Fármacos contra el colesterol pueden combatir enfermedades infecciosas
Los hallazgos dan una idea de los mecanismos que rigen la susceptibilidad humana a las enfermedades infecciosas
Las estatinas que has estado tomando para reducir el riesgo de ataque cardiaco o accidente cerebrovascular puede un día hacer una doble función, proporcionando protección contra toda una serie de enfermedades infecciosas, incluyendo fiebre tifoidea, clamidia y malaria.
Científicos de la Universidad de Duke, en Durham, Carolina del Norte, Estados Unidos, han descubierto recientemente que una variante genética que afecta a los niveles de colesterol podría aumentar el riesgo de contraer fiebre tifoidea. También mostraron que un fármaco común para bajar el colesterol (ezetimiba) podría proteger al pez cebra contra la 'Salmonella Typhi', que provoca una fuerte infección.
Los hallazgos, que se detallan en un artículo publicado este lunes en 'Proceedings of the National Academy of Sciences', dan una idea de los mecanismos que rigen la susceptibilidad humana a las enfermedades infecciosas. También apuntan a posibles vías para proteger a aquellos que son más vulnerables a patógenos como la bacteria Salmonella, que secuestran el colesterol para infectar las células huésped.
"Éste es sólo el primer paso --afirma el autor principal del estudio y profesor asistente de Genética Molecular y Microbiología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Duke, Dennis C. Ko,--. Tenemos que probar este enfoque en diferentes organismos modelo, como los ratones, y probablemente con diferentes patógenos, antes de que podamos considerar la adopción de esta en la clínica. Lo que es tan emocionante es que nuestro estudio proporciona un plan para combinar diferentes técnicas para entender por qué algunas personas son más susceptibles a las enfermedades que otras y qué se puede hacer al respecto".
A finales del siglo pasado, la inmigrante irlandesa Mary Mallon ganó el nombre de "Tifóide María" después de que enfermó a más de 50 personas en la ciudad de Nueva York. Mallon aparentemente era inmune a las bacterias que llevaba y muchas personas que entraron en contacto con el patógeno nunca contrajeron la enfermedad. ¿Qué los hizo diferentes?
Ko ha estado intrigado con esta cuestión, pero tratar de explicar las diferencias entre las personas cuando se trata de la susceptibilidad a enfermedades infecciosas puede ser difícil: no siempre se puede saber si alguien se mantiene sano debido a su constitución genética o falta de exposición e incluso cuando todo el mundo ha estado expuesto, son innumerables otros factores ambientales que entran en juego.
UN SOLO NUCLEÓTIDO, ASOCIADO CON NIVEL DE INVASIÓN BACTERIANA
Así que en lugar de dejar que el mundo real ejecute el experimento, Ko y su equipo utilizaron cientos de líneas celulares de voluntarios humanos sanos y los expusieron a la misma dosis exacta de 'Salmonella Typhi', que había sido señalizada con un marcador fluorescente verde. A continuación, buscaron las diferencias genéticas que distinguen las células que tenían mayores tasas de invasión bacteriana de las que no las tenían.
Los investigadores encontraron que un solo nucleótido de ADN en un gen llamado VAC14 se asoció con el nivel de invasión bacteriana en las células. Cuando bloquearon el gen, las células fueron invadidas más fácilmente y más células brillaron intensamente con las bacterias verdes. También descubrieron inesperadamente que aquellas células más susceptibles presentaban niveles más altos de colesterol, un componente esencial de las membranas celulares a las que se une 'Salmonella' para invadir células huésped.
Ko quería ver si esta diferencia genética era relevante para la población humana. Al mirar a través de la literatura científica, decidió llegar a una investigadora que trabaja en Vietnam, la doctora. Sarah Dunstan, que había estado estudiando la fiebre tifoidea en ese país. Cuando Dunstan probó ADN de sujetos en un grupo de mil vietnamitas, la mitad de los cuales tenía fiebre tifoidea y la mitad de los cuales no estaban infectados, descubrió que la variante del gen VAC14 se vinculaba con un riesgo moderadamente elevado de fiebre tifoidea.
El siguiente paso fue investigar si había una manera de corregir esa susceptibilidad. "Descubrir el mecanismo fue importante porque mucha gente está tomando fármacos para bajar el colesterol, especialmente las estatinas para el colesterol alto --dice Ko--. Nos preguntamos si podrían administrarse medicamentos similares para reducir el riesgo de infección por 'Salmonella".
La estudiante graduada en el laboratorio de Ko y autora principal del estudio, Mónica Álvarez, tenía alguna experiencia trabajando con el pez cebra, así que decidieron comenzar allí. Esta investigadora añadió un fármaco para reducir el colesterol (ezetimibe) a su agua y luego inyectó en el pescado 'Salmonella Typhi', descubriendo que los animales tenían más probabilidades de eliminar las bacterias fuera de su sistema y sobrevivir.
Ahora, los autores planean realizar experimentos similares en ratones y posiblemente intentar estudios retrospectivos en seres humanos que ya están tomando medicamentos para reducir el colesterol. El objetivo será explorar si el enfoque puede proteger contra otras enfermedades infecciosas y ya han examinado otros patógenos que se sabe que dependen de colesterol en algún momento durante la infección.
"Nuestro enfoque genético humano basado en células es una forma de conectar la biología celular con la enfermedad humana --subraya Ko--. Al descubrir el mecanismo, es posible descubrir posibles estrategias terapéuticas que no imaginamos cuando sólo miramos el gen".