Neyder Lozano: "Siempre me quedará la espinita de pasar sin pena ni gloria en los mejores años del Granada"
Después de tres años inactivo por una grave lesión, el central colombiano vuelve a sentirse futbolista en Lugo, equipo con el que se enfrenta al conjunto nazarí este sábado
El nombre de Neyder Lozano (Quibdó, 1994) quedó grabado en la historia del Granada, a pesar de que nunca pudo vestir su camiseta oficialmente. Fue uno de los integrantes del plantel que se clasificó para la Europa League y alcanzó la semifinal de la Copa del Rey, el primer fichaje del conjunto rojiblanco tras retornar a Primera División en 2019. Una apuesta del club en la que jamás se supo vencedor o perdedor, pues una lesión en el mismo verano en que se incorporó a la entidad le apartó de los terrenos de juego durante más de tres años. "Era una cosa que se suponía que sería para tres meses", recuerda el colombiano. Con el paso del tiempo, se pegó a su espalda la sombra de la retirada, en especial cuando finalizó su contrato con el equipo granadinista en julio, pero la espantó con una fe inquebrantable. El fútbol le ha premiado en Lugo y este sábado, en el Anxo Carro, se reencontrará con el cuadro nazarí.
El zaguero se unió al cuadro albivermello en la pasada pretemporada, en régimen de prueba para tratar de convencer a Hernán Pérez. Lo hizo y no solo se quedó en la plantilla lucense, sino que, además, inició la campaña como titular en el eje de la defensa. El cambio de técnico le ha llevado al banquillo, pero sigue compitiendo por el puesto. Hasta la fecha, ha jugado diez encuentros entre Liga y Copa, y desea este sábado volver a participar. Se le quedó clavada la espinita de estrenarse con el Granada, del que se despidió con un descenso. Reconoce que "es una pena" medirse al cuadro rojiblanco en Segunda, pues querría "que siguiese en Primera". Ahora, no obstante, mira hacia adelante, de nuevo feliz. Espera sumar tres puntos que el Lugo necesita para no hundirse en la tabla y, en lo personal, desea seguir escribiendo capítulos en su historia de superación.
Pregunta: Vayámonos al 15 de agosto. Se acercan las 19:30 horas y por la megafonía del Anxo Carro vuelve a sonar su nombre en una alineación oficial, más de tres años después de su último partido. ¿Cómo es ese momento?
Respuesta: La verdad es que lo disfruté mucho. Fue la recompensa a no haberme dado por vencido en esos tres años de dificultades, de lesión. Fue una lástima que no ganásemos ese partido, pero disfruté el momento de volver a competir, y más en el fútbol profesional español, con la dificultad que eso conlleva.
P.: Aún en aquel momento, en el vestuario, cuando conoce la alineación, ¿qué ve al mirar hacia atrás?
R.: Cada dificultad que pasé, cada prueba que superé. Es la recompensa a a seguir creyendo que iba a ser posible volver a jugar al fútbol profesional. Gratificación fue lo que sentí en ese momento.
P.: Fue un proceso larguísimo. Comienza con una fisura en la tibia derecha en verano de 2019, pasa cuatro operaciones, tres temporadas. ¿Pensó en algún momento que con esa lesión se acababa su carrera?
R.: La verdad es que sí lo piensas. Lo piensas porque, al final, era una cosa que se suponía que iban a ser tres meses y pasan tres años, y ves que no se encuentra una solución. Fue complicado. También tenía la esperanza de que en algún momento se iba a encontrar esa solución. No sabía qué tanto iba a costar, pero sí que se encontraría. Siempre tuve esa pequeña esperanza de saber que, cuando se encontrara, la cosa iría sobre ruedas. Y así ha sido.
P.: Era su oportunidad en Primera, la mejor época del club… ¿Qué ha sido lo más duro de recorrer todo este túnel?
R.: Lo más duro es vivir con tus compañeros los mejores años de un club como el Granada, la oportunidad de estar en Primera División y no poder demostrar el jugador que era en ese momento. Siempre me va a quedar esa espinita de saber que pasé por el Granada en los mejores años, pero pasé sin pena ni gloria. Es algo duro, pero fue lo que me tocó vivir. Me ayudó a madurar. Ya quedó como parte de mi proceso, de mi carrera, y no me queda otra que mirar para adelante.
