El granadinista centenario nacido en Berat
Myrto Uzuni alcanzó los 100 partidos como jugador del Granada, en los que ha marcado 43 goles; Pep Boada, director deportivo que le fichó, recuerda su llegada
Lunes, 31 de enero de 2022. La medianoche se acerca inexorablemente a la Ciudad Deportiva. El granadinismo, en casa, desgasta la vista en la pantalla del móvil a la espera de que una perla uruguaya, Matías Arezo, estampe su firma en un contrato, pero en el interior de las instalaciones, un joven albanés aguarda inquieto. "Su incorporación se fue retrasando por motivos de permisos con su equipo y las federaciones", recuerda Pep Boada, por aquel entonces director deportivo nazarí. En la mesa de las oficinas, unas pizzas porque la cosa se había alargado de más. "Myrto y su agente estuvieron desde primera hora de la mañana allí y no podíamos cerrar federativamente su fichaje", continúa el relato. El teléfono vibra de repente a las 23:04 horas. Un tuit: "Goles y asistencias desde el extremo". Con él, la primera sonrisa en rojiblanco del jugador. "Ver las ganas, la ilusión y las facilidades que pusieron fueron los primeros síntomas de la armonía que habría entre el club y el jugador", comprendió el directivo. Era el primer paso del camino centenario de Uzuni en el Granada.
El goleador albanés alcanzó frente al Eldense sus 100 primeros partidos con la elástica de las franjas horizontales, convertido en apenas cuatro campañas en un emblema del granadinismo posterior al EuroGranada. Lo celebró como mejor sabe, con dos dianas más para que el contador señale 43, salvador rojiblanco por enésima vez, y con la carismática sonrisa que ha encandilado a Los Cármenes. "Doy todo lo que tengo por esta camiseta, por esta ciudad y por la gente", se regaló tras la cita ante los medios oficiales del club. Es el líder de un equipo con la moral frágil, el estandarte en las últimas campañas de zozobra, pero no se conforma. El orgullo y su ambición le exigen seguir dejando huella. "Voy a romper un recuerdo como es El-Arabi, que hizo 44 goles", prometió. No abandonó el barco tras el primer descenso, sino que se decidió a liderarlo de nuevo hacia Primera. Ahora vuelve a hacerlo.
Los primeros 15: un comienzo indigesto
Uzuni llegó al Granada procedente del Ferencváros húngaro, donde exhibió su olfato y se dio a conocer en Europa, con una emotiva historia de superación a la espalda. El conjunto rojiblanco había comenzado una deriva peligrosa, pero todavía disponía de un colchón con respecto al descenso. Machís hizo las maletas, aunque sus causas judiciales pendientes le impidieron aterrizar finalmente en Estados Unidos, y el albanés parecía vestir la talla del venezolano. "Estuvimos valorando la posibilidad de reforzar el equipo en el mercado de invierno y pensamos que una de las líneas de mejora era el ataque. Nos centramos en la búsqueda de un delantero que tuviera velocidad y nos aportara gol. Dentro de la secretaría técnica, se aportaron y valoraron diferentes nombres y perfiles. Una vez analizados, concretamos que la opción que más nos gustaba y se adaptaba a las necesidades del equipo era Myrto", detalla Pep Boada, que lideraba ese área.
"Su carácter competitivo, su velocidad y las ganas y ambición que tenía" resultaron lo suficientemente convincentes para mover ficha. "Es un jugador con suficientes recursos técnicos para desequilibrar y finalizar, además de tener una buena capacidad para desmarcarse e interpretar muy bien el juego", le define Boada, que ya tenía claro que se trataba de "una decisión importante para el club". "Se trataba de un jugador extranjero y ello comportaba un desembolso económico. Si no hubiéramos estado convencidos de su rendimiento, no hubiéramos propuesto su incorporación", subraya. El Granada desembolsó tres millones de euros para que firmara un contrato hasta 2025.
Pep Boada, sobre el fichaje de Myrto Uzuni
La primera vez que Uzuni se enfundó la camiseta rojiblanca fue en el Santiago Bernabéu, como titular en un equipo que todavía dirigía Robert Moreno. El albanés se mantuvo en el once inicial en la jornada siguiente, aunque al tercer partido le tocó partir desde el banquillo. Regresó después al once y permaneció hasta que, ya con Torrecilla a los mandos, el equipo perdió el margen para propiciar su adaptación. Requería resultados, cada semana más hundido en la tabla, y perdió el sitio. En sus actuaciones, algunos destellos, pero poco más que buenas intenciones. No tuvo más regularidad bajo las directrices de Aitor Karanka, si bien firmó la primera de sus muescas como nazarí. Lo hizo el 7 de mayo, en Son Moix, al anotar el quinto de la goleada que ponía la salvación a tiro. Un espejismo que se diluyó en la última jornada. Para entonces, el corazón de Myrto ya pertenecía a la eterna lucha.
