Fase Retama y la Ermita de San Torcuato fueron protagonistas con el programa Pasea Guadix

La transcendencia histórica del paraje rural y su santuario fueron el centro de atención cultural este fin de semana en el municipio

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La actividad se hizo en colaboración con el Centro de Estudios Pedro Suárez y la Delegación de Cultura y Memoria Histórica y Democrática de la Diputación de Granada | Foto: Ayuntamiento de Guadix
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Este sábado 7 se celebró una nueva sesión del programa Pasea Guadix, puesto en marcha por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Guadix, representada por Encarni Pérez, en colaboración con el Centro de Estudios Pedro Suárez y la Delegación de Cultura y Memoria Histórica y Democrática de la Diputación de Granada. La ruta guiada por Manuel Amezcua Morillas se desarrolló por el paraje singular de Face Retama, donde está ubicada la Ermita de San Torcuato.

La tradición hispánica, que recogen los calendarios mozárabes, considera a Torcuato como uno de los siete discípulos del apóstol Santiago, enviados por san Pedro y san Pablo a evangelizar España. A través de este varón apostólico se habría promovido la cristianización desde el entorno de Acci, liderando la primera comunidad cristiana de la Península Ibérica. Recuperada su devoción en el siglo XVI, en esta sesión de Pasea Guadix se expuso un recorrido histórico, artístico y espiritual visitando la ermita y hospedería del santuario de Face Retama.

Las personas asistentes, entre los que se encontraba la concejala de Cultura, Encarni Pérez, pudieron retroceder en el tiempo gracias a las explicaciones del experto para conocer las curiosidades históricas de este emblemático lugar, visitar la ermita con el olivo sagrado o el aljibe que proporcionaba agua al santuario.

"La tarde se alío con la curiosidad de las personas asistentes para disfrutar de un encuentro con la historia que aglutina la importancia de un cruce de caminos que da lugar a un lugar sagrado de peregrinaje religioso. Cuna de la cristiandad comarcal extendida mas allá de sus fronteras y que imprime a este paraje rupestre un aire de religiosidad que se extrapola a lo largo de los siglos. Didáctica y amena la intervención de Manuel Amezcua que siempre sabe a poco y consigue saciar la curiosidad de las personas asistentes sin decaer en ningún momento el interés por seguir aprendiendo. Cultura y religiosidad se unieron para conformar una magnífica tarde de conocimiento de nuestro territorio y sus tradiciones", concluye la concejala.