La apatía cunde en el Granada
El conjunto rojiblanco, que cierra la jornada a 14 puntos de la permanencia, prolonga su naufragio y encalla en la depresión generalizada
La apatía se propaga en el Granada y ya contagia, incluso, a algunos de sus futbolistas más fiables. La visita al Cádiz mostró a un equipo decaído, como aquellos que llegan al tramo final de Liga sin nada por lo que pelear y juegan por el mero compromiso, obligados porque la competición se alarga hasta finales de mayo. El conjunto rojiblanco todavía tiene opciones matemáticas de lograr la salvación, pero a todas luces es un objetivo quimérico. Cierra la jornada a 14 puntos del corte de la permanencia, que sigue marcando el Celta de Vigo. En el mejor de los casos, pueden ser once a recortar en ocho encuentros tras la disputa de su cita aplazada frente al Valencia, siempre que los de Sandoval consiguieran ganar el próximo jueves.
La cuestión traspasa ya lo estrictamente futbolístico, parcela en la que el club ha manifestado un fracaso rotundo desde la planificación veraniega. Las carencias de la plantilla no fueron resueltas con el mercado de invierno ni con dos relevos en el banquillo, lo que ha prolongado un naufragio que ahora encalla en la depresión generalizada. "Hay jugadores a los que les soplas y se caen", expresó el propio técnico rojiblanco tras la derrota en el Nuevo Mirandilla. Una melancolía que anula incluso la probabilidad de que brote alguna chispa individual que agite partidos y a la que escapan pocos en la plantilla.
La fragilidad moral del Granada ha hecho acto de aparición de manera continua durante todo el curso, en tramos de desconexión que le han costado derrotas o desvanecimientos irremediables tras encajar goles. En las dos últimas jornadas, sin embargo, el conjunto rojiblanco ha hecho gala de este hastío desde el comienzo, incapaz de competir ni de plasmar propuesta futbolística alguna. La incorporación de Sandoval pretendía inyectar optimismo en un vestuario sin alma, pero, al menos por el momento, ha redundado en el decaimiento, como si el cuadro nazarí hubiera cruzado ya un punto de no retorno a partir del cual solo puede caer hasta estamparse contra el suelo de la Segunda División.
El técnico madrileño confió en la capacidad asociativa de sus hombres con pie más fino, como son Gonzalo Villar y Melendo, pero ninguno se encontró a sí mismo sobre el verde. El murciano hace semanas que parece haber perdido la confianza, asiduo al pase de seguridad y sin destapar la clarividencia que durante buena parte del ejercicio ha mantenido en competición al conjunto rojiblanco. La situación se ha extendido a otros futbolistas de rendimiento regular hasta el momento, como Sergio Ruiz, irreconocible en Cádiz. Tan solo Uzuni, todo orgullo y cariño por el escudo, parece sentir por dentro un impulso que aplaque el desánimo, sin minutos en el Nuevo Mirandilla por lesión.
Futbolistas recuperados
Ni siquiera el salvavidas que Sandoval ha lanzado a varios futbolistas que habitaban en el ostracismo ha despertado una reacción en la plantilla. El de Humanes rescató a Miguel Rubio, que llevaba tres partidos sin jugar, en una novedosa zaga de tres. El propio Melendo también apareció entre los titulares por primera vez desde el empate contra el Almería, con minutos postreros ante Villarreal y Real Sociedad. De refresco saltaron Puertas y Callejón. El almeriense jugó tantos minutos como hasta entonces había sumado en todo 2024, mientras que el motrileño volvió a saltar al verde tras cuatro encuentros sin competir. No hubo gran respuesta.
El contexto dificulta la mejoría, lo que augura un cierre de curso traumático. La deriva apunta a crispar aún más el ambiente y puede desembocar en profundas grietas internas, escenario complejo para reiniciar un proyecto. Los Cármenes vuelve a sacar el mazo este jueves, tras condenar sin titubeos al palco frente a la Real Sociedad.