Francisco Javier Martínez Ruiz expone en Arrabal&Cía su muestra de pinturas y esculturas 'Lluvia de luna'

El artista Francisco Javier Martínez Ruiz mantiene hasta el próximo 24 de mayo en la galería granadina Arrabal&Cía (Callejón del Señor, 12) su muestra 'Lluvia de luna', formada por pinturas y esculturas abstractas en las que el círculo y la esfera son protagonistas.

Según explica, esta serie "se sirve de la luna como metáfora y habla de un tiempo nuevo, de la renovación constante, de la búsqueda de aquello que regala vida. Estos círculos, esferas, colores, texturas, grietas, oquedades,... recogen el recuerdo, lo frágil, lo efímero, el esfuerzo, lo inmutable y la fugacidad de la vida, los sueños que se persiguen cada día".

Sobre el artista se han pronunciado, en el catálogo de la presentación de la exposición, tres representantes del mundo de la cultura, y los tres para resaltar el valor de su obra. Así, José Manuel Tapia Ramos destaca que Francisco Javier Martínez Ruiz "es un artista polifacético que nos ha presentado sus trabajos como fotógrafo, pintor y escultor. Con el transcurrir de los años ha ido conformando un rico y complejo mundo de manifestaciones artísticas que son el reflejo de una intensa vida interior. La experimentación incesante le ha llevado a convertirse en un maestro de recursos diversos, de materiales, técnicas y texturas distintas. Muestra una gran versatilidad al utilizar los materiales que encuentra en su entorno. Con 'Lluvia de Luna, prosigue, da otro paso en el encuentro de la escultura y la pintura. "En esta ocasión, la madera y el hierro, los materiales primigenios, son los grandes protagonistas de esta exposición".

Por su parte, Juan José Martínez opina que acercarse a la obra del polifacético artista "es reflexionar sobre la vida, sobre la lucha entre el pasado que pervive y el futuro que nos invade, de lo imborrable o permanente, de la fugacidad del tiempo, siempre desde planteamientos poéticos y plásticos. Su creación surge siempre desde la reflexión. Lluvia de Luna es un título evocador, como si todo se impregnara de lunas. La Luna con su peculiar luz, con esa luz casi íntima que hace desaparecer los colores y potencia las siluetas. Bajo esa luz afloran la desnudez de los blancos y negros. La Luna muestra el color que en ella se refleja. En ese espacio de no estridencia e intimidad las lunas de Francisco Javier se llenan de su luz, de sus colores. Las vivencias invaden las formas desnudas, grises, que se muestran rígidas, inalterables, el sostén de la vida que se van llenando de experiencias, de color. La lluvia lo impregna todo, y la Luna se llena de vida".

Inmaculada Contreras, por último, resalta que caminar por la obra de Francisco Javier, a través de sus múltiples diseños, texturas, colores y materiales "tan personales e íntimos" es poder sentir y encontrar "esa búsqueda e inmensidad en primera persona. Su capacidad para trasmitir emociones y sentimientos no tiene límites. Porque
todo es posible en su universo".