Felipe VI visita la base aérea de Armilla por primera vez desde que es rey
El monarca regresa al lugar donde se formó como piloto de helicóptero en 1996 y se reencuentra con antiguos mandos de su unidad
El rey de España, Felipe VI, ha visitado esta mañana la base aérea de Armilla, un lugar que no le es en absoluto desconocido porque allí se formó como piloto de helicóptero en el año 1996. Sin embargo, es la primera vez que ha vuelto a las instalaciones militares desde que accedió a la Jefatura del Estado en el año 2014.
Con puntualidad absoluta, a las 10,30 de la mañana, el monarca lentró en el hangar donde la escuadrilla de honores de la base le esperaba. Estaba previsto que llegara allí en helicóptero, tras aterrizar en el aeropuerto de Granada, pero las condiciones meteorológicas lo desaconsejaron y lo hizo en coche oficial.
Ya en el hangar, la escuadrilla tocó el himno de España y el rey pasó revista y saludó a los mandos militares. A su lado, siempre, estuvo Javier Salto Martínez-Avial, jefe del Estado Mayor del Aire.
Tras el recibimiento, pasó al edificio principal, donde le explicaron (más bien recordaron) la historia de la base de Armilla, inaugurada el 21 de junio de 1922 como aeródromo militar y, en la actualidad, un complejo que abarca 800 hectáreas de cinco municipios diferentes.
En la actualidad, la base alberga la escuela de helicópteros de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, donde se forman pilotos y helicópteros de toda España. Algunas unidades son bastante conocidas y admiradas en Granada por sus tareas de rescate en la nieve, como la Unidad Militar de Emergencia. "Formamos aviadores, formamos héroes", se subraya en un momento del vídeo con el que terminó la sesión divulgativa .
La siguiente parada fue en la sala de motores, que además de servir como museo donde se exponen piezas de diversas épocas de la aviación, se dan las clases teóricas para los mecánicos.
Posteriormente, el rey mantuvo una charla con los alumnos, recordó sus viejos tiempos como alumno manejando un simulador de vuelo y, por último, se trasladó a un enorme hangar donde le enseñaron con todo lujo de detalles dos modelos de helicóptero que acumulan más de 50.000 horas de vuelo, el Colibrí de la patrulla Aspa y el Sikorskys del Servicio Aéreo de Rescate.
Como era previsible, allí abundaron las fotos del monarca con los mecánicos, pilotos y demás especialistas. La visita, según las previsiones, debía finalizar con una recepción a las autoridades civiles, aunque la Casa Real y el Ministerio de Defensa no consideraron conveniente darle cobertura mediática a este acto por si la cercanía de las elecciones generales pudiera tener un efecto no deseado. Oficialmente, el rey no puede defender públicamente ninguna opción política.