Las bodegas tradicionales que quedan en Granada capital

Granada capital cuenta con diferentes establecimientos en los que se puede disfrutar de un buen vino. Desde los nuevos locales especializados en ofrecer todo tipo de vinos hasta las tradicionales bodegas o tabernas que se encuentran en la ciudad, algunas de ellas desde hace décadas. Aunque hay varias que cerraron sus puertas, en la capital continúan abiertas varias bodegas tradicionales que ofrecen buenos vinos y que guardan su esencia.

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La Taberna Casa Enrique es la más antigua de la ciudad de Granada. Tiene más de 150 años de historia ya que abrió sus puertas en 1870. En pleno corazón de Granada, en la Acera del Darro, esta taberna tradicional andaluza se ha convertido en la tercera taberna más antigua de Andalucía. Ha ido pasando de generación en generación desde que Enrique Martínez la fundó. En un principio, este local fue parada de postas, en el que las diligencias y los caballos de los pueblos de Granada paraban para repostar allí. Después pasó a ser una expendeduría de vinos, donde se vendían a los clientes en garrafas y barriles, y luego pasó a ser una empresa mini-embotelladora que vendía los vinos a los hoteles y restaurantes. En 1911, Enrique Martínez decidió comprar esta taberna y, 20 años después, le puso una barra para convertir el local en una taberna típica andaluza.

Popularmente, la Taberna Casa Enrique es conocida como la Taberna Elefante y hay diferentes anécdotas sobre este nombre. David Gómez, uno de los socios del grupo que regenta ahora la Taberna Casa Enrique, detalla que se comenta que se debe a que su primer dueño “era muy grandote y andaba así como un paquidermo, mientras que otros dicen que es por ‘las trompas’ que se pillaban aquí o porque una vez se escapó uno de un circo”. La taberna Casa Enrique cerró un año antes de la pandemia porque “no había nadie que la atendiera” y en 2022 volvió a abrir, manteniendo sus toneles y toda su esencia. “Ha sido una taberna muy cultural. Por ella han pasado escritores y poetas como Lorca, Saramago…”, comenta. Este local guarda mucha historia entre sus cuatro paredes y ha logrado subsistir a lo largo de los años ofreciendo “buen vino y buenos productos” a los granadinos. Aún a día de hoy, esta centenaria taberna vende vino de sus toneles para quien desee llevárselo.

También en otro céntrico punto de la capital granadina, junto a la Basílica de la Virgen de las Angustias, se sitúa otra bodega que lleva más de 100 años en la ciudad, aunque no todos ha permanecido abierta. La Taberna Granados abrió sus puertas en 1922 y hasta el año 2010. Después de unos años cerrada, en 2016 reabrió con Gracia Castro al frente. Un poco más modernizada, pero la Taberna Granada sigue respetando su esencia de taberna. Muchos de sus clientes son de la ciudad. “Son los llamados fijos. También vienen turistas porque tenemos hoteles al lado, pero en su mayoría son de Granada, amantes del vino. También gente joven a la que le gusta el vermú. La gente más mayor viene porque mantenemos los vinos que se hacían en otras épocas como el mejorano”, destaca Gracia Castro.

En la Taberna Granados se puede encontrar “una gran variedad de vinos de toda España, de bastantes denominaciones de origen”. “Hay clásicos de Toro, Ribera o Rioja, vinos de Granada también o de Alicante”, detalla Gracia Castro. La situación de la taberna es buena. “Subsistimos muy bien tras la pandemia porque no vivimos del turismo, vivimos de nuestros clientes y siempre nos han respondido muy bien”, resalta su dueña.

Casi centenaria es también Bodegas Castañeda, que se fundó en 1927. Este establecimiento emblemático y tradicional se sitúa en el centro de Granada, en la calle Almireceros 1-3 Esquina con Plaza Sillería. Este local mantiene el aspecto típico tradicional con sus barriles y botellas y ofrece una gran variedad de vinos, algunos de ellos de elaboración propia. Es uno de los negocios con más solera de la capital granadina, que ha sabido mantener su encanto con el paso de los años. En Bodegas Castañeda se puede disfrutar de un buen vermú y de los calicasas, un combinado ‘de la casa’, que mezcla varios vinos con otras bebidas como ron, ginebra o coñac y tiene toques dulces, amargos y cítricos.

Más de cuatro décadas tiene la Casa de Vinos La Brujidera, ubicada en la calle Monjas del Carmen, que abrió sus puertas en 1982. Desde septiembre, el encargado de la misma es Luis Montes, quien destaca que este local ofrece “vinos de todo el mundo”. “Hay principalmente vinos españoles, pero hay alemanes, húngaros, austriacos, franceses, etc”, apunta. Este establecimiento ha sido “centro neurálgico de cualquier amante del vino en Granada durante muchísimos años y centro de reunión de escritores, poetas, músicos, cineastas, etc”, comenta. Lleva como nombre casa de vinos y no bodega o taberna y es un lugar con encanto, al que acuden “turistas que van buscando vino”, principalmente son clientes “nacionales, que son fieles y les gusta el vino y este negocio”. En este local los vinos se anuncian en tablas y llama la atención a quienes lo visitan. “Están teniendo un nuevo auge las cosas antiguas, con esencial. La gente joven también huye de franquicias y de todo los mismo y quieren cosas con historia, con esencia, que son añejas”, remarca Luis Montes.

Otra taberna destacada en Granada capital es La Tana, que abrió en 1993 en el barrio del Realejo, en la Placeta del Agua. Esta taberna ofrece “una gran variedad de vinos de España y también de otros lugares del mundo”. “Tenemos unas 2.000 referencias en vino”, destaca Luisa González, que es dueña de esta taberna junto a su hermano Jesús González. También regentan la Taberna Petra, en la calle San Jerónimo, que es la antigua Bodeguilla de al lado, que era conocida también como Casa Fuensanta, que era tía de Luisa y Jesús y falleció en septiembre. Esta taberna abrió en 1992 y en ella se pueden degustar “vinos de toda España", pero destaca, sobre todo, por los "vinos naturales" que ofrece.

También destaca en Granada capital la Bodega La Taquilla, situada en Ribera del Beiro, que lleva abierta desde hace más de 20 años. Este establecimiento mantiene su esencia, con sus toneles de vino como en las tabernas de antaño. Ofrece una gran variedad de vinos a sus clientes que, en su mayoría son vecinos del barrio y gente de fuera, pero no tanto turistas, ya que está situada en un punto más alejado del centro de la ciudad. “De vez en cuando llega alguno, pero pocos porque estamos a las afueras”, comenta Antonio García, el dueño de Bodega La Taquilla, que ha logrado subsistir a lo largo de los años y que actualmente, cuando en la hostería se está apostando por otro tipo de locales, “no va mal”. “Vamos tirando”, indica el dueño de Bodega La Taquilla, un local con tradición y con una carta de vinos muy variada.