Glory Meyers, Stand up con acento granaíno
Libros, bares… al final va a resultar que en este rincón donde me dejan escribir sobre lo que me viene en gana, sólo lo hago sobre mis pasiones. Pues qué diablos, en ese caso ya va tocando hablar de comedia y de Stand-Up comedy y para ello me he juntado con la cómica, actriz y reportera granadina afincada en Madrid, Glory Meyers. Una standupera que habla en andaluz de Graná y que lleva el sol en su acento. Maldita sea, búsquenla en el show Las Hijas de Puta junto a Nuria Jiménez y échense unas risas antes de que sea ilegal.
Entrevista con la cómica Glory Meyers
Med: Glory Meyers es actriz, reportera, guionista, cómica… vamos, artista. Fijo que se me pasa algo pero es que también eres abogada. Cuéntame cómo fue eso de dejar la abogacía para dedicarte a la comedia y la interpretación. Seguro que es una historia del copón, por favor, expláyate a gusto.
Glory: Pues fue un poco por casualidad. En mi vida me han venido las cosas un poco por casualidad y al final me he dejado llevar. Yo estudié derecho, empecé a trabajar de abogada aquí en Granada y la verdad, yo sentía que aquello no me gustaba. Estaba, prácticamente, al borde de la depresión porque no me gustaba absolutamente nada la vida que llevaba. Con 24 años ya veía exactamente cómo iba ser el resto de mi vida y aquello me agobiaba. Trabajaba en el Departamento Jurídico de una empresa de construcción y cuando llegó la crisis la empresa cerró. Yo me alegré, no por la empresa, pobrecicos, pero me alegré. Me dije “de puta madre, ahora a otra cosa” y me fui a Londres con mi maleta y el finiquito en plan si encuentro trabajo me quedo y si no, me voy. Me quedé dos años y allí entré en contacto con el mundo del arte, conocí a muchos actores, pero en aquel momento aunque me llamaba la atención sentía que aquello iba con otros, que no iba conmigo. Luego volví a Granada, volví a preguntarme qué iba a hacer con mi vida y me piré a Barcelona. Allí volví a darle otra oportunidad al Derecho y a los seis meses ya estaba otra vez quemada. En una de esas hice un test para descubrir cual era mi profesión ideal y me salió: “Guionista, actriz, cantante…” y en ultimísimo lugar “abogada”. Recuerdo que pensé: “Igual lo estoy haciendo mal”, así que decidí hacer un curso de Dirección de Cine y me empezó a encantar aquello. Fui adentrándome en la escuela, empecé a colaborar en cortometrajes donde me metía para ayudar haciendo de script, de directora de arte o de lo que hiciera falta y ahí me di cuenta de que yo lo que quería era estar delante de la cámara. Así que hice un curso de Interpretación y en la Academia en la que estaba me dieron una beca a cambio de ayudarles en la escuela, me permitieron estudiar lo que quisiera y allí empezó la movida. Ya te digo, un poco por casualidad.
Luego ya con la comedia empecé cuando me fui a Madrid a seguir formándome como actriz. Ya había dado el salto de decir “me quiero dedicar a esto” pero de nuevo, por casualidad, me topé con un curso de Stand-Up Comedy. Desde chiquitilla yo quería ser escritora, quería escribir y me dije “pues vamos a ver cómo es esto de escribir comedia”.
M: ¿Quién dirías que son tus influencias o tus referentes en comedia?
G: Es complicado. Seguro que me dejo nombres y además es algo que va cambiando mucho. Por ejemplo, el último show que he visto de comedia es el de Patricia Sornosa, que vino a Madrid el mes pasado y me explotó la cabeza. Me gusta mucho que hace una comedia con mucha crítica social y con mensaje pero a la vez tiene gracia, es muy divertida, atrevida y transgresora. Me parece muy difícil lo que hace y estoy en un momento en el que me gustaría mucho hacer algo así con mi comedia.