"Seguramente, si Uzuni hubiese llegado antes, el equipo habría logrado la permanencia. Además, si analizamos estas últimas campañas, Myrto ha lanzado desde que llegó 15 penaltis y solo ha fallado dos. El Granada, en la temporada que descendimos, tuvimos uno para salvar la categoría en el último partido, en los últimos minutos. ¡La de veces que le he dado vueltas a aquello!", lamenta Pep Boada, que, incluso, va más allá. "Se hubiera mantenido la categoría y el trabajo realizado por la secretaría técnica hubiese sido el mismo. Lo más probable es que siguiéramos aún en Granada y el equipo se habría estabilizado en la máxima categoría. Pero bueno, esto ya es solo una opinión mía", exterioriza.
Capital en el ascenso: 39 encuentros para convertirse en líder
La pérdida de la categoría implicó una profunda reforma de la plantilla rojiblanca. La mayoría de las piezas clave del equipo se fueron y Uzuni, que tenía buen cartel en el extranjero por su etapa en Hungría, percibió en esta tesitura la oportunidad de afianzarse. El albanés decidió dar un paso al frente, asumió el dorsal '11' que liberó Machís y también su rol como figura capital en el ataque nazarí. Había asumido la responsabilidad de devolver al Granada a Primera División y estaba dispuesto a tirar él solo del cuadro nazarí si era necesario. Con la posibilidad de hacer una pretemporada por primera vez en la estructura granadinista, culminó su adaptación y reclamó el papel de líder.
Pep Boada, los penaltis de Uzuni y el descenso
En Segunda partió como titular indiscutible y no hubo quien le alejara de este rol. Ante el Racing, en el reencuentro con en Los Cármenes, marcó por primera vez ante su afición. Algo en el interior del albanés cambió, como si el rugido de la hinchada hiciera 'clic' y despertara su instinto. No dejó de marcar desde entonces, reconvertido en un delantero mortal al primer toque, infalible desde los once metros. "Nosotros lo veíamos tanto de extremo como de punta o segundo punta. Su velocidad y predisposición para picar al espacio detrás de la línea defensiva lo hacían muy apetecible y no teníamos ninguna duda de que encajaría", apunta Boada. Uzuni se ganó a cada aficionado a base de dianas y, con su garra, se convirtió en el ídolo de los granadinistas más pequeños. En lo que el joven Bryan Zaragoza lograba destapar el tarro de las esencias, el nombre del atacante de Berat serigrafiaba el dorsal de las camisetas en la grada. Un nuevo ídolo a los pies de la Alhambra.
Despidió la temporada con un baño en la Fuente de las Batallas, crucial en el ascenso granadinista. Jugó 39 encuentros, 35 de ellos en la foto inicial -uno fue en Copa del Rey-. En su cuenta, 23 tantos que le convirtieron en el máximo artillero de Segunda División, aderezados con seis asistencias a sus compañeros. Sus guarismos no pasaron desapercibidos. El Galatasaray y el Leeds contactaron para echarle el guante, pero su respuesta fue firme: "No es posible. Estoy feliz en Granada". Solo quería escuchar al escudo de la bala y el balón. Renovó una temporada más con el conjunto rojiblanco, hasta 2026, en un movimiento que supuso un incremento en sus emolumentos y que fijó una cláusula de rescisión con dos valores, en función de la categoría. En Primera, de 25 millones de euros; en la categoría de plata, 12 'kilos'.
34 más en Primera: once goles que no dieron para la permanencia
Myrto Uzuni volvió a la máxima categoría con ganas de consumar su particular venganza, desapercibido en su primer curso como rojiblanco. Sin embargo, encontró un escenario poco propicio. El Granada compitió en caída libre durante toda la campaña, perjudicado por una interrumpida planificación de la plantilla y desvalijado durante la campaña. Ni Paco López, ni el Cacique Medina ni José Ramón Sandoval lograron revertir el rumbo. Pero el albanés lo luchó como si realmente hubiera alguna posibilidad. Sus registros fueron notables, en sociedad con Bryan Zaragoza hasta que el Bayern se llevó al joven malagueño. Marcó once goles y asistió en otra ocasión en los 34 duelos que disputó, titular en 28 de ellos. Números llamativos, especialmente para militar en el peor equipo de la categoría.
La anécdota sobre el fichaje de Myrto Uzuni por el Granada CF
Los 12 que lleva: ya es segundo máximo anotador
El pasado verano la situación fue distinta. Su cláusula cayó de nuevo a los 12 millones de euros y contaba con que el escaparate de la Eurocopa le exhibiera ante el interés de algún club que militara en una máxima categoría europea. Sin embargo, se quedó fuera de la convocatoria de Albania, lo que le hizo estudiar otros escenarios. El Granada siempre le mostró su interés de que continuara siendo la piedra angular del proyecto, lo que terminó por convencerle para quedarse una temporada más. Volvió a cambiar de dorsal, ahora con el '10' que remarca su peso en el club, aunque tardó en tomarle el pulso al ejercicio. Marcó a la cuarta jornada, todavía con Guille Abascal en el banquillo, para iniciar una nueva racha. Lleva ocho muescas en los 12 encuentros que completan su centenario, ubicado ya en el podio de máximos anotadores de Segunda. El último, para desatar el éxtasis. Es el gran poder del granadinista nacido en Berat, dispuesto a seguir haciendo historia en Los Cármenes.
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