Abel Resino: "Lo ideal es jugar estos partidos con el corazón caliente, pero la cabeza fría"
El que fuera entrenador del Granada, que vivió la salvación de Vallecas en 2012, otorga al Granada "un 75 u 80% de probabilidades de ganar"
El 13 de mayo de 2012, Abel Resino (Velada, 1960) se presentó en Vallecas al frente de un Granada que, en cuadro, se jugaba la permanencia en Primera división. "Veníamos de jugar un encuentro contra el Real Madrid, con la famosa expulsión de Dani Benítez con el árbitro. Llegábamos con bastantes problemas, sobre todo, porque no teníamos apenas jugadores, entre expulsiones y lesiones", recuerda. El conjunto rojiblanco perdió, pero el resultado le sirvió para salvar la categoría. "Aquel partido fue difícil, complicado", sostiene. Este domingo, Los Cármenes acoge otra cita determinante en el futuro nazarí en la élite. "Le doy ahora mismo un 75 u 80% de probabilidades de ganar. Hay que dejar siempre un margen, porque el fútbol es así, pero, si reunimos esos condicionantes o esas circunstancias que rodean al choque, creo que parte con ventaja", afirma.
"El Granada tiene una cosa buena: depende de sí mismo, y eso es muy importante. Juega en casa y ante un equipo que, en teoría, no se juega nada", argumenta el que fuera entrenador rojiblanco, a quien no se le escapa la particular coincidencia de que "los tres equipos implicados se enfrentan a clubes que ya no tienen nada que hacer en esta Liga". "Ser local siempre es un acicate para que la afición te lleve en volandas", insiste, al otro lado del teléfono, desde Madrid. En este sentido, advierte de que la importancia de "que a los jugadores tampoco les sobrepase actuar ante la hinchada". "Van a sentir el calor del público, porque va a apretar lo indecible, porque quiere ser el año que viene de Primera. Hay que preparar a los futbolistas para aprender a digerir este tipo de partidos. No va a ser fácil", indica bajo el prisma de la experiencia.
A su modo de entender estos encuentros, "lo ideal es jugar con el corazón caliente, pero la cabeza muy fría". "Hay unos condicionantes que, si no los vigilas bien, se pueden volver en tu contra", resume. Precisamente por ello, considera que es fundamental "no hacer nada especial" en la semana previa al encuentro. "Lo que yo intento es restar importancia, porque la tensión ya está de por sí, ya se genera. Lo que no puedes hacer es echar más leña al fuego. Eso es negativo para el equipo de fútbol porque generar una ansiedad excesiva lo único que puede hacer es volverse en contra", sugiere. "El entrenador y el cuerpo técnico tienen que intentar que el equipo esté lo más tranquilo que pueda. No siempre se puede conseguir. Yo no soy partidario de hacer concentraciones de tres o cuatro días antes de estos partidos", detalla.
Sin mirar a otros campos
Tampoco defiende estar pendiente de los resultados que tengan lugar en otros campos. "En Granada solo juega el Granada. Depende de él y, cuando dependes de ti mismo, no tienes que mirar a los demás. Si no eres capaz de conseguirlo por ti mismo, tampoco puedes esperar que te lo den", sentencia Resino. Por eso, bajo su criterio, "aislar al futbolista de lo que ocurre en otros campos es clave". No obstante, no elude la relevancia del choque. "Estamos hablando del partido más importante del año. Te juegas ser o no ser. Cuando oigo a entrenadores y a jugadores hablar de que quedan cinco finales, digo que eso no existe. ¿Qué es eso de que tienes cinco finales? Solo existe una final, que es este domingo, porque el lunes no se juega más Liga y ya se ha acabado todo, para bien o para mal", esgrime.
"Tú has reducido la temporada a un partido. Es como si los otros 37 que has jugado no sirviesen para nada. No puedes decir que perdimos aquí o tendríamos que haber hecho algo. Es como si te lo hubieran borrado de un plumazo. Oigan, señores, que empieza la temporada 2021/2022 hoy y termina hoy, el domingo", subraya. En este caso, el escenario de esa campaña de una sola fecha es favorable al Granada, a su parecer, principalmente por el triunfo rojiblanco en Son Moix. "La clave ha estado en el partido en mallorca. Ganar era fundamental. Si no, yo creo que ahora mismo, seguramente, estaríamos hablando de una cosa más complicada", sostiene.
En cualquier caso, "lo importante ahora para el Granada es salvar esta situación, que el próximo año esté en Primera división y hacer las cosas un poquito mejor, para evitar que vuelva a suceder esto", indica, al cierre de un curso diametralmente opuesto al anterior. "He visto irse a un Atlético de Madrid irse a Segunda división con grandes futbolistas. En el fútbol nunca se sabe, nunca sabes dónde van a tener problemas. Yo creo que el Granada tenía un equipo suficientemente importante para no pasar apuros, pero esto es así. Al final, por algo has llegado a esta situación, porque no has hecho las cosas bien, porque no has hecho los deberes a tiempo… Y luego, ya sabes lo que pasa. Cuando te metes en una situación difícil, complicada, aparecen los nervios, ya no tienes la cabeza igual y, sin darte cuenta, te metes", analiza.
El recuerdo de Vallecas
Para Abel Resino no es nueva esta tesitura. En Vallecas, las circunstancias eran similares. "Íbamos en cuadro, con una cierta ventaja, pero también es cierto que aquel año la salvación estaba muy alta. Entonces, no era fácil", relata. "Lo recuerdo como un partido muy emocionante. Ocurrió lo que casi nunca ocurre: dos equipos nos estábamos jugando la salvación y nos salvamos los dos. A nosotros nos sirvió, incluso, la derrota para salvarnos. Al final, fue muy bonito. Es rara la vez que, una vez que el público invade el terreno de juego, las dos aficiones se abrazan. Lo más normal es que alguna de las dos llore", exterioriza.
No obstante, el duelo estuvo cargado de "tensión". Todo el mundo estaba muy nervioso, los banquillos muy nerviosos, los jugadores…", sostiene el exentrenador rojiblanco, que, además, incide en la influencia que tuvo la grada. "Es un estadio en el que toda la gente está encima… Había tanto ruido que era imposible poder atender a explicaciones. Un descontrol total en ese sentido", describe. Y a todo ello se unió que "los transistores funcionan". "Era todo una locura", sintetiza.