El Granada sigue tomando altura (1-3)

El conjunto rojiblanco remonta con alas de repuesto y termina goleando al Betis para ponerse momentáneamente a dos puntos de las plazas Champions

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Paula Arana celebra el gol del empate contra el Betis | Foto: Granada CF Femenino
Chema Ruiz España
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El Granada sigue tomando altura, aun con las alas de repuesto, y no mira hacia abajo por más jornadas que pasen. La memorable hazaña del conjunto rojiblanco continúa y solo queda comprobar hasta dónde es capaz de llegar este club de soñadoras que se olvidó de poner el despertador. Despegó hace tiempo y ni siquiera en días grises, como este sábado en casa del Betis, parece acercarse a tierra. Remontó el tanto inicial de María Ruiz con más eficacia que brillantez, suficiente para solventar el trámite y con una renta holgada al final. Paula Arana señaló al cielo desde los once metros, gol con el nombre de su padre, y Lauri olfateó un fallo en cadena de las verdiblancas para voltear el marcador. Alexia, una centella, forzó el autogol para completar la goleada sin siquiera tener que desgastar a Edna ni a Laura Pérez. Triunfo sólido que sitúa a las nazaríes a un paso de los puestos Champions. Una dosis de ilusión extra antes de la Copa.

Al conjunto rojiblanco no le queda más que disfrutar de su pulso con la historia y ello pasa en gran medida por la gran cita intersemanal. De ahí, que Arturo Ruiz remezclara bien sus cartas y pusiera sobre el tapete un once alternativo. Pero este Granada es un equipo demasiado sólido para tambalearse con rotaciones. Tiene empaque y su rostro asusta más a cada jornada que pasa lejos de las plazas que le parecían predestinadas. A dos puntos de Europa, al menos momentáneamente, no hay ya quien contemple a las granadinistas como unas aspirantes a la permanencia. No pierden desde el primer partido de este año y ya son cuatro las victorias consecutivas en su camino. Gasolina premium para recibir al Atlético el miércoles.

Exhibió al final más orgullo que otra cosa, falto de mordiente sin sus estrellas, aunque el inicio esbozó un espejismo. La encargada de reemplazar a la máxima asistente fue Ángela Mateos, que tuvo prisa por dejar su huella y apenas tardó un minuto en pisar área, veloz a la espalda de Esther Martín-Pozuelo, arriba el zapatazo de la joven granadina. Poco después contemporizó y descargó para que Lauri combara el centro, desviado el frentazo de Paula Arana. El Granada dominaba, aunque sus movimientos carecían de la soltura de otras citas, algo entumecidos en lo que engranaban las menos habituales. Para cuando lograron hacerlo, ya tenían el marcador en contra.

El cupo de avisos lo gastó Carla con un solo intento, veloz tras el dorsal de Marta Carrasco, demasiado cruzado su disparo. El siguiente acercamiento fue a la red, después del fallo de Iribarren en la salida. Rosa Márquez tocó para Naima y la acción pareció enredarse en el intento de devolución de la exrojiblanca, pero su compañera giró como una peonza para prolongar hacia el otro costado. Por allí apareció como un tren desbocado María Ruiz, que sí mandó el balón a guardar.

El gol anestesió a las rojiblancas, sobreexcitadas las de casa. Sonó la corneta y el Betis salió al galope para que Carla Armengol retara a Sandra a un duelo de miradas. La delantera parpadeó antes y, cuando quiso darse cuenta, la portera ya se había hecho con la pelota. Las nazaríes suspiraron aliviadas y trataron de desperezarse. Se fueron afilando a marchas cortas, perdidas en la frondosidad del bosque bético. Tenían el esférico, pero ni una pizca de inquina a pesar de que fueron desplegando todo un campamento en torno a las dependencias de Vizoso. Hasta que Isa Álvarez sacó la catapulta. Metió en el área un saque de banda y Marina, que esperaba que alguien lo peinara, extendió la mano para controlarlo. Paula Arana sintió una corazonada y la sangre se le congeló. Definió con seguridad y apuntó al cielo, directamente a su padre, recientemente fallecido.

La contienda se alteró ya tras la pausa para el avituallamiento. Al Granada le rugieron las tripas, famélico, y estiró la mandíbula todo lo que pudo para engullir a su adversario. Lo intentó Ari Mingueza nada más comenzar y Marta, seguidamente, tras un centro enroscado que la zaguera apenas pudo desviar con un toque sutil. Alba Pérez cabeceó más tarde un córner muy cerrado, pero tan cerca tenía a la guardameta que estampó el remate contra ella. Arturo Ruiz movió ficha, al campo Alexia Fernández y Andrea Gómez, a lo que el Betis respondió irreverente. Las verdiblancas se rebelaron y empezaron a disparar en ráfaga. A María Ruiz se le fue un cabezazo muy cruzado y Carol Férez se topó con una gigante de hierro bajo palos en un mano a mano. 

El Betis se crecía y en la mitad rojiblanca empezaba a germinar alguna duda, momento para que la ‘Capitana Granada’ hiciera acto de presencia. No tiene un escudo forjado de un metal casi indestructible, sino un brazalete que defiende con el corazón y un amor incalculable por el equipo de las franjas horizontales. Andrea sirvió un centro defectuoso que María Jiménez no acertó a despejar, y Blanca Muñoz no vio ni por dónde se le escapó, pero allí apareció Lauri, con la caña preparada para encauzar el segundo. A las de casa se les fue el alma en lo que la cabeza de las nazaríes se iba asentando sobre Los Cármenes. En estas, a Alexia Fernández le dio por hacer vuelta rápida. Dejó en la cuneta a su perseguidora y tensó un servicio desde su perfil menos habitual en busca de alguna aliada. No encontró a ninguna compañera, pero alistó para la causa a Carla Armengol, que envió a su propia meta el envío, desquiciadas las verdiblancas porque la acción estuvo precedida por una aparente falta de Paula Arana. 

El tiempo se consumió después entre infructuosos arreones locales, en lo que Arturo Ruiz ya gestionaba cargas para la Copa. Ya van 33 puntos en las arcas, guarismo histórico, y la salvación es un hecho a confirmar por las matemáticas en algún momento de lo que resta. A las rojiblancas solo les queda soñar. Y es algo que se les da de maravilla.







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