Los maestros toman la palabra en su día: "Ver crecer a los niños personalmente es pura magia"

María y Loli son dos maestras granadinas que han contado su gran labor como educadoras: "un ámbito que es esencial para el cambio"

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Loli, una de las maestras entrevistadas, junto a una compañera | Foto: GD
Marta Lozano
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La educación es uno de los elementos base más imprescindibles para el ser humano. Es la formación que está destinada a desarrollar la capacidad intelectual, moral y afectiva de las personas de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenecen. Esta base sigue en constante crecimiento desde sus inicios, ya que año tras año experimenta cambios que sirven de verdadera relevancia para la sociedad. Según el año, el día y el momento, la educación se convierte en una cosa u otra y se transforma en algo diferente dependiendo de las circunstancias. Es la clave que modifica a las personas de la peor manera o de la mejor, pero que siempre consigue un cambio.

Una de las profesiones más importantes dentro del círculo laboral es la del maestro. Las personas encargadas de impartir la educación fuera de casa que consiguen dar alguno de esos empujones necesarios para el crecimiento moral y social de las personas. Este sábado 27, con motivo del Día del Maestro, GranadaDigital ha querido contactar con algunos de los docentes protagonistas.

Loli es una maestra de Infantil en un colegio concertado de Granada que lleva dando clase desde el 1986. Desde siempre ha llevado en el corazón el ejercer esta profesión y decidió finalmente estudiarla a pesar de haberse planteado la idea de hacer Derecho. "Algo que llegó de repente se convirtió en todo. Para mí, ser maestra no es un trabajo, es mi vida y mi pilar. Ser maestro tiene que ser vocacional, no es algo que puedes desempeñar si no lo llevas dentro", cuenta.

Y es que el trabajo de esta educadora es muy necesario para el desarrollo de uno de los elementos más representativos de las personas: "La educación es un ámbito muy amplio que abarca muchos aspectos. No solo intentamos aportar conocimientos e ideas a los niños, sino unos valores e inquietudes para que consigan tener pensamientos críticos y se sepan desenvolver el día de mañana y tener una autonomía además de conseguir hacer de nuestros niños y niñas mejores personas".

María también es maestra, aunque lleva dando clase solo desde que comenzó la pandemia. "Mi caso es algo diferente. Ahora desempeño mi labor como 'profesora Covid' y es un trabajo que me está enseñando a tratar con una diversidad de alumnado muy variado, al igual que con el resto de compañeros, de los cuales vas adquiriendo diversas metodologías que al fin y al cabo hacen que construyas la tuya propia, tu identidad."

Según María, lo más difícil de su profesión es el cambio de alumnado que ha visto durante su docencia. Las dos maestras, coinciden en la idea de la falta de recursos en cuanto a niños con dificultades. "Es cierto que no siempre puede lograrse lo que ese tipo de alumnos necesita y yo como maestra me siento impotente de no poder darles lo que merecen dejando al resto de la clase", afirma María, a lo que añade Loli que apuesta por la educación inclusiva pero mientras se den los recursos necesarios para atender a esos niños con dificultades: "Es algo que llevo sufriendo desde hace mucho y no se hace nada y con el covid se ha hecho haciendo la situación más difícil".

Sin embargo las dos coinciden en que lo más bonito de ser maestro es la gratitud de ver el avance y los logros alcanzados por sus alumnos, el transcurso del camino educativo, donde se aprecian las mejoras de cada uno de ellos a su ritmo y su manera. "Ver crecer a los niños personalmente es pura magia. Darte cuenta de los resultados y las habilidades sociales que acaban consiguiendo para mí es lo más bonito.", relata Loli.

Las docentes hablan de las diferencias que existen entre la educación que imparten los padres a la de los maestros y las relacionan como "paralelas", dándoles a cada una la misma importancia para el mejor desarrollo de los menores: "La educación debería ser conjunta familia y escuela. Van cogidas de la mano. Si falla una, falla la otra".

El pánico cundió en las clases cuando llegó la pandemia. Loli cuenta que pilló muy desubicado al grupo porque en ese momento no utilizaban tecnologías, pero la pandemia les sirvió para ponerse las pilas. "Empezamos a trabajar para facilitar a las familias el trabajar desde casa. A mí me preocupaba más la situación emocional que estaban pasando en ese momento que la transmisión de contenidos. Hicimos innovaciones y creamos fichas digitales de forma que los niños aprendiesen de manera interactiva", detalla.

Loli que es maestra veterana expresa su confianza hacia los jóvenes futuros maestros: "Llevan ideas muy buenas y claras. Quieren cambiar la escuela tradicional por una escuela de proyectos que cuente com unas competencias de aprendizaje nuevas. Yo sí apuesto por ellos porque van enfocados no a una transmisión de conocimientos simple, sino a hacer de la escuela situaciones de aprendizaje y práctica diferente".

"Me levanto día a día con la ilusión de ir a trabajar. Preparar cosas nuevas y conseguir que mis niños mantengan la motivación", añade finalmente Loli.

Un trabajo que se convierte en el punto céntrico desde el que partir para poder conseguir los cambios en el mundo necesarios para la evolución de la sociedad. El aprendizaje es el que lidera cualquier actuación que queramos realizar. Y es que si no existiera la educación por parte de estos profesionales, todo eso sería mucho más difícil.