Dos años del Nápoles - Granada, el partido que hizo soñar a una ciudad

Este sábado es el segundo aniversario del histórico encuentro, ya alejado de la actual realidad del conjunto rojiblanco

Granada Napoli Montoro
Ángel Montoro, celebrando el gol que anotó en el Estadio Diego Armando Maradona | Foto: Archivo GD
Quique Briz Farran
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En medio de la noche napolitana, el Granada contaba los segundos que le quedaban para hacer historia en el recién nombrado Estadio Diego Armando Maradona. Cuando el árbitro pitó el final, los gritos de los futbolistas visitantes avisaban de que su club seguía soñando en Europa: acababa de eliminar al Napoli en su estadio y se metía en octavos de final en su primera participación europea. A pesar de caer por 2-1, aquel día siempre quedará en la retina de los granadinistas, que aquella temporada debían ver los encuentros en casa debido a la pandemia por Covid-19.

Tras el favorable 2-0 de la ida, el Granada no quería sobresaltos en Italia. Sin embargo, todo empezó mal, pues el Napoli se acercaría a la igualada con un gol del polaco Zieliński. A los 25 minutos, Ángel Montoro encontró la llave al elevarse entre la defensa partenopea para rematar un centro de Foulquier y empatar así el choque. Con la aún vigente regla de goles fuera de casa, el Napoli necesitaba tres tantos para empatar. De ellos solo llegó uno, que dejó la segunda derrota de la historia del Granada en Europa, aunque eso poco importaba.

Este sábado se cumplen dos años de aquella gesta. Un periodo que parece en realidad mucho más largo, quizá por la mística de aquellas noches europeas y por la situación actual del Granada, muy distinta a la de aquel entonces. Está claro que las cosas han cambiado, pero el recuerdo de los aficionados sigue presente a pesar de no poder haberlo vivido en los terrenos de juego.

Casi toda aquella plantilla, importante en sus equipos actualmente

A pesar de que solo han pasado dos años, la mayoría de los jugadores que formaban aquella plantilla ya no están en el Granada. De los que participaron aquella noche en Nápoles quedan Carlos Neva, Jorge Molina, Antonio Puertas, Víctor Díaz y Alberto Soro. Salvo el último, todos siguen siendo una pieza importante en el equipo rojiblanco, ahora a las órdenes de Paco López.

El destino más frecuente de aquellos jugadores es la Primera División española. De los 17 que participaron en la eliminatoria ante los italianos, seis futbolistas son jugadores de la máxima categoría nacional. Se trata de Rui Silva (Betis), Dimitri Foulquier (Valencia), Domingos Duarte (Getafe), Kenedy (Valladolid), Jesús Vallejo (Real Madrid) y Yángel Herrera (Girona). A aquella lista de jugadores hay que sumarle Luis Suárez (Almería), Luis Milla (Getafe) y Darwin Machís (Valladolid), que no pudieron estar en Nápoles por distintos motivos. A excepción del particular caso de Vallejo en el club blanco y el lesionado Kenedy, todos ellos son habituales y tienen un cierto peso en sus equipos a día de hoy. Algo que demuestra la jerarquía y calidad de ese grupo de jugadores dos ños después.

Otro recurrente destino de aquella plantilla ha sido la Segunda División, especialmente entre los más veteranos. Germán Sánchez (Racing), Yan Eteki (Cartagena), Roberto Soldado (Levante) y Ángel Montoro, autor del gol en Nápoles y ahora en el Oviedo, son los cuatro jugadores que esta temporada son adversarios del Granada. Los únicos futbolistas que vivieron aquella gesta y no se encuentran jugando en España son Maxime Gonalons, que regresó a su Francia natal para jugar en el Clermont de la Ligue 1, y Nehuén Pérez, actualmente en el Udinese.

Cuatro entrenadores desde aquella aventura europea

La temporada en Europa League del Granada se acabó en cuartos de final, cuando cayó ante el Manchester United después de eliminar al Molde noruego. Esa campaña de ensueño llegó de la mano del técnico Diego Martínez, que ahora entrena al Espanyol en Primera, que pasó a la historia del conjunto granadino.

Desde la marcha del técnico, que decidió partir de Granada en mayo de 2021, son cuatro los entrenadores que han pasado por el banquillo del equipo. El primero en llegar fue Robert Moreno, que no fue capaz de dar con la tecla y dejó al equipo al borde del descenso en un mar de dudas. Luego llegó el interino Rubén Torrecilla durante un mes, para finalmente dar paso a Aitor Karanka. Con el vasco, se descendió a Segunda y esta temporada fue destituido por Paco López. Ahora, el técnico valenciano ha asumido el reto de retornar al club a Primera División. Un objetivo bien distinto al de hace dos temporadas, pero por el que hay que pasar para, quizás, algún día vivir algo parecido a aquella noche en Nápoles.