La Granada que sigue levantando la persiana pese a la crisis sanitaria
Establecimientos que ofrecen servicios de primera necesidad han puesto la nota discordante en una ciudad completamente clausurada
La crisis sanitaria desencadenada por la expansión del coronavirus ha dejado dos imágenes de Granada muy contrapuestas. Por un lado está la Granada cerrada, a la que le han prohibido abrir debido a las restricciones, y por otra una que le aguanta el pulso al Covid-19.
Estancos, gasolineras, supermercados, farmacias, ortopedias... Los negocios que ofrecen servicios de primera necesidad aguantan el chaparrón para evitar que la ciudadanía se quede desprovista de lo más básico.
Desde Plaza de Toros hasta Gran Vía, pasando por Caleta y Triunfo; la ciudad registra una vacuidad que no se corresponde con las imágenes que habitualmente dejan los lunes.
No hay gente por las calles, pero el contrapunto lo ponen esos establecimientos. En el apartado de alimentación dominan las grandes superficies, aunque también se dejan ver aquellos que ostentan pequeñas tiendas de ultramarinos.
Las dos caras de la ciudad se superponen en unas calles en las que no se escucha el ruido de las cafeteras, ni se ven oficinas abiertas y tampoco a sus agobiados usuarios de un lado a otro del centro para arreglar trámites.