Karanka sigue sin negociar el sistema
El entrenador del Granada continúa apostando por su fórmula favorita pese a las ausencias de Melendo y Soro; además, mantiene una postura reticente a los cambios tempranos
El sistema continúa siendo innegociable para Aitor Karanka. El técnico vitoriano ya avanzó en su presentación como entrenador del Granada que llegaba con una idea clara en cuanto al dibujo, dispuesto a plantear el mismo esquema por el que ha mostrado predilección durante toda su carrera, y sigue siendo fiel a esta organización de sus jugadores en el campo, incluso cuando no puede contar con todas sus piezas para ello. En Ipurúa, sin Melendo ni Soro, repitió la fórmula, al igual que una semana antes hizo en Andorra. En ambos casos, la contienda se saldó con una derrota rojiblanca, severo correctivo en el caso del encuentro frente al Eibar, y en ninguno de ellos alteró la disposición del equipo pese al cortocircuito.
Cuatro defensas, dos pivotes, un mediapunta entre los dos extremos y un delantero centro conforman el sistema favorito de Karanka. Ese que desde que aterrizó en Los Cármenes ha dado forma a cada alineación. Se abonó a él durante la pasada campaña, en la que encontró en Álex Collado a su hombre preferido para dar sentido al esquema como bisagra, una posición clave en este dibujo. Incluso, adelantó unos metros a Montoro para que actuase en la zona de tres cuartos. En aquellos seis partidos, se permitió retrasar en algunos momentos al enganche para que actuara más cerca de los mediocentros, y en ocasiones tornarlo en un 4-4-2 o hacia una zaga de cinco. En este curso, con tiempo para amoldar al equipo a su idea de juego, ha asentado aún más el planteamiento.
El técnico ha afrontado el inicio de las cinco jornadas ligueras disputadas hasta la fecha bajo la misma organización y solamente lo ha modificado en dos, frente al Ibiza, cuando acabó jugando con tres mediocentros, y contra el Racing, encuentro que terminó con tres centrales. Ante el Villarreal B, el resultado y el juego de su equipo invitaban a tocar poco. Sin embargo, tanto en Andorra como en Ipurúa el plantel nazarí se atascó. A pesar de ello, Karanka mantuvo su confianza en el esquema y no movió ni una pieza. Relevó ciertas demarcaciones, pero sin alterar la disposición sobre el terreno de juego.
En ninguno de los dos últimos duelos pudo contar con sus dos favoritos para actuar en la media punta, Melendo y Soro. En ambos, quien asumió el rol por detrás del delantero fue Callejón, a quien se le ha visto más cómodo en punta, con libertad de movimientos. También el Granada ha fluido más cuando el motrileño ha jugado arriba y ha tenido sobre el césped a uno de los dos enganches más naturales. Rochina, que puede actuar en esta posición, apenas ha tenido minutos, mientras que el recién llegado Perea, con quien Karanka cuenta como alternativa, viajó entre algodones a Ipurúa.
La ocasión invitaba a variar el dibujo, y el propio técnico rojiblanco reconoció en rueda de prensa que lo había barajado durante la semana. La plantilla ofrece posibilidades para alinear a tres centrales, con carrileros; tiene centrocampistas para juntar a tres mediocentros, y posee atacantes para duplicar la punta. Karanka, sin embargo, no lo vio claro, así que continuó apostando por el 4-2-3-1, bajo el que se prolongó el maleficio en territorio armero.
Cambios tardíos
Pero el inmovilismo del vitoriano no solamente hace referencia al esquema. Hasta la fecha, el entrenador del Granada también se ha mostrado reticente a hacer cambios tempranos. En lo que va de curso, solamente ha realizado una sustitución antes de la hora de juego, y fue en el minuto 58. Fue en Andorra, cuando reemplazó a Quini y a Uzuni de una tacada para buscar el empate. Frente al Eibar, solo hizo un cambio antes de que Stoichkov estableciera el 3-0 en el marcador, obligado por las molestias de Jonathan Silva. Tanto Perea como Bryan Zaragoza, sus dos únicas permutas posteriores -Meseguer, Rochina, Sergio Ruiz y Arezo, estos dos últimos titulares en la jornada anterior, se quedaron sin jugar un minuto-, entraron con una desventaja ya demasiado difícil de remontar.
Esta tendencia tampoco es nueva, sino que se extiende desde el curso pasado. Sin contar la sustitución de Milla en la última jornada de Liga, ante el Espanyol, en la que fue sustituido a la media hora de partido, todos los cambios efectuados por el técnico rojiblanco tuvieron lugar a partir del minuto 60. Solamente se escapa la sustitución de Luis Suárez en Mallorca, que fue en el minuto 51, y la de Víctor Díaz frente al Athletic, en el 59.
Ya sea de inicio, con el marcador en contra o con un resultado favorable, Karanka viene manteniendo una postura poco intervencionista. Los recursos de los que dispone, a pesar de que los rota en las alineaciones, no propician cambios de sistema, ni correcciones tempranas. Una inercia reposada, que apuesta por conservar la confianza depositada en su planteamiento y que pasa por variarlo poco durante los duelos, y que ha despertado cierto recelo en la hinchada. Ni en Andorra ni en Eibar salió bien. Habrá que ver si la mantiene frente al Mirandés.