Del Miguel Prieto a Old Trafford: el viaje bicentenario de Puertas en el Granada
El extremo almeriense alcanzó en Tenerife los 200 partidos con la camiseta rojiblanca horizontal; su primer entrenador en el club, Joseba Aguado, recuerda su llegada y analiza su crecimiento
La primera vez que Antonio Puertas se enfundó la camiseta del Granada, el almeriense apenas tenía 20 años. Acababa de recalar en el filial rojiblanco, por entonces en la Primera División Andaluza, tras salir del Polideportivo Ejido, que competía en Segunda B. Era 2012 y el segundo equipo nazarí actuaba como local en el coqueto estadio Miguel Prieto, el campo de la Federación Granadina de Fútbol, donde sus encuentros era todo un evento para los cientos de niños que jugaban antes o después sus partidos en categorías inferiores de los equipos del barrio. La primera vez que el de Benahadux participó con la primera plantilla, fue en 2017, en Segunda División, bajo el mandato de José Luis Oltra. La última, el pasado domingo, le convirtió en bicentenario, para redondear un viaje histórico, en el que ha ido dejando goles en cada categoría que ha pisado.
El ‘10’ rojiblanco alcanzó los 200 encuentros con el primer equipo del Granada en el Heliodoro Rodríguez López. A su espalda, 31 flechas que ha clavado en la diana y 21 asistencias a sus compañeros. Números de leyenda en el club, con el que ha caminado desde el césped artificial del modesto campo de fútbol del Zaidín hasta Old Trafford. Ascendió con su filial hasta la Segunda División B y con ‘los mayores’, a Primera. Tocó el cielo europeo y ahora rema por el retorno a la élite.
"Sus primeros pasos en el club fueron difíciles, porque venía lesionado, mal diagnosticado. Tenía una fisura en la tibia", recuerda Joseba Aguado, entrenador del entonces denominado Granada B cuando Puertas recaló en la entidad nazarí y técnico del almeriense hasta 2014. "Llega procedente del Poli Ejido, que en esos momentos tuvo problemas. Había jugado en Segunda B. Le hicimos una oferta porque lo estuvimos observando varios partidos. Vimos unas características muy importantes que nos podían ayudar mucho. Lo incorporamos rápidamente y estuvo desde Primera Andaluza con nosotros", recuerda el preparador granadino. Lo que vio en él fue "a un futbolista". "Hay mucha gente que juega al fútbol, pero en él vimos unas características de jugador, con buena zancada, que técnicamente iba bien y, sobre todo, tenía capacidad de gol", matiza.
Comienzo complicado en el Granada
El club buscaba un jugador que reforzara la parcela ofensiva, por detrás del punta o en un costado, y Aguado lo tuvo claro: "Antonio tenía las características ideales. En ese momento, apostamos por él", relata. Era la temporada 2011/2012 y la apuesta entrañó riesgo por la dolencia que arrastraba Puertas. "Jugó con nosotros un par de partidos y consiguió un gol", continúa, antes de revelar que las dificultades también se extendieron a otros ámbitos. "Quizás por la lesión, le costó un poco entrar en el grupo. Poco a poco, fue haciéndose amigos dentro del vestuario. Al principio, para un jugador que venía del Poli Ejido en Segunda B, que baja a Primera Andaluza, entrena en el campo de la Federación y, para colmo, lesionado, todo era un poco diferente. Luego, el propio vestuario se abrió a él y él, a los compañeros", abunda.
La circunstancia inquietaba por la apuesta que había hecho el club. "Recuerdo que, cuando estaba lesionado, vinieron los de Granada CF TV a hacer un reportaje. Me tuve que poner muy serio con él y decirle que se pusiera a hacer abdominales, que tenía que salir en el vídeo haciendo algo para que la directiva del club no nos llamara la atención. Veíamos que tenía unas características importantes para nosotros y queríamos recuperarle lo más pronto posible", narra Joseba Aguado, quien puntualiza que, cuando aparecieron las cámaras, el almeriense "se puso a hacer abdominales y movimientos para que lo viera el director deportivo y saliera en la tele, que viera que estaba metido en dinámica y no se le cortara".
