El Girona revive a costa de un Covirán sin alma ni esperanza (80-61)
Sin presencia defensiva, desacertados en el ataque y vulnerables a las decisiones arbitrales, los rojinegros han firmado uno de sus peores partidos
Derrota dolorosa para el Covirán Granada. Los de Pablo Pin mostraron su peor imagen de la temporada ante un Bàsquet Girona que logró cortar su mala racha de siete derrotas consecutivas y revivir a costa de un conjunto rojinegro desaparecido en el rebote, pésimo en el ataque y con claros problemas para mostrar una mínima esperanza o garra para, como poco, competir (80-61).
Buen inicio de partido el que firmó Covirán Granada en Fontajau. Los de Pablo Pin aplicaron a la perfección los dos principios básicos para este encuentro: intensidad en defensa y no dejar correr al rival. Enchufado entró Joe Thomasson con un triple completamente liberado desde la esquina, algo casi inédito teniendo en cuenta que sus mejores momentos suelen ser tras el descanso. La imagen del de Ohio era la de toda la plantilla. El Covirán no dejó respirar a Bàsquet Girona con una defensa muy adelantada y evitando los lanzamientos en los primeros segundos de posesión. Aunque errando varios tiros claros, los granadinos colocaron con cierta facilidad el 4 a 13 en el marcador, frustrando a un conjunto gerundés que no encontraba aparente solución a la defensa y rapidez en el juego de los visitantes.
Sin embargo, las rotaciones en ambos equipos cambiaron por completo el partido. La entrada de Sergi Martínez y Eric Vilá dieron una nueva versión a los de Fotos Katsikaris, mientras que con Felicio, Costa, Cheatham y Thomasson en el banquillo, el Covirán vio cómo toda su ventaja quedaba en nada en apenas tres minutos. Girona había firmado un 1/7 en los primeros cinco minutos, cifra que acabó en un 6/16 al término del primer periodo. Los fallos de Kramer desde la línea de personal, los errores desde el tiro exterior y los primeros minutos de un Malik Dime aun en proceso de adaptación llevaron a los de Pablo Pin a marcharse al segundo periodo por debajo en el marcador tras un parcial de 13 a 2 para los locales (17-15).
El técnico rojinegro devolvió a pista a Cheatham y Thomasson para buscar la reacción en su equipo, pero Girona firmaría sus mejores minutos. Los del recién incorporado Katsikaris subieron la presión defensiva, hacía gala de lo que mejor se le da hacer: dominar el rebote y correr. El Covirán trataba de enmendar los errores del anterior cuarto apostando por el lanzamiento exterior, pero una y otra vez el balón acababa dando en el aro para ser capturado por algún jugador gironí. Una canasta de Kramer y un triple de Rousselle serían los únicos puntos que los granadinos anotaría hasta que restaban 2:48 en el cronómetro para el descanso.
Volvió a mover el banquillo Pablo Pin, pero la intensidad de los locales en su juego solo frustraba cualquier intento de recortar distancias del Covirán. El gran cambio de dinámica llegó con la entrada de Germán Martínez. Se bajó el ritmo de juego y se apostó por una defensa más férrea. Precisamente fue el base granadino el que cortó la mala racha de su equipo para dar entrada a un parcial claramente rojinegro con un 4-10 que cerraría el marcador con el 35 a 32. Aunque con el resultado algo maquillado, las expectativas no eran positivas. Thomasson anotó sobre la bocina, pero un posible gesto suyo de mandar a callar le costó una técnica incomprensible al de Ohio que ya sumaba tres en su casillero. Si a ello se le añade que Cheatham y Costa aun no habían aparecido en anotación, la posible séptima victoria se complicaba.
Tras la técnica de Thomasson, Girona arrancó el tercer periodo con dos tiros libres que Iroegbu convirtió para poner el 37 a 32, unos primeros puntos que marcarían el devenir de un tercer cuarto lamentable. Faltó intensidad, faltó actitud y faltó una clara convicción de que este partido es una final por la permanencia. El Covirán regresó a pista con un juego y unas decisiones claramente precipitadas. Nuevamente perdiendo balones y desapareciendo por completo en el rebote defensivo. Precisamente uno de los aspectos claves para este partido. Casi sin sudar, los locales fueron aumentando la distancia hasta un sonrojante 54 a 36. Solo seis cuatro puntos en más de cinco minutos del tercer cuarto. La sentencia de muerte llegó con la técnica Pere Tomàs. El jugador mallorquín protestó un balón concedido a Girona tras una pelea por el rebote entre él y Pons. Su gesto le costó la técnica y la expulsión por la antideportiva pitada en el primer cuarto. Ya son dos las ocasiones que los árbitros deciden expulsar a un jugador rojinegro con unas técnicas no solo cuestionables, sino también absurdas y claramente sesgadas, pues en el otro lado de la pista no se pitarían. Aun así, que no confunda la actuación arbitral, el Covirán estaba perdiendo por falta de alma y de ideas. Solo se botaba y no se pasaba. Se buscaban triples precipitados y sin ninguna opción en lugar de pelear y consumir la posesión. Una auténtica debacle que solo pudo maquillar, levemente, una vez más la garra de Germán Martínez.
Con el 62 a 41 tras un parcial de 26 a 9 comenzó el último cuarto de un partido que, si hubiese acabado con el tercer periodo habría ahorrado mucho sufrimiento. Con la victoria ya en el bolsillo, Girona bajó un punto su intensidad defensiva y su acierto en ataque pues todo su trabajo ya estaba hecho. David Kramer resurgió para anotar 11 puntos consecutivos, entre ellos tres triples seguidos para dar una mínima apariencia de reacción en su equipo. Obviamente solo era una ilusión, no había reacción posible. La séptima victoria tendrá que esperar. Mientras tanto, el Covirán se ha encargado de revivir a un Girona que estaba muerto y que ha conseguido cortar su mala racha de siete derrotas consecutivas gracias a un conjunto rojinegro sin alma ni esperanza. Este no solo es un partido para reflexionar, es un partido para tomar decisiones. Si quieren quedarse en la ACB hay que jugar como tal, hay que creer y hay que poner la actitud necesaria para ello. De lo contrario, partidos bochornosos como el de este domingo se repetirán con frecuencia.
Ficha del partido:
Bàsquet Girona: Iroegbu, Pons, Marcos, Sunsiskas, Sorolla - quinteto inicial - Vilá, Colom, Fejllerup, Evey, Goloman, Martínez, Djordjevic.
Covirán Granada: Felicio, Cheatham, Tomàs, Thomasson, Costa - quinteto inicial - Díaz, Kramer, Rousselle, Martínez, Dime, Iriarte.
Parciales: 17-15; 19-17 - descanso - 26-9;
Árbitros: Martín Caballero, Francisco José Araña y Cristóbal Sánchez Cutillas.
Incidencias: partido correspondiente a la Jornada 20 de la Liga Endesa disputado en Fontajau.