Toque de atención de Paco López a sus atacantes
El técnico rojiblanco dejó un recado a sus jugadores ofensivos tras el reparto de puntos en casa frente al Eibar
La visita del Eibar abrió paso a la primera gran 'final' por el ascenso y se cerró con reparto de puntos y una llamada de atención por parte de Paco López a sus delanteros. Sólo Bryan Zaragoza que, de nuevo, volvió a marcar la diferencia siendo el artífice, sobre todo, de ese centro que acabó colándose en la portería del conjunto armero se salvó de ese tirón de orejas público que dirigió el entrenador a sus delanteros al término del partido. El Granada terminó el partido con toda su artillería sobre el césped, pero nada de eso fue suficiente para acabar sumando tres puntos en casa vitales para acabar certificando ese ascenso directo.
"Necesitamos más de futbolistas como Weissman, Famara, Puertas, Callejón, Uzuni...". Así de explícito se mostraba Paco López que ha visto cómo en el momento más importante de la temporada su delantera sufre un apagón generalizado preocupante. Hasta el pichichi de la categoría, pese a anotar su último tanto frente a Las Palmas, parece atravesar un pequeño bache y ya mira por el retrovisor al goleador del Mirandés, Raúl García, que se le acerca peligrosamente en esa carrera por terminar el curso en lo más alto de la tabla de anotadores. También Callejón parece ser ahora mismo una sombra de lo que fue, pese a seguir a la cabeza en el apartado de asistencias del campeonato -con nueve, seguido muy de cerca por Alberto Moleiro, Vicente y De Blasis-. No encuentra esa claridad de ideas y esa experiencia que se le presupone a un jugador de su trayectoria cuando más que nunca el Granada necesita ese jugador que asuma los galones en ataque en este tramo vital de la temporada.
En ese intento de encontrar jugadores que se echen el equipo a la espalda en ataque, Paco López ha tratado de buscar soluciones en el banquillo dando protagonismo a Puertas, que encadena varios encuentros como titular, y enchufar a fichajes invernales como Famara o Weissman. Particular es el caso del israelí que, desde su llegada, pareció afianzarse como segundo punta de lanza de Paco López. Sin embargo, al igual que su protagonismo sobre el verde, desde el derbi frente al Málaga ha encadenado titularidades -sin completar los 90 minutos- con suplencias y ha llegado a quedarse a cero en partidos vitales como el duelo frente a Las Palmas o la visita a Santander -esta última vino precedida de la paternidad y viaje a Israel del jugador-.
Sí dispuso de minutos al igual que Famara ante el Eibar. Ambos coincidieron sobre el césped con Uzuni en ese intento a la desesperada de Paco López de ir a por el partido. Sin embargo, tanto el senegalés -algo más participativo- como el israelí volvieron a pasar de puntillas como revulsivos. Tampoco Puertas, que fue uno de los sustituidos en el 74', terminó de aprovechar esa apuesta del técnico por él en los últimos partidos con algún tímido intento sin demasiado peligro para la meta rival.
Paco López habló de la necesidad de que vuelva a relucir el talento que atesoran sus jugadores de ataque, así como la claridad en las llegadas y el acierto. Precisamente, el técnico, al término del duelo ante el Eibar, lamentaba que ese mayor dominio en el juego de los suyos, sobre todo, en la primera mitad no se hubiera traducido en ocasiones más claras de gol. Echó en falta a esas individualidades que tantas veces han sacado los partidos adelante de las que sólo salvó a Bryan, que se inventó ese centro que acabó introduciendo el Eibar en su propia portería. Muy poco para un equipo con muchos nombres propios en la parcela atacante como los que enumeró el propio entrenador después del partido que, ni desde el once, ni partiendo desde el banquillo aportaron ese factor diferencial que necesitaba el equipo.
Así las cosas, el entrenador valenciano observa con preocupación cómo ni la unidad A ni la B en ataque termina de funcionar y que sólo la juventud y el descaro de Bryan Zaragoza son ahora mismo el único soplo de aire fresco en una parcela ofensiva atascada. De hecho, ante el conjunto armero, sólo Melendo, mientras le duró la gasolina, y el propio Bryan fueron lo más peligroso de un Granada que vio, por momentos, cómo se le podía escapar la imbatibilidad en su estadio. Por eso, Paco López no se mordió la lengua y dio un toque de atención a sus artilleros antes de que pueda ser demasiado tarde. Mal momento para desconexiones y pólvora mojada con un ascenso directo en juego.