Granada celebra el Día Mundial de la Tapa “a ciegas”

La ONCE ha lanzado un cupón especial para conmemorar este 16 de junio

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Los comensales disfrutan de un tapeo a ciegas | Foto y Vídeo: Javier Gea
Sarai Bausán García | @Sarai_Bausan
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Los aromas y las texturas eran lo único que tenían los asistentes para degustar los platos que tenían ante sí. Con la torpeza de quien se ve restringido de algo que le es común, los comensales buscaban con dificultad los cubiertos para probar los bocados que les preparaban en la Escuela de Hostelería de Granada con motivo del Día Mundial de la Tapa.

Para conmemorar la jornada que enmarca una de las actividades estrellas de Granada- el tapeo- la ciudad ha querido realizar una actividad diferente mediante una cata de tapas a ciegas. Los asistentes tenían la barrera de un antifaz que impedía el cotidiano disfrute de los deliciosos platos que se presentaban frente a ellos.

El acto que ha sido llevado a cabo por la ONCE contaba con la participación de la Federación Provincial de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada y la Escuela de Hostelería de Granada.

Alberto Morillas, director de la ONCE en Granada, ha defendido la tapa como un elemento identificativo de Granada “integrador en la medida en que socializa, es accesible y sin barreras para los sentidos y atractivo, sofisticado, original y cada vez de mayor calidad”.

La institución ha festejado esta jornada además con la creación de un cupón especial dedicado a este Día Mundial de la Tapa del que se han reproducido cinco millones y medio de copias y que reproduce la imagen corporativa de esta celebración.

“El universo de la tapa forma parte de nuestra tradición y cultura. Las tapas son ya una seña de identidad granadina que entronca a la perfección con la herencia cultural de la dieta mediterránea, siempre nutricional, rica y saludable y reflejan una forma de vida, las de los andaluces, equilibrada y sana”, ha sostenido el director de ONCE en Granada ante los comensales.

Con la sorpresa marcada en el rostro, los asistentes despejaban el antifaz de sus rostros para ver lo que sus papilas ya habían podido percibir. Una mezcla de sensaciones y sabores que les ha hecho ponerse por un día en la piel de aquellos que no pueden ver.