Familias y sindicatos denuncian la falta de personal para educación especial en Granada
"La privatización del servicio de atención al alumnado con necesidades especiales ha hecho que se externalice este trabajo", denuncian desde CCOO
Paco es un pequeño de seis años diagnosticado con un Trastorno del Espectro Autista. Tanto él como sus cinco compañeros de clase con necesidades especiales necesitan el apoyo y la ayuda de un Personal Técnico de Integración Social o, como es conocido comúnmente, PTIS.
Los PTIS desempeñan una función vital dentro de un centro educativo. Su labor se basa en atender a aquel alumnado que requiera de un apoyo educativo, aunque también realizan una labor asistencial. El problema surge cuando este trabajo tan importante y esencial para algunos niños se ve reducido a solo unas pocas horas.
“La privatización del servicio de atención al alumnado con necesidades especiales ha hecho que se externalice este trabajo y en lugar de contratar al personal para toda la jornada lectiva los contratan solo para unas horas, normalmente de 10:00 a 13:00 horas, por lo tanto estos alumnos pasan a estar desatendidos las horas que no están los PTIS”, explica Mercedes González, responsable de enseñanza de CCOO Granada.
La dirección de los centros educativos es la encargada de realizar un diagnóstico para conocer cuántos alumnos con necesidades especiales hay en sus aulas. Una vez conocido, el equipo provincial de coordinación estudia los informes y lo eleva a la Consejería de Educación, último encargado de evaluar los informes y conceder los recursos necesarios para atender a este alumnado. Sin embargo, la realidad es muy distinta a lo que se plantea sobre el papel y es que, por mucho que los centros o los propios padres lo soliciten, el personal y las horas a trabajar no aumentan.
Este es el caso de otro pequeño de Granada, diagnosticado con TDAH y una discapacidad del 33% desde los tres años. Su madre, Judith, ha recogido firmas para que el PTIS que hay en su colegio pueda estar durante toda la jornada lectiva, pero el resultado a sido nulo. "Desde que tiene tres años lo estoy pidiendo. Cuando mi hijo entró al colegio no teníamos ningún tipo de apoyo y yo tenía que estar pendiente del teléfono para ir a cambiarle el pañal porque no había nadie que pudiese cambiárselo. Hemos llevado firmas a la Consejería de Educación, pero ya con el curso acabado no hemos recibido ni una llamada".
En la misma situación se encuentra Mónica, la mamá del pequeño Paco que comparte aula con el hijo de Judith. Mónica se muestra encantada con el trabajo de Teresa, la PTIS que se encuentra en su centro, de hecho, reconoce que su hijo ha mejorado mucho desde que tiene este apoyo. "El niño hasta come más. Él tenía un problema con las texturas y los olores, éramos incapaces de que comiese algo que no estuviese triturado, pero desde que llegó ella ha avanzado muchísimo. Teresa trabaja con ellos día tras día y los enseña a que sean lo más independientes posible dentro de sus capacidades".
Ambas aseguran que el trabajo de los PTIS es fundamental para que sus hijos reciban una educación digna y en igualdad de condiciones con el resto de sus compañeros, pero apuntan que su gran preocupación reside en el próximo curso. "Ya pasan a primaria y no tienen un PTIS asignado. Mi hijo no es independiente al 100%, no solo en el sentido educacional, sino también en las necesidades básicas. Necesitan que lo lleven al baño, tiene problemas de atención y hay que estar siempre pendiente de él. Para primaria, sino está esta persona tendrá que acudir el encargado del aula específica, lo que conlleva que deje a otros niños solos para atender al mío y tampoco es justo", explica Judith.
Aunque estos solo son dos casos, la realidad es que en Granada más de 50 centros educativos sufren esta falta de personal, entre ellos, colegios de Motril, Baza, Cuevas del Campo, Valle del Zalabí, Lobres (Salobreña) o Alomartes (Íllora); tal y como denunciaba días atrás el PSOE. Desde CCOO Granada, Mercedes González apunta que, además de ampliar a jornada completa a estos trabajadores, "en los presupuestos se debería tener contempladas las circunstancias que se pueden dar a lo largo del curso. Si un niño necesita un PTIS en marzo, es en marzo y no para el curso siguiente".
Esta falta de atención hacia el alumnado con necesidades específicas no solo afecta a un número reducido de niños, sino que el resto de la clase también sufre las consecuencias de los recortes en un área tan vital como la educación. "Las horas que este personal no se encuentra en el centro, son los propios maestros los que tienen que atender a los pequeños con necesidades especiales, por lo tanto tienen que dejar desatendidos al resto de niños. No se pueden dividir más".