Fue el comienzo de un camino extraordinario. En su primera campaña con el filial, ascendió a Tercera División, aunque fue a partir del segundo curso, una vez superados los problemas físicos con los que llegó, cuando empezó a exponer su potencial. Dejó 13 muescas en la temporada 2012/2013, que ayudaron al Granada B a promocionar a Segunda B, y otras 10 dianas en la campaña posterior. "Ya veíamos entonces que podía ser una pieza importante. Empezó siéndolo en el filial, sobre todo en Tercera y Segunda B. Fue como un meteorito hacia arriba, en sus capacidades de trabajo, de finalización… Con nosotros, jugaba por banda izquierda o por detrás del delantero, como mediocentro ofensivo. Siempre hacía muchos goles, era uno de los máximos goleadores del equipo. Su capacidad de trabajo era impresionante", define Aguado.
Salida al Almería
Fue antes de abrir un paréntesis en su relación con el Granada. "Tuvo el problema de que el club quiso renovarlo a la baja y el Almería apostó por él", recuerda. Fichó por el conjunto indálico, con el que, tras un ejercicio con el segundo equipo, se hizo un hueco en la plantilla de Segunda División. "Hay que decir que fue un profesional, porque casi nos obligaron a que no jugara en los últimos partidos aquí, pero él seguía entrenando y ayudando a los compañeros", subraya el que fuera su técnico, quien sostiene que "ya se veía ahí que era un jugador con un porvenir increíble, como lo está demostrando en Segunda y Primera División".
Hubo que esperar tres años para volver a ver a Puertas vestido con la elástica rojiblanca horizontal. El almeriense fue una de las principales apuestas del Granada tras su descenso a Segunda, estandarte del proyecto junto con Joselu, Javi Varas y Darwin Machís. Su retorno, sin embargo, no fue como él habría deseado, como tampoco se desarrolló la temporada del equipo como se esperaba. Defenestrado por Oltra y relegado a un plano muy secundario con Miguel Ángel Portugal, el extremo nazarí solamente gozó de cierto protagonismo durante la breve estancia de Pedro Morilla en el banquillo del primer equipo, que se quedó fuera de la promoción de ascenso cuando su objetivo era regresar a la élite en su primer intento. El de Benahadux jugó 20 encuentros, siete como titular, en los que no pudo ver puerta.
El fracaso del proyecto condujo al inicio de una época dorada tanto en el club como en la carrera de Puertas. El Granada ascendió a Primera, se clasificó para la UEFA Europa League y llegó a los cuartos de final del torneo continental con el almeriense como jugador fundamental. También vivió el final de este ciclo, sin bajarse del barco pese a disponer de ofertas para hacerlo. Son 180 encuentros entre las últimas cuatro campañas y lo que va del presente curso, 31 tantos y 21 asistencias.
"El mismo Puertas"
"Yo creo que es el mismo Puertas que metía los goles en la Federación, pero que los mete en Segunda o Primera División. Es muy amigo de sus amigos, de sus compañeros. Todavía se le puede ver en eventos, momentos o comidas con esos compañeros que estuvieron con él en Tercera o Segunda B", sostiene Joseba Aguado, ahora que le ve cada semana desde fuera. "Su capacidad de trabajo es lo que diría que más ha cambiado. Muchas veces me río con él cuando lo veo jugar de lateral derecho. Nunca hubiera pensado que podría haberlo hecho, pero su capacidad de trabajo le ha hecho poder jugar en varios puestos. Le hemos visto hace muy poco, en una etapa con Diego Martínez con un rendimiento altísimo", agrega.
"Está muy integrado en la ciudad, se siente muy querido. Es una persona que necesita cariño para demostrar toda su valía. Aquí, en Granada, lo tiene, por la ciudad y los aficionados", abunda el entrenador que le llevó al club rojiblanco. Él también quiere que a la historia de Puertas como rojiblanco horizontal aún le queden muchos episodios por escribir. "Este año ha tenido algún canto de sirena para cambiar, pero tenía claro que su sitio es aquí. Espero y deseo que continúe alguna temporada más aquí. Es una grandísima persona y un grandísimo jugador".