Fiesta de la gimnasia rítmica en Granada

En las entrañas del Palacio de los Deportes de Granada, un grupo de niñas de unos 12 años, vestidas y maquilladas para la ocasión, realiza estiramientos a falta de pocos minutos para salir a competir. En sus gestos y en sus ojos se refleja la tensión del momento, los nervios previos a una competición que muchas de ellas no olvidarán jamás.

Sobre las paredes del recinto, retumba la música de las chicas que ya están soltando los nervios a base de piruetas, saltos, giros y ejercicios de habilidad con pelotas o aros. Mientras, las niñas continúan estirando sus pequeños cuerpos a la vez que escuchan, asintiendo de forma autómata, las últimas instrucciones de sus entrenadoras.

Por fin, llega el momento de competir: Después de meses de duro entrenamiento, el equipo tendrá dos minutos y medio para demostrarle al jurado de lo que es capaz. Suena la música: La melodía, conocida por los más de mil espectadores, entre padres, compañeras, entrenadoras y aficionados, que pueblan la grada, es acompañada por palmas y coros mientras comienza el ejercicio.

Aros arriba, primeras complicaciones resueltas con soltura. Los nervios parecen haberse quedado a las puertas del recinto de competición. Las entrenadoras se mueven nerviosas desde la zona técnica e indican cada uno de los movimientos sin que sus alumnas puedan hacerles demasiado caso.

Los 150 segundos transcurren con lentitud, pero sin errores. El ejercicio ha sido un éxito. Ellas lo saben, sus entrenadoras también. El público lo reconoce mientras el jurado medita. El trabajo, esta vez, ha dado sus frutos.

Decenas de conjuntos han vivido y vivirán durante este fin de semana las mismas sensaciones en el Campeonato de España de Gimnasia Rítmica. Algunas no tendrán tanta suerte, otras alcanzarán una mayor excelencia. Todas, sobre todo las más pequeñas, disfrutarán de un deporte que ha convertido el Palacio de los Deportes en una fiesta.