Una delantera de quilates para paliar la falta de gol

Fran Escribá tendrá a su disposición a la pareja de delanteros con mayor valor de mercado en Segunda División para paliar con los problemas de gol que acusa el Granada recientemente. Myrto Uzuni y Lucas Boyé componen la dupla ofensiva más valiosa de la categoría de plata, a tenor de la tasación elaborada por el portal especializado Transfermarkt, que este lunes actualizó estos indicativos. Entre ambos, once millones de euros, aunque hasta el momento la contribución anotadora la acapara en su totalidad el albanés con un par de dianas. Su retorno tras pasar por la concentración de su selección otorgará al técnico valenciano la posibilidad de juntar a los dos arietes por primera vez desde que dirige al conjunto rojiblanco, emparejados únicamente en una ocasión previamente este curso. Su olfato está llamado a resolver las dificultades nazaríes en ataque.

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Ninguno ha firmado un arranque de campaña prometedor, a pesar de la superioridad que se les presupone en la competición. El albanés, tasado en seis millones de euros tras una devaluación de dos 'kilos', se quedó en el Granada para capitanearlo nuevamente en su intento de regresar a Primera por la vía rápida. El precedente de hace dos campañas, cuando anotó 23 tantos para propulsar al conjunto rojiblanco al ascenso, y sus once muescas en la máxima categoría el año pasado le convertían sobre el papel en una de las grandes amenazas de la categoría. Cuando el balón echó a rodar, sin embargo, se le mojó la pólvora. Le pasó factura la inocuidad del equipo de Abascal, primero, y cuando logró enlazar dos dianas consecutivas, en Elche y contra el Málaga, vio cómo las nubes que ahora ciegan al cuadro nazarí también le cubren. A sus números añadió, no obstante una asistencia en Burgos.

Boyé en cambio todavía está encontrándose esta campaña. Valorado en cinco millones, su participación fue irregular con el anterior técnico y una lesión posterior que abarcó el comienzo del ciclo de Fran Escribá le impidió entrar en el once del valenciano hasta el pasado domingo. Fue, ligado a Weissman en el ataque, su primera titularidad desde agosto, el estreno bajo la tutela del entrenador que le sacó sus mejores cifras en la élite. Si bien no cuajó una gran actuación, su presencia en el área fue un incordio. Un testarazo suyo forzó el vuelo de Carlos Marín en el primer acto y otro lamió el poste, a sendos centros de Corbeanu. Se marchó sin premio, pero con la sensación de ir reconciliándose con el punta que necesita el Granada. En su primera campaña como rojiblanco, pese a la deriva granadinista, hizo seis goles.

Hasta ahora, solo han formado juntos contra el Huesca, meros espectadores ambos de la debacle en Los Cármenes. Con Escribá, apenas coincidieron 20 minutos sobre el césped de Anduva. Ahora, pueden volver a aparecer juntos en el once granadinista para tratar de despejar la neblina que atasca al equipo en las últimas jornadas. Si están finos, se presumen indiscutibles.

Weissman, en plena redención

La combinación más valiosa de las delanteras de LaLiga Hypermotion, sin embargo, ha encontrado una dura oposición en Shon Weissman, en plena redención. El israelí, sin brillar ni anotar más que un tanto -otorgó el triunfo contra el Mirandés-, ha supuesto en su retorno una alternativa sólida y solidaria en el esfuerzo. Recibió la confianza de Guille Abascal y en los últimos dos encuentros, también la de Escribá. La vuelta de Lucas Boyé y el aterrizaje de nuevo de Uzuni le complican la titularidad. La pugna, a la que se quiere sumar además Siren Diao, solo se puede decidir con los goles que tanto le cuesta hacer al Granada en las fechas más recientes.