Cuando empecé, conocí a Hovik, y me enamoró. Recuerdo que vi el monólogo de “Croquetas” y me flipó. Maravilloso. Como llegaba el tío a poner el público tan bajo y luego levantarlo de puta madre. Eso me parecía increíble, brutal. Luego, también Ignatius, su irreverencia y su locura tan cuerda, el humor de los Chanantes, los Monty Python, Faemino y Cansado y, en fin, podría decirte mil nombres más tanto nacionales como internacionales, pero lo cierto es que admiro a mucha gente, y cada semana se va añadiendo alguien nuevo a la lista. Me tira mucho el humor absurdo, surrealista, el humor negro, Anthony Jeselnik…
M: Encima el Jeselnik ahora con la barba el cabronazo es que está hasta guapo. Le pilla todo. Bueno, me voy a poner un poco en plan Pedro Ruiz o yo qué sé ya con la siguiente pregunta, pero ¿qué es para Glory Meyers la libertad?
G: Madre mía. Así, a grosso modo, la libertad sería hacer o decir todo lo que tú quieras, expresar lo que tú creas y ser como tú mejor te sientas, siempre y cuando no vulnere la libertad del otro. Aunque, muchas veces somos nosotros mismos los que vulneramos nuestra propia libertad poniéndonos freno o siendo esclavos de una vida que no nos gusta. (Momento filosófico mierder por Glory Meyers)
M: Glory Meyers, ¿sirve para algo la vergüenza?
G: La vergüenza viene mucho de la culpa. El sentimiento de culpa y vergüenza están muy cercanos. Realmente yo creo que es como el miedo, que son emociones que te quieren proteger de algo. Lo que pasa es que muchas veces ese mecanismo de protección se altera y se activa en situaciones que no suponen un peligro real. Es ahí dónde debemos tomar conciencia. Esa vergüenza que lo que realmente intenta es protegerte de hacer el ridículo hay que vencerla. ¡Haz el ridículo! Y ya que lo haces, hazlo bien.
M: Bueno, nos vamos a quitar del camino ya la movida de los "límites del humor", ¿dónde quedan para ti los límites de la comedia?
G: Para mí no hay límites.
M: Eso pienso yo, ni el código penal
G: Hombre, si quieres ir a la cárcel… oye, a lo mejor estás muy a gusto allí, si intentas vivir de la comedia en este país, tal y como está la cosa, igual no está tan mal la cárcel, pero yo pienso que en la comedia el código penal no debería meterse tampoco. Creo que lo único que tiene que hacer un chiste es tener gracia y hacer reír. Punto. La comedia es ficción. Es como una obra de teatro, no debería ser penalizada. Decía Broncano en una entrevista, y en esto estoy muy de acuerdo, que en España se penaliza mucho más un chiste que un insulto y es cierto. La gente insulta impunemente y no pasa nada, en cambio con los chistes…
M: ¿Qué piensa Glory Meyers de casos como el de David Suárez o el de Iggy Rubín?
G: David Suárez busca mucho provocar en su comedia, pero va en su personaje. Es volver a lo que te decía antes, todo esto es pura ficción pero hay gente que se lo toma muy a pecho y como algo personal. Hasta hay personas que creían que la chica del chiste existía. Se saca todo totalmente de quicio y de ahí a que pierda su trabajo, que le pongan denuncias… me parece aberrante que se llegue a estos extremos.
En el caso de Iggy Rubín, al final, si lo emite una cadena privada donde hay ciertos intereses, ciertos apoyos y al de arriba le molesta o le molestan con algo… pues pasa lo que ha pasado. Ojo, que lo entienda no quiere decir que esté a favor de esto, para nada, me parece terrible para la libertad de expresión. Iggy estuvo probando ese texto en el Open mic de Las Hijas de Puta y cuando vi los chistes me parecieron brillantes. Muy buenos y desde luego no me parecieron para nada ofensivos. En fin, muchos intereses políticos, muchos intereses comerciales y muchos gilipollas. Ya está.
M: Escribir comedia, por mucho que se tenga un talento innato o una vis cómica de serie, es muy complicado, ¿cómo se enfrenta Glory Meyers a la página en blanco?
