Gran margen de mejora para un Covirán Granada mermado por las bajas
Aun con una actuación brillante de Luke Maye, la falta de una referencia interior clara hace que los rojinegros se marchen de Calatayud con una derrota
"Aun queda mucho camino por recorrer". Estas palabras las dijo Pablo Pin el pasado martes cuando hablaba sobre el encuentro disputado ante Unicaja hace una semana. Razón no le falta, aun son muchos los detalles que quedan por pulir, pero este Covirán Granada es de ACB, tiene actitud y ganas de ACB y lo ha demostrado este sábado en su segundo amistoso de pretemporada ante Casademont Zaragoza.
Sin Petit Niang, Lluís Costa ni Cristiano Felício, con un Alex Renfroe recién incorporado y con un Ramón Vilá que ha jugado tras una semana con molestias en el cuádriceps, los rojinegros han sido capaces de plantarle cara a un conjunto maño, también en construcción, pero que ha sido superior en gran parte del partido.
El Covirán Granada se marcha de Calatayud con una derrota, de esas que escuecen porque ha sido por tan solo un punto y porque los granadinos han tenido dos últimas jugadas para llevarse el triunfo. Sobre el papel el resultado final ha sido de 89 a 88, pero si se lee entre líneas, la victoria ha sido para los granadinos.
Tiene mérito endosar 88 puntos a tu rival cuando en el juego interior se carece de referencias. Se notó la ausencia de Petit Niang e incluso de un Cristiano Felício al cual aun no se le ha visto jugar con la elástica rojinegra. Esos centímetros de más sobre el parqué y, sobre todo, la potencia física de ambos, hubiese dado otra versión a un plantel granadino que se vio con serios problemas para frenar los contragolpes rápidos de Zaragoza y, en especial, para pelear por el rebote.
Pablo Pin lo ha reconocido al término del partido, "hemos tenido una deficiencia física, sobre todo, por las faltas, que ha hecho que en algunos momentos no jugásemos bien en ataque". En los dos primeros cuartos se vio a un Covirán Granada algo perdido, sin capacidad de reacción en ciertos momentos. Por otro lado, imagen más que comprensible ya que se está a 3 de septiembre y es el segundo choque de pretemporada.
Quedan muchos aspectos por mejorar, sin duda, pero hay detalles que ya invitan a pensar que este equipo tiene mucho que decir en su temporada de estreno en la ACB. Empezando por Luke Maye. El ala-pívot ofreció un auténtico recital en tierras mañas, sobre todo, en el plano ofensivo, colocándose en los 26 puntos. Decía Pablo Pin que al equipo le faltaba un killer, un anotador nato. Es pronto para juzgar o tratar de adivinar qué ocurrirá en la presente campaña, pero si la actuación de Maye a lo largo del año se asemeja a la vista en la tarde de este sábado en Calatayud, es casi seguro que muchos de los puntos que el equipo necesitará saldrán de sus manos.
Y no solo es su capacidad de anotación, sino también su actitud. El ala-pívot supo echarse el equipo a las espaldas para levantarlo cuando peor se ponía el partido. Los zaragozanos consiguieron una ventaja de 12 puntos en el marcador al inicio del último periodo, momento en el que el encuentro se podía dar por muerto. Sin embargo, la reacción de Maye junto al carácter guerrero que ya se conocía de los rojinegros ha regalado a los aficionados un final de partido digno de la Liga Endesa.
Alex Renfroe ha sido otra de las gratas sorpresas de este segundo duelo de pretemporada. Con 16 puntos en su casillero, 2 de 4 en triples y seis rebotes, el recién incorporado fichaje ha corroborado ese gran conocimiento del juego del que tanto habla el técnico granadino.
Son 89 los puntos que ha recibido Covirán Granada, sí, pero ha sido capaz de anotar 88 puntos sin varias de sus piezas fundamentales sobre el parqué y con un Dejan Todorovic que ha tenido que retirarse del encuentro por molestias en su rodilla. Queda mucho por recorrer y muchos detalles que mejorar, pero las sensaciones son muy buenas.