A la memoria de mi padre, Manuel Sola
Pasa el tiempo, pasa la vida, pero tu sigues ahí, tu no pasas y me acompañas a todas partes...
Tú y yo aquí, eternamente nosotros, ahora y siempre para nunca más decirnos adiós, para morir de amor al recordar lo que somos y sonreír juntos al orgullo de seguir siendo nosotros, a pesar del tiempo, las distancias y de vivir en realidades distintas...
Quiero pensarte como se piensan los grandes amores, con calma y sin prisa para no desgastar ni un ápice los recuerdos y en un arranque de emoción, disfrutar del olor de mis cartas al cielo que nunca me cansa, del recuerdo de tu ternura y de la maravillosa sensación de volver a ser juntos por unos días.
Camino entre la alegría de quererte y la tristeza de habernos soltado tan pronto, tan antes de tiempo, como un acto de amor, porque ahora dicen que amar también es soltar, aunque parezca morir...
Rabia contra el tiempo por dejarme sin ti, por agotar nuestra existencia juntos y sentir esta lejanía tan fría, porque a veces se nos olvida que no somos más que el tiempo que nos queda por vivir y que lo que somos no es lo que nos pasa, lo que somos es el resultado de lo que hacemos con eso que nos pasa y eso que somos perdurará en el alma siempre.
Ahí te llevo, en ella vives como una luz intensa que siempre me invita al recuerdo, como esa cicatriz que dolió y sanó.
Nunca imaginé que tu ausencia ocupara tanto espacio en mi vida. Porque la pérdida viene acompañada de otras muchas pérdidas, la del abrazo al volver a casa, la de mirar la puerta y saber que nunca más vas a entrar, tu lugar en la mesa, las sillas vacías, ese beso de buenos días, las sonrisas cómplices, esa voz a través del teléfono que nunca más escucharás, los te quiero que no volverán y ese abrazo lleno de palabras, que se volvió mudo.
Cada día, la vida me devuelve con violencia tu ausencia.
El silencio me grita tu ausencia y me recuerda que solo somos el tiempo que camina con paso firme hacia ese lugar de no retorno, ese ocaso que quizás algún día nos ponga de nuevo frente a frente...
Ojalá nunca le falte la ternura a tu recuerdo y el sonido a tu risa que guardo como el mayor de los tesoros y que tanto temo olvidar...
Tu amor me salva cada día porque después de millones de oscuridades apareces tu, como un rayo de luz en mi horizonte y me recuerda que eres más que vida, eres eternidad.
Eres el principio y el final de todos los días de mi vida, sin ninguna excepción...
Siempre serás una pequeña ventana por donde acudir a tu abrazo, una mirada que me empuja a vivir cuando la vida me frena. Ese tiempo maravilloso que nos guarda el recuerdo y alguna noche de sueños, en donde sueño que muero para verte de nuevo o mejor aún con verte volver y nunca más dejarte ir...
Aún me faltan versos donde meter las heridas, porque una parte de mi se muere contigo cada febrero.
Mi padre querido, eres un amor que nunca termina ,una puerta siempre abierta, eres esa parte de mi que nunca morirá, ese lugar al que siempre acudo cuando estoy cansada del mundo, ese amor incondicional que me regala un arco iris que da color a mis días grises, el pensamiento que intenta rimar con tu recuerdo y que en la adversidad me recuerda que las tormentas también se bailan.
Infinito tu amor que me empuja a experimentar el amor que transciende a la muerte, el amor de tu risa lejana, de no tenerte, de no abrazarte, disfrutar del amor que supera lo físico, el que vence la distancia y el tiempo, el amor infinito que trasciende más allá de la vida... El amor eterno que sobrevive más allá de la muerte...
La vida juega al recuerdo, a la despedida pensando en nunca, al sin ti que marca para siempre, a el último abrazo que no llegó a tiempo, el contigo nunca más, la voz del olvido después de ti, la vida jugando al amor incondicional, el hogar de todos mis miedos que me guarda tu adiós que con voz entrecortada te susurra, ojalá vuelvas...
A veces me pregunto si acaso me recuerdas alguna vez, si yo vivo aún en tu alma, si queda algo de nosotros en ti.. O si por el contrario también hemos muerto contigo y la muerte se llevó de ti cualquier rastro nuestro...
Ojalá pudieras visitar mi alma y reconocerte en mi amor. Te encontrarías con ese montón de veces en que te echado de menos, con mis ganas de verte, con esas cartas que te escribí y que nunca vieron la luz.. con todo lo que nunca te dije.
Verías apilados al fondo todos esos sueños que me gustaría tener contigo, todos los encuentros imaginarios que inventé para verte de nuevo.
Descubrirías que existe un rincón al cobijo del árbol que nace donde tu risa sigue viva y un lugar que solo existe para quererte.
Reconocerías los pedazos de los te quiero que aún te guardo y también te encontrarías mis ganas de volver a verte por todos los rincones.
Puedes pasear por todos los recuerdos que nos guarda el amor que aún nos delata como parte de la misma esencia, todas las risas y los te quiero de ese ayer que nos guarda ese tiempo juntos.
Camina sin prisa y cuando acabes de pasear por todos los rincones, cierra la puerta y no te vayas.
Este año te contaré poquito del mundo, todo fluye con el mismo sin sentido de siempre, ojalá más te quiero, menos violencia y más abrazos...
Casi todo es invisible menos la sonrisa de mi madre, ojalá nunca me falte su mano, porque con ella todo puedo...Larga vida a su risa y a su amor infinito.
Y mil perdones a la vida por olvidar a veces lo bonita que es...
En este momento casi nada importa más que cada lunes, todo es casi invisible menos los sueños de Guillermo.
La vida es otra cosa cuando te enseña los dientes y te cambia el decorado.
Solo te diré que la pizza de los sábados ha pasado a ser la pizza de los lunes y que caminamos con la esperanza de ponernos a salvo.
Siento como me acompañas en cada insomnio, estás en los restos de mis tormentas, cuando me falta el aliento y respirar bonito se hace difícil, en la coraza de mis sueños, estás cuando sueño con volverte a ver o quizás con verte volver...
Volver al pasado para quedarme un ratito contigo o quizás volar al futuro y reinventar abrazos.
Te quiero por generar magia en mi y por demostrarme que quien te quiere nunca se va.
A veces me gusta imaginar que tu risa aún resuena en mi ,que no te has ido del todo ,que tu alma aún baila con mis ganas de volver a verte, que tus huellas siguen ahí como esa luz al fondo que siempre me abraza y me invita a pasar.
Para mi quererte es un viaje sin fin porque una parte de ti viaja siempre conmigo.
Elijo jugar con el tiempo y buscar siempre tus señales. Elijo quererte siempre porque olvidarte sería morir contigo...
Formas parte de mi vida aunque nunca más vuelvas y nunca más vuelva a verte, aunque el tiempo borre las caras y cierre el paso a tristes despedidas...
Te llevaré en el alma la vida entera y guardaré tu amor para el futuro, con la esperanza de verte de nuevo...
Eternamente nosotros, tan cerca y tan lejos...
Feliz día del padre.
Ana Sola Jerez