G: Creo que esa es la asignatura pendiente de todos los cómicos que conozco y con los que hablo. Yo intento ponerme una rutina, pero la página en blanco es muy puñetera. Nosotros mismos tenemos un censor o un crítico que te dice “esto es una mierda, no escribas”. A mí me pasa, y a muchos cómicos que conozco también, que te sientas a escribir y te empieza a embargar una sensación de angustia. Te dices: “¿qué pollas me está pasando?” y no es pereza, básicamente es que tu cabecica anticipa que te vas a poner a escribir y que eso va a ser una mierda, y que te vas a frustrar. Eso puede hacer que ni te pongas a escribir siquiera. Pero si eres consciente de ese mecanismo, y vences esa barrera y te pones, ya fluye o no, pero hay que ponerse. Yo intento escribir cada día y no juzgarme tanto aunque no tenga sentido lo que vaya saliendo o que directamente salga basura. Porque de esa basura luego sale algo que te mola y de ahí consigues sacar algún chiste. Cuando empiezas piensas que te vas a sentar y vas a sacar premisas y remates geniales del tirón pero realmente esto es un trabajo muy artesanal y de poquito a poco. Es una cosa que se entrena y bueno, también hay cómicos y guionistas geniales que se sientan y te sacan maravillas a la primera, pero hay mucho trabajo detrás.
M : Cuéntame un poco cómo surge Las Hijas de Puta Comedy y cómo es la experiencia de montar un open mic
G: Pues surge de cervezas con Nuria Jiménez. Nosotras nos juntábamos para ir a open mics a probar texto y nos dijimos que no había ninguno presentado sólo por mujeres. Otra cosa que vimos en los open es que algunos cómicos dicen que van a probar texto pero luego se suben y tiran de chistes que ya saben que les entran y quedan genial, mientras que tú vas con tu texto nuevo y ya no es que no sepas si va a funcionar, es que igual te pegas la hostia del siglo. Total, que montamos el open con la norma de que el que venga tiene que probar texto nuevo y si no es nuevo, debe tocar un timbre. Y si él no lo toca y nosotras sabemos que es un chiste antiguo, subimos y lo tocamos nosotras (de ahí el nombre “hijas de puta”)
Había otra norma que acabamos quitando y que consistía en que si el cómico al probar texto nuevo no encontraba un buen remate para un chiste, el público colaboraba buscando remates. Al final lo que pasó es que la gente o no comentaba nada o criticaba en lugar de proponer soluciones y dejamos esta norma fuera.
Las Hijas de Puta Comedy surge porque nos apetecía y porque queríamos enfrentarnos al reto de tener que probar texto nuevo cada 15 días. Al final acabamos escribiendo una entradilla de 10 minutos nueva para cada open, ambientada en los 90 -porque es la última década de la que nos acordamos- y de esas entradillas surgió nuestro show, que es nosotras 2, la Super Pop y muchas cosas noventeras.
Al principio pensábamos que el open iba a durar muy poco y al final ha sido de puta madre. Los cómicos hablan muy bien de él y han pasado por allí gente que admiramos mucho como Iggy Rubín, Miguel Campos, Patricia Sornosa, Arnau Soler, Vanessa Strauch (cómica argentina que forma parte de “Persona”), Dani Piqueras, Antony Jeselnik…ah, no, perdón éste último creo que fue en mi fantasía erótica.
Volvemos en octubre. Seguidnos en IG: @lashijasdeputacomedy (la promosió)
M: Poco a poco van haciéndose series en España del palo de Seinfeld, Louie, Master of None… series que tratan sobre el día a día de un cómico. Ya tenemos las maravillas de El fin de la comedia de Ignatius o Mira lo que has hecho de Berto Romero, ¿crees que llegará a hacerse por aquí una serie de este tipo protagonizada por una mujer? ¿a qué cómica española te molaría ver en ese papel?
G: Bueno, es que en España… espérate a que a las cómicas no tengan que hacerles programas específicos sólo de mujeres, como si fuéramos una especie diferente…aún así, creo que se están consiguiendo avances. Cuando yo empecé había muy pocas chicas y hay, había y sigue habiendo mucho machismo en la comedia. En pocos años ha cambiado bastante la cosa. A mí me han llegado a decir al bajarme de un escenario que está muy feo que una señorita diga puta o polla. O han llegado a presentarme de forma muy machista y hacerlo un compañero, un amigo que luego me ha pedido disculpas doscientas mil veces por aquello.
