Y es que desde que se implantó el nuevo sistema los usuarios han sufrido todo tipo de inconvenientes a la hora de moverse en autobús por la ciudad: incremento en el tiempo de los desplazamientos, largas esperas en las líneas de barrio, masificación en varias líneas y una notable incomodidad en los desplazamientos. Problemas que afectan a todos los usuarios pero especialmente a colectivos como personas mayores, discapacitados o familias, que por sus circunstancias sufren aun más las consecuencias de este mal funcionamiento del transporte urbano de la ciudad.
Otra cuestión que FACUA Granada denuncia es el doble juego de la concejala de Movilidad en lo que a la participación ciudadana se refiere. Por una parte siempre ha defendido que el sistema ha estado consensuado con todas las partes implicadas, y posteriormente, a la hora de presentar los cambios, insiste de nuevo en dicha participación. Dicho de otro modo, según se desprende de las palabras de la concejala, los ciudadanos dicen una cosa y también la contraria. Algo que carece toda lógica, más si consideramos la enconada protesta ciudadana que la reforma del transporte urbano ha provocado entre todo tipo de colectivos, no solo vecinales, sino en organizaciones de todo tipo.
A este respecto desde FACUA Granada se va a solicitar información al ayuntamiento en relación al funcionamiento del Consejo Municipal de la Movilidad de la ciudad de Granada, ya que a la vista de todo lo ocurrido es evidente que o bien no ha sido convocado debidamente o su composición no está debidamente alineada con la ciudadanía de Granada. “Si realmente este Consejo Municipal de Movilidad hubiera funcionado debidamente, y la puesta en marcha del nuevo sistema de transporte urbano hubiera sido estudiado debidamente por el mismo, se habrían podido detectar muchos de los fallos que actualmente se están corrigiendo de manera improvisada. Sin embargo extraña el escaso peso de los colectivos ciudadanos en este órgano, fruto del miedo del Ayuntamiento a apostar por la participación social en sus decisiones” añade Romero.
Esta cuestión no es trivial ya que el nuevo sistema de transporte solo es una pieza de lo que debe ser la futura planificación integral de la movilidad de la ciudad de Granada. Una movilidad donde también debe integrarse el metro, una vez que empiece a funcionar, el taxi, la bicicleta y otras iniciativas que mejoran la compleja movilidad de Granada, por lo que disponer de un Consejo de Movilidad a pleno rendimiento es clave para que los granadinos puedan tener una movilidad adecuada de una vez por todas.