El futuro del Powerlifting tiene nombres y apellidos granadinos

El entrenador José Miguel Martín ha conseguido llevar a sus atletas a lo más alto de las competiciones nacionales y europeas

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A Serena Vargas el Powerlifting, una de las modalidades del deporte de fuerza, le ayudó a salir de un trastorno de conducta alimentaria | Foto y vídeo: Javier Gea
Mayte Ruiz
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Todo preparado: rodilleras, cinturón, magnesio y concentración. El polvo blanco flotaba, a cámara lenta incluso al ojo humano, mientras Serena aplaudía al aire, minutos antes de levantar 207.5 kilos en peso muerto sumo. Alhaurín de la Torre presenció el 6 de junio cuatro subidas al podio de la granadina Serena Vargas, que llevaba en su cuello, además de esas medallas de oro, el peso de ser una de las mejores powerlifters de España.

El powerlifting es una de las modalidades del deporte de fuerza. La meta es levantar el máximo de kilos en total y en cada uno de los movimientos que lo componen: peso muerto -sumo o convencional-, press de banca y sentadilla. Frente a sus “hermanas”, halterofilia y culturismo, el powerlifting es la menos conocida, aunque, hoy en día, la Asociación Española de Powerlifting cuenta con 1.083 afiliados, número impensable hace años.

Desde que estudió Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, José Miguel Martín supo que en el deporte de fuerza estaba su futuro. Hace cuatro años decidió dejar su trabajo presencial en un centro de entrenamiento para comenzar con el asesoramiento online en powerlifting. Un poco más tarde, junto a su socio Gonzalo Arias, fundó The PR Mode. Actualmente, esta red de asesoramiento la forman cuatro entrenadores y dos fisioterapeutas, todos ellos con exclusivo servicio online. “Mi vida gira entorno a los entrenamientos, a las asesorías. Estoy todo el día pensando en ello. El power logra que esté totalmente volcado en él, y eso es lo que más me gusta de este deporte”, explica Martín sentado en un cajón del gimnasio Be Strong de Albolote. Para el entrenador, es fundamental si se quiere llegar a un alto nivel en el powerlifting, que este sea el “eje ordenador” de la vida del atleta.

José Miguel comenta, asimismo, que él considera que el secreto para conseguir buenos resultados es la unión y la confianza con el deportista. “Además del sacrificio de la persona, lo que más marca la diferencia es la conexión del entrenador y el atleta. Sin eso no hay éxito”, concluye Martín.

El entrenador de powerlifting José Miguel Martín y la atleta Serena Vargas | Foto: Javier Gea

El último gran logro del entrenador granadino ha sido la proclamación de Raquel de la Calle, una de sus atletas, como la mejor Máster 1 europea. Con medalla de oro en los tres movimientos y en total, Raquel ha abierto un camino en Europa que Martín quiere continuar en el próximo campeonato en Suecia con sus atletas de la categoría junior.

En cuanto a la atleta granadina Serena Vargas, ya conquistó en 2019 el oro en el total de su categoría y entre las mujeres del campeonato. Ahora, con cinco medallas y una copa, Serena recuerda cómo decidió empezar a competir: “Cuando di el salto a Instagram me di cuenta, por lo que me decía la gente, de que tenía marcas buenas. Todo el mundo puede competir, tenga las marcas que tenga, pero pensé que quizás podía llegar a ganar”, asegura.

El Powerlifting como vía de superación

Serena Vargas comenta que el Powerlifting le ayudó a salir de un trastorno de conducta alimentaria. “Las mujeres tenemos que empezar a saber que no tenemos por qué entrar en una talla 38, que nuestro cuerpo no le debe nada a nadie, y que podemos ser fuertes y seguir sintiéndonos más mujeres que nunca”, reflexiona Vargas. Al ser un deporte que se practica de forma individual, Serena Vargas ha encontrado en el power una vía para conocerse más a sí misma y aprender a gestionar sus emociones.

Cada competición supone un aprendizaje nuevo para Serena. En la primera competición de este año, en el Campeonato Regional de la Comunidad de Madrid, Vargas tuvo que aprender a sobreponerse a un mal ejercicio y a continuar sin que supusiera un lastre mental. “En ese momento fue un golpe que me sacó del mood de competición. Tuve que esforzarme mucho para volver a dar todo de mí, pero supuso una experiencia que cambió mi forma de vivir este deporte”, cuenta la granadina.

Ella, al igual que su entrenador, no concibe ya una vida sin entrenamiento: “Es un deporte muy objetivo. Los kilos son los kilos. El power es superación diaria, es mejorar cada día es pequeñas cosas, ya sean físicas o mentales, y sin eso no quiero vivir”.

Ambos celebran el crecimiento que la disciplina ha tenido en nuestro país en los últimos años. “Cada vez vemos chavales más jóvenes empezar en esto. El nivel crece y crece, y en los gimnasios se nota”, comenta José Miguel. Ya es habitual encontrar centros deportivos con espacios reservados a maquinaria y accesorios específicos de la disciplina, aún así, según explica Serena, “en España queda mucho para que le den el espacio que merece al power”.

Asimismo, “el lado oscuro del powerlifting” para Vargas es la competitividad insana entre los distintos clubs españoles. “A pesar de ser rivales tenemos que encontrar el punto en común, el amor por este deporte, y dejar los malos rollos a un lado”, concluye la atleta.

Rodilleras, cinturón, magnesio, y concentración. Y, ahora, también amor. El powerlifting desde fuera puede parecer un deporte bruto, quizás poco elegante. Pero, tanto José Miguel como Serena lo viven como uno emocional y pasional, ambicioso pero fiel, y de sacrificio y dedicación innegociables. El power es algo más que kilos, y, de la mano de The PR Mode y sus atletas, puede llegar a ser el motivo por el que la sangre granadina se corone en Europa como la más fuerte.