Yo creo que sí que se llegará, hay un buen panorama y a mí me parecería genial y me gustaría mucho que Patricia Sornosa tuviese una serie de este tipo. Admiro a muchas cómicas españolas pero ella es un personaje muy potente.
M: En comedia, bueno, como en casi todo por aquí, mucha peña nos creemos que sabemos de algo pero no tenemos ni puta idea y supongo que así surgen los expertos críticos de Atrápalo y todo esto, ¿tú cómo lidias con las críticas destructivas?
G: Sí, en Atrápalo hay mucho entendido de todo. A ver, que yo estoy abierta a que todo el mundo opine, faltaría más. Precisamente con Las Hijas de Puta todos los comentarios que recibimos en Entradium son muy buenos. De momento en estos 6 meses, todas las críticas son muy positivas, parece que hemos comprado a la gente. Pero luego tengo otro show que se llama Excus-Up junto a otra cómica, Virginia Úbeda. Hemos estado casi 3 años en La Flauta Mágica y en ese tiempo nos han dejado críticas de todo tipo. En una ocasión una chica me puso una crítica muy mala en Atrápalo porque se ofendió con mi texto. También es verdad que intenté ligar desde el escenario con su novio -es que me venía bien para un chiste y te juro que no sabía que el chico que iba con ella era su novio-, así que a lo mejor me la merecía. También había otra crítica que surgió a raíz de meterme de coña con un grupo de catalanes. Otros nos pusieron un 5 porque la tortilla de patata no era casera…
Al final te lees las críticas y algunas te tocan, pero luego intentas darle la vuelta y tomártelo con humor. Incluso alguna vez he compartido alguna crítica de estas por redes aportando un poquito de gracia a la cosa. Es complicado lidiar con las críticas, pero tienes que saber que si estás de cara al público o en YouTube, habrá gente a la que no le gustes, de hecho va a haber más haters que gente a la que le moles.
M: ¿Y con los halagos?
G: A nuestra generación no la han educado para recibir halagos. A mí me cuesta recibir cumplidos. Muchas veces no te terminas de creer el halago, te piensas que te están dorando la píldora y, puede que sea así o puede que no. En cualquier caso hay que darle la misma relevancia que le das a las negativas, ni más ni menos.
M: ¿Crea adicción al escenario? Ahora que estás de vacaciones, ¿lo echas de menos?
G: Crea adicción y cuando llevas tiempo sin subirte crea mucha inseguridad y mucho miedo. Nosotras hicimos el último show de Las Hijas de Puta el 26 de julio y ahora cuando vuelva a subirme a un escenario estaré con cosilla. Ayer me contaba Nuria que había ido a un open mic mientras yo estaba en la playa y hasta me dio envidia.
M: Esta pregunta se la cojo directamente a Phi Beta Lambda, cuéntame tu peor bolo.
G: Tuve un bolo en un pueblo de Badajoz, de hecho era una ruta por 3 pueblos de Badajoz de unos 200 habitantes o así en 3 días. Todos en terrazas de verano. Yo llevaba muy poquito en comedia, tendría 30 minutos de texto. Iba con un compañero que tenía un texto de un humor más blanquito mientras que el mío era mucho más cañero. De esos 3 pueblos en 3 días, uno fue medio bien, otro regular y el último lo pasé fatal. Salí al escenario y la gente a su puta bola, los niños corriendo por allí, nadie me escuchaba, todo súper frío. Ahora hubiera reaccionado de otra manera, pero en aquel entonces sentí muchísima vergüenza, me empecé a juzgar mogollón y me quedé en blanco. Me giré para beber agua y en ese momento me cayó una lágrima, esto se lo he contado a muy poca gente, y serían unos pocos segundos de sufrimiento pero se me hicieron como 5 minutos. Al final me dije: “venga Gloria, termina lo que has empezado”, tiré por otro lado recurriendo a otro texto, lo levanté un poquito pero vamos… Mi sensación fue catastrófica y me bajé de allí fatal diciendo “Nunca más me voy a volver a subir a un escenario”…
M: Aquí igual desbarro de lo lindo, o me desmontas la pregunta si me dices que Glory Meyers es un personaje, pero a mí me pasa que la comedia me llega más cuando noto la honestidad y la vulnerabilidad del que te está contando una situación que realmente le ha pasado a esa persona, en tu caso ¿te da pudor contar cosas personales o movidas muy tuyas?
