El Granada se pide otra ronda (0-2)
El conjunto rojiblanco cumple y vence sin sobresaltos al modesto Cortes, gracias a los goles de Shon Weissman y Dani Salas en propia puerta
El Granada se pide otra ronda de la Copa del Rey. El conjunto rojiblanco ha pasado el primer trámite de la competición de los sustos y los descalabros sin sufrir de lo uno ni de lo otro. Ha cumplido ante el modesto Cortes, de Tercera RFEF, en un encuentro correcto, resuelto con toda la brillantez que ha permitido un terreno de juego casi impracticable. El cuadro dirigido por Fran Escribá se lo tomó tan en serio como pretendía el técnico y ha rubricado su presencia en la próxima eliminatoria, para, de paso, restar aún más hierro a la derrota liguera. Marcó antes del descanso Shon Weissman para pedir sitio en el once, asistido por el siempre eléctrico Rodelas, y ya pasada la hora de juego fue Dani Salas quien se pegó un tiro en el pie para dar la cita por concluida. Los nazaríes siguen adelante, exactamente como les exigía el guion.
Al conjunto rojiblanco no le convenía un tropiezo en Copa, por más que para algunos pueda parecer un estorbo, en un momento en el que todos los fantasmas parecen bien encerrados en algún calabozo de los túneles de Los Cármenes. Escribá lo sabía y sus pupilos respondieron como la ocasión lo requería, en un escenario idóneo para la emboscada. Un encuentro práctico y resolutivo, sin florituras ni alarmas, en el que, sin embargo, no fueron demasiados los hombres que se reivindicaron, perdida la ocasión. Debutó el joven Manu Lama y Siren Diao estrenó titularidad, con Luca Zidane e Ignasi Miquel de vuelta. Todo fue sobre ruedas.
Aquello del fútbol de barro no era una simple expresión en el Municipal de Tudela, en perfectas condiciones para acoger un certamen de patinaje, pero cuestionables si lo que se pretendía era ver rodar el balón. A los de Fran Escribá les costó algo adaptarse, aun dominantes desde el inicio, decididos a percutir por una banda en la que el color marrón se iba comiendo el verde del césped. Saltaron tranquilos, con su rival agazapado como adelantaba la sinopsis de la película, y con Theo Corbeanu empecinado en ser el protagonista. Por su banda empezó a cargar el Granada mientras el Cortes asumía con humildad su papel, aunque sin renunciar a emular a David frente a Goliat. Sacó pronto la honda a paseo, disparado Álex Puertas tras un córner, y Dani Salas se vio en una cita íntima con Luca Zidane, pero el punta se perdió en la ensoñación del gol y estampó el tiro en el muñeco.
Fue un sobresalto aislado, apenas un "truco o trato" al que los granadinistas respondieron con un monólogo. Corbeanu agarró el micro, más motivado que cualquier aspirante en La Voz, y comenzó a zigzaguear, a veces a trompicones. En un desborde llegó a la cal y certificó un envío a la testa de Józwiak, que imprimió demasiada altura al frentazo. Trigueros fue poco a poco comandando la operativa, insistente en el perfil diestro aunque -alerta de spoiler- donde se coció el peligro real fue por el otro costado. Detectó a Ricard en una internada y el lateral golpeó cruzado, ágil Raúl para palmear. A Siren Diao, muy desapercibido en su primera titularidad, le sorprendió después junto al poste un centro que peinó Ignasi Miquel, incapaz de dirigirlo a gol.
El Cortes encolaba sus líneas hasta agolparse en una maraña frente a su rival y apretaba los dientes. Su oponente, en vista de la dificultad de circular, situó una diana en las dependencias de Raúl y comenzó a combar dardos. Weissman cazó uno de Trigueros con una chilena que se le fue muy arriba, pero en la siguiente hincó el colmillo. Rodelas, reconvertido lateral aunque incapaz de desprenderse de su malévola imaginación cuando el balón cae en sus botas, cambió de ritmo hacia la oscuridad del fondo tudelano, sin iluminación tras la meta, y casi por intuición logró estirar un servicio que iba a morir al corazón del área, un lodazal en el que el israelí se mueve como en casa. Apareció como un avión para empalmar a la red con la zurda.
Con el chasquido de la lata, todo fue espumoso. Rodelas y Weissman trataron de repetir la acción, pero con la testa no tuvo tanto atino el punta. El Granada lanzaba y lanzaba en lo que la lluvia arreciaba, sin demasiada lucidez para probar algo distinto. Los de Daniel Bruma se protegían como podían, con pocas ocasiones de salir al galope, sobrios los nazaríes cuando tocó frenar alguna carrera. En una, Lahuerta reclamó penalti de Ricard, sin más apariencia que la de un forcejeo. Corbeanu cayó en la otra orilla, en una acción más difusa que, en cualquier caso, obtuvo la misma indiferencia de Mallo Fernández. En estas, Siren Diao cazó un servicio a la espalda de la zaga al que puso el lazo con una vaselina, pero el banderín señalaba al cielo. No tuvo su día el chaval.
La contienda continuó por los mismos derroteros tras el paso por los vestuarios. Corbeanu se deslizó hacia su pierna hábil, desesperado Musti en el intento de atarle en corto, y el latigazo castigó los guantes de Raúl antes de que la rueda de relevos pusiera fin a su participación. A Siren Diao le llovió otro balón que no logró domar, enredado después Weissman para mandar a guardar. Pablo Sáenz, que acababa de entrar, tensó un servicio que se estrelló en el travesaño, poco antes de que la fortuna se enfundara la elástica rojiblanca horizontal y emborronara la noche más ilusionante de la carrera de Dani Salas. Sergio Ruiz puso la pelota a planear de nuevo desde la esquina y el artillero del Cortes, en un escorzo por alejar el peligro, fusiló a su cancerbero. Fuego amigo para finiquitar la faena.
Escribá, con el pase ya en el bolsillo y el autobús arrancado para volar pronto de vuelta, continuó gestionando la carga de sus hombres. Entró Gonzalo Villar, con tiempo para regalar a Ricard un tanto que, sin embargo, se le negó en el remate. Saltaron Faye y Lucas Pérez ya en la recta final para engrosar la nómina de debutantes, ansioso el punta por redondear el estreno, aunque la cosa ya se prestaba solo al intercambio final de camisetas. No hubo sustos ni fiascos como el del curso pasado. El Granada hizo lo que debía y ya espera que le sirvan otra.
Ficha técnica:
Granada CF: Luca Zidane; Ricard, Manu Lama, Ignasi Miquel, Rodelas (Lucas Pérez, 91’); Theo Corbeanu (Tsitaishvili, 65’), Sergio Ruiz, Manu Trigueros (Gonzalo Villar, 77’), Józwiak (Pablo Sáenz, 65’); Shon Weissman y Siren Diao (Serigne Faye, 77’).
CD Cortes: Raúl; Musti, Carlos Moratalla (Óscar Zubiri, 84’), Alberto Pérez (Lamin, 65’), Adel, Lalaguna (Taz, 84’); Magallón, Puertas, Mikel Pascual (Cabrejas, 74’); Dani Salas y Jorge Lahuerta (Hugo Fuentes, 65’).
Goles: 0-1: Shon Weissman, min. 31; 0-2: Dani Salas, en propia puerta, min. 68.
Árbitro: Eder Mallo Fernández, del comité vasco. Amonestó a los locales Lahuerta y Moratalla, así como al visitante Józwiak.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la primera ronda de la Copa del Rey, disputado en el Estadio Municipal de Tudela. Antes del comienzo del partido, se guardó un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la DANA.
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