P.: ¿Qué lección le ha dejado todo esto?
R.: Me ha dejado muchas. Saber manejar esto en medio de que es algo que puede pasar en medio de nuestras carreras. Al final, el futbolista no está apto para tener estas lesiones y saber manejarlas. Va en nuestra profesión tratar de llevarlo de la mejor manera. A nivel personal, también me ayudó a ser un poco más paciente. Las cosas me venían sobre ruedas, todo iba tan bien que fue como la forma de decirme ‘mira, no todo va a ser tan bonito’.
P.: ¿Cómo se siente ahora?
R.: La verdad es que estoy bastante bien. Gracias a Dios, la lesión ya quedó en el olvido. Ahora, estoy trabajando fuertemente para volver a reengancharme un par de partidos, como al principio, que jugué seis encuentros seguidos. Estoy esperando mi momento, mi oportunidad, siguiendo las órdenes del míster, cogiendo los conceptos, lo que él quiere de nosotros.
P.: ¿Se vive el fútbol de otra forma después de una lesión así?
R.: Claro, lo vives con más ganas. Llevas un poco peor no jugar todos los partidos, tienes que saber manejar esta situación. Después de estar inactivo tanto tiempo por una lesión, cuando estás bien, lo que menos quieres es eso, no poder competir, jugar cada domingo. Pero, mirando lo que has pasado, ves que también eres un afortunado por poder, por lo menos, entrenar, entrar en una convocatoria y estar disponible para que el entrenador decida. Eso también me ha servido. Estoy buscando el equilibrio para estar lo más tranquilo en cada momento.
P.: ¿Qué tal la adaptación a Lugo?
R.: La verdad es que bastante bien, es un club bastante humilde, con el objetivo de salvarse. Son gente joven, con ganas e ilusión, igual que uno. Eso me ha hecho sentir como uno más. Tengo la experiencia de venir de Primera División, pero también de haber estado tres años sin jugar. Eso hace que yo tenga esa ilusión, esas ganas, ese deseo de poder hacer las cosas bien y jugar. Creo que, por esa parte, este es el club ideal para mí.
P.: El Lugo le ha acogido inmediatamente después de salir del Granada y está participando. ¿Esperaba tener tan pronto esta oportunidad de sentirse importante en Segunda cuando salió del club este verano?
R.: Sí, yo vine aquí a prueba. Gracias a Dios, pude quedarme. Tuve la suerte de engancharme en un par de partidos seguidos al inicio de la temporada, lo que me ayudó en el tema de la confianza, de poder ir cogiendo minutos y competir. Lo cierto es que cuando mejor estaba y más confianza estaba cogiendo, no tuve la suerte de seguir con esa racha de encuentros, pero esto es muy largo y estoy trabajando fuerte para hacer las cosas que pide el míster y ganarme el puesto de nuevo.
P.: En lo colectivo, está siendo un curso complicado. El equipo no termina de despegar y está en descenso.
R.: Es la Segunda División. Ganas dos partidos y sales; pierdes dos y ya ves lo igualada que está siendo. Lo que necesitamos es enganchar tres victorias seguidas, tomar un poco de aire y salir de esta situación tan complicada que es el descenso.
P.: Este sábado, les visita el Granada. ¿Cómo ve el partido?
R.: El Granada parece que tiene las ideas más claras con el cambio de entrenador. Ha puesto la cuarta marcha y ahora lleva tres partidos seguidos sin perder. Tenemos que buscar nuestros puntos fuertes, hacer que no se encuentren cómodos y ganar, que es lo que necesitamos para salir pronto de esta situación en la que estamos.
P.: Quedan compañeros suyos en el vestuario. ¿Les ha empezado a picar ya por WhatsApp?
R.: No, no, nos veremos aquí y ya aprovecharemos para hablar en persona. Tampoco hay que picarlos mucho, no vaya a ser que tengan su día y en el campo se saquen toda esa rabia -ríe-. Esperaré a que lleguen aquí y nos saludaremos. Ojalá que se gane -ríe-. En este caso, le deseo lo mejor al Granada, pero necesitamos los tres puntos como el que más.
P.: ¿Cómo está viendo al conjunto granadinista?
