La Filarmónica de Viena debuta en el Festival de Granada
La jornada cuenta también con Quiroga, uno de los cuartetos de cuerda más internacionales de la música española
Día grande del Festival este domingo por la primera visita a Granada de la Orquesta Filarmónica de Viena, una de las pocas grandes centurias internacionales que no había pisado aún las tablas del Palacio de Carlos V. La mítica formación austriaca lo hará al fin en el verano recién estrenado de la mano de un joven director suizo, Lorenzo Viotti, que a sus poco más de 30 años es ya asiduo de los podios más importantes del mundo. En programa una pieza muy conocida, el Capricho español de Rimski-Kórsakov, un clásico que no pasa de moda por la frescura y el colorido vigoroso de sus melodías y sus ritmos. A su lado, el poema sinfónico La isla de los muertos de Rajmáninov, que, aunque sin contarse entre sus partituras más famosas, fue siempre preferida del compositor, que la estrenó en 1909 y la retocó en 1930. Tampoco es la Séptima la más popular de las sinfonías de Dvořák, pero la obra tiene suficientes méritos como para competir con Octava y Novena ante el gran público. Es una de sus obras más maduras y profundas. En Granada tendrá una oportunidad extraordinaria de hacerlo. El concierto cuenta con el patrocinio del Patronato de la Alhambra y Generalife.
Por la mañana, como gran preludio a la actuación de los vieneses, uno de los cuartetos de cuerda más internacionales de la música española, Quiroga, que se llama así en homenaje a un extraordinario violinista gallego, Manuel Quiroga Losada. Se presenta el conjunto en el Monasterio de San Jerónimo con una obra de Haydn también estrechamente vinculada a España. Y es que a mediados de los años 1780, Haydn, que era el más célebre compositor de la Europa del momento, recibió un sorprendente encargo de un clérigo gaditano: le pedía una obra para la Devoción de las Tres Horas que cada Viernes Santo se celebraba en el Oratorio de la Santa Cueva de Cádiz y en la que se leían las últimas palabras de Cristo crucificado. En 1787 Haydn envió finalmente su partitura, una composición orquestal de siete adagios, precedidos por una Introducción en re menor (también en tempo lento) y cerrada por un movimiento en Presto y dramática tonalidad de do menor (Il terremoto). Las siete últimas palabras de Cristo en la cruz resultó un desafío para el músico, que aquel mismo año, por petición de la editorial Artaria, hizo una versión para cuarteto de cuerda, que ha tenido la misma o incluso más trascendencia que el original orquestal, y es la que podrá escucharse en la matinal de este histórico domingo.
Jornada en el FEX
Este domingo, el FEX propone tres experiencias artísticas en emblemáticos rincones de la ciudad. A las 20:15 y nuevamente a las 21:45 horas, el Centro Federico García Lorca acoge el espectáculo Sin miedos, del colectivo de danza urbana Iron Skulls Co, con Diego Garrido, coreógrafo e intérprete. «El guerrero sabe que, después de cada enfrentamiento, nunca volverá a ser el mismo». El coreógrafo explora nuevos horizontes en el mundo de la danza más allá del breaking.
Paralelamente, en la Plaza de las Pasiegas desde la 21:00 hasta las 22:30 horas, Iron Skulls Co., colectivo de danza ubicado en Barcelona, presenta Nunca bailaré solo, una obra de 12 minutos coreografiada e interpretada por Diego Garrido. A través de una fusión de danza contemporánea y elementos urbanos, Garrido invita a los espectadores a un viaje emocional que busca la esperanza tras una gran pérdida. Utilizando la armonía corporal y una ejecución meticulosa, Nunca bailaré solo trasciende lo físico para ofrecer una experiencia sensorial que conecta directamente con el alma, recordándonos que todos llevamos una luz interna.
La jornada se cierra a las 21:30 horas en el Corral del Carbón en la calle Mariana Pineda con una actuación del Plica Sextet. Recién formados en el Real Conservatorio Superior de Música Victoria Eugenia de Granada, este conjunto ofrece un concierto que incluye obras para sexteto de Ludwig Thuille y Francis Poulenc. Del romanticismo tardío hasta influencias del jazz del siglo XX. Esta propuesta de 50 minutos une estilos clásicos y modernos. Concierto patrocinado por Red Eléctrica.