G: Siento pudor y siento culpabilidad pero lo hago porque, entre otras cosas, es liberador. Yo lo que cuento en mis shows es 100% yo. A ver, muchos remates no son verdad, pero es que el cómico busca el chiste no la verdad y hay cosas que son exageradas o inventadas, pero siempre tienen un poso de verdad.
M: Mira el trenecito turístico de Graná. Bueno, ¿cómo ves el Tinder como fuente de comedia?
G: El Tinder es una fuente de comedia inagotable pero pasa que está ya muy trillado. Aunque siempre que puedas aportar un punto de vista diferente, original, pues adelante, porque ¿qué no está trillado?
M: ¿Qué consejo le darías a alguien que se quiere dedicar al Stand Up?
G: Pues primero que viera comedia, que leyera algún manual de Stand-Up Comedy (hay muchos que están genial) y que se pusiera a escribir una vez adquiridas las bases de la comedia (premisa, remate, formas de rematar, etc) y subirse al escenario lo antes posible a probar esos 5 minutitos o lo que tenga pero que pierda el miedo al escenario.
M: Hay una cosa muy común en Estados Unidos y que está empezando a llegar aquí y es que en los festivales de música se programen también escenarios de comedia. Así a bote pronto, está lo que ha hecho Tomàs Fuentes en el último Cruilla, está el Sonorama… Con el nombre que tú tienes, ¿para cuándo Glory Meyers en el Granada Sound? A todo esto ¿de dónde viene tu nombre artístico?
G: Glory Meyers presenta a Lory Meyers, estaría guapo. Si yo llego a saber que al final me iba a dedicar a esto, igual no me pongo este nombre. Esto surge después del curso de comedia que te comentaba antes. Yo me llamo Gloria García López, apellidos alemanes, y cuando llegó la muestra para presentar el monólogo que habíamos escrito durante el curso, buscando nombres con gancho, me dijeron lo de Glory Meyers, me hizo gracia y dije, venga, ponedme Glory Meyers y de esa movida viene. De esa gilipollez tan grande. Me gustaría tener una historia súper chula detrás del nombre, pero no, es una historia de mierda.
He tenido muchos momentos de querer volver a mi nombre, pero de momento sigo con Glory Meyers.
M: Igual peco de ignorancia pero la verdad es que no he sido capaz de encontrar nada, ¿aquí en Granada no hay open mics?
G: Pues mira, hace poquísimo, me contactaron unos chicos de la Universidad de Granada que me decían que estaban montando un open, y les dije que me mantuvieran informada porque me molaría ayudarles y montar algo. Lo que pasa es que he observado que aquí en Granada, y en Andalucía en general, hay muy poca cultura de comedia Stand Up. La única vez que he actuado en Granada fue acompañando a Enrique San Francisco en 2017. El humor andaluz y el chiste popular está un poco alejado de los monólogos, pero cada vez se está poniendo más de moda y plataformas como Netflix, HBO o programas de comedia como Comedia Perpetua, La Resistencia, etc están ayudando mucho.
M: ¿Algún proyecto en el que estés metida y del que nos puedas contar algo?
G: A nivel de actriz, voy a empezar a rodar una película ahora en agosto. Va sobre violencia de género, soy la protagonista y estoy muy contenta con el proyecto. También estoy con una obra de teatro que se llama Bi, que trata la bisexualidad en clave de comedia, y que estrenaremos a finales de septiembre.
A nivel de comedia, pues con Las Hijas de Puta tengo un proyecto del que no puedo hablar todavía pero que saldrá más o menos para septiembre y vamos a seguir con el open mic y el show. Y muchas más cosas que iréis viendo si me seguís en redes. (momento “la promosió”)
M: Muy bien. Ahora la pregunta con la que me gusta terminar, que es más de vago que otra cosa, ¿qué te gustaría que te preguntasen en una entrevista y que no te preguntan jamás?
G: Pues nunca me preguntan por mi vida personal pero tampoco me gustaría que lo hicieran, para que me pregunten por mi vida personal ya tengo a mi madre.