R.: Así es la Segunda División. No solo le ha pasado al Granada, sino también a varios equipos, cuyo objetivo, o la planificación que se ha hecho, es para volver a subir a Primera y les ha costado. Ya se nota que los equipos están cogiendo las ideas claras y eso hace que todo vaya mejor. Al equipo se le ve mucho mejor, más sólido. Eso se está viendo con resultados, que, al final, es de lo que va el fútbol. Si haces buen juego y compites, pero no tienes resultados, siempre estará la duda del por qué.
P.: ¿Lo ve como un candidato al ascenso directo?
R.: Hombre, claro. Por plantilla, por jugadores… Es un equipo que, a pesar de que se le fueron muchos futbolistas que estaban el año pasado, siempre ha mantenido una base sólida. También, por las contrataciones de varios jugadores y otros que ya estaban. Uzuni, que el año pasado no estaba tan bien, este año es el goleador de Segunda. Está aportando lo que, quizás, le faltó el año pasado. Si te pones a mirar plantillas, son pocas las que tienen la variabilidad de jugadores que tiene el Granada.
P.: Vivió la época dorada del club, con la participación en Europa League, pero, a la vez, fue su peor etapa deportiva. ¿Qué sabor de boca le deja su paso por Granada?
R.: Es una sensación agridulce, porque disfrutas de que un equipo tan humilde como el Granada haya hecho esas temporadas tan buenas, incluso compitiendo al máximo nivel en Europa, con clubes históricos, pero lo que todo jugador desea es disfrutar en el campo. Yo no pude hacerlo y, al final, esa es la espinita que te queda clavada. Disfruté, porque, gracias a Dios, pude disfrutar, aunque no fuera dentro del campo, pero hubiera deseado competir y demostrar que era el jugador por el cual había apostado el Granada en ese momento.
P.: No pudo vestir la camiseta de forma oficial.
R.: No tuve la suerte de que, por lo menos, pudieras decir ‘fue una buena apuesta’ o ‘fue mala’. Fue duro, porque también hubo comentarios al respecto, y en el proceso en el que estuve, era duro leer eso, pero forma parte del fútbol. Gracias a Dios, me pude recuperar y ojalá algún día, espero que sea esta temporada, pueda jugar en Los Cármenes, aunque sea con otra camiseta que no sea la del Granada.
P.: ¿Qué momento tiene grabado en la memoria de su paso por el club?
R.: Son muchos momentos. Cuando pude pisar el estadio en el partido contra el Sevilla, la Copa del Rey contra el Athletic, el último partido que le ganamos también al Athletic y nos metemos en Europa League… Fueron muchos momentos bonitos. También, lo malo de esos momentos bonitos es que hubo un Covid que no nos permitió vivir esos momentos con nuestra afición, pero son muchos los que quedan en mi recuerdo y me llevaré siempre en mi corazón.
P.: También vivió el descenso. ¿Qué piensa que ocurrió?
R.: Es el fútbol, es así. Es un club humilde al que le puede pasar eso. Fue un cúmulo de cosas que pasaron durante la temporada, rachas en las que no nos salían las cosas de la mejor manera, muchos cambios… Con eso, quieras o no, la estabilidad que tenían el club y el vestuario se vio un poco afectada, y en Primera o Segunda, si te descuidas y no haces las cosas bien, es algo que puede pasar. Lastimosamente, le pasó al Granada.
P.: Terminó su contrato con el club y salió, pero a la misma categoría. ¿Le hubiera gustado tener la oportunidad de probar en pretemporada, como con el Lugo?
R.: Son decisiones que uno, como jugador, tiene que respetar. El club, también por haber descendido, se fija un objetivo de ascender, por lo que es difícil. Era una situación complicada para el club y yo la entendí, porque, después de tanto tiempo, bajó de categoría, lo que yo creo que dificultó todo. Son cosas de esta profesión, me tocó irme a otro sitio. Es una pena que me tenga que enfrentar con el Granada en esta categoría, porque me hubiese gustado que siguiese en Primera. Ahora, a competir, y ojalá jugar el fin de semana para demostrar el jugador por el cual ellos, en su momento, apostaron.
P.: ¿Se atreve con un resultado para este sábado?
R.: Te firmaría un 1-0. El Granada es un equipo muy difícil y el 1-0 te lo firmo.