Las consecuencias del 11M
Sr. Director: veinte años han pasado de aquellos brutales atentados en Madrid, de aquella fría mañana de desconcierto, de llamadas desesperadas a familiares, de dolor, de solidaridad y de unión de todo un país. Pero también de esa infame mentira de un Gobierno que no quiso soltar su sillón ni responsabilizarse de sus soberbias decisiones, como el meternos en una guerra que la ciudadanía rechazábamos, como ahora rechazamos la compraventa de armas a Israel y ese genocidio.
Tras perder las elecciones y sin reconocer sus actos -todavía su líder no lo asume-, persistieron como niños malcriados en su embuste. Lanzaron a varios de sus voceros que no pararon de calumniar y difamar: uno desde la radio de los obispos, otro desde su editorial. Emplearon esa nueva peste que es el bulo y que ahora está tan de moda desde la pandemia; hasta tal punto, que torturaron más aún a las víctimas, como Pilar Manjón, y generaron indirectamente otras consecuencias, como el asesinato de un panadero en Navarra, el suicidio de la esposa de un comisario de policía acosado por estas infamias, etc.
Esas víctimas aún las veo en las residencias explotadas por especuladores, en las 7.291 muertes por el 'Protocolo de la Vergüenza' y en las que no pudieron obtener un material de protección adecuado mientras otros se enriquecían impunemente. Pero también veo profesionales y héroes que se jugaron mucho por ejercer su profesión: Zarzalejos, Cintora, Julian Assange, Pablo González…
Jorge de Abajo Bedmar