Los olvidables del Granada reciente
Wilson Manafá se convirtió con su reciente salida en el último de una larga lista de futbolistas que pasaron por el conjunto rojiblanco sin pena ni gloria
La historia reciente del Granada la escribieron desde su ascenso a Primera División en 2011 futbolistas que, para bien o para mal, quedaron grabados en la memoria de la hinchada rojiblanca. Los hay que se hicieron un hueco en el corazón nazarí y quienes generaron una profunda decepción. Pero también en este periodo ha pasado por Los Cármenes un sinfín de jugadores a los que apenas se les vio el pelo sobre el terreno de juego. Wilson Manafá se convirtió con su reciente salida en el último de una larga lista de nombres que cerraron su etapa nazarí sin pena ni gloria. Los hay que, como él, apenas jugaron un par de partidos. También quienes ni siquiera llegaron a debutar. Los olvidables del cuadro granadinista.
La nómina comienza el mismo año del histórico retorno del conjunto rojiblanco a la élite del fútbol español. En una plantilla construida sobre la base del equipo que logró el ascenso aparecieron varios jugadores que se marcharon casi sin que a la afición le diera tiempo a retener su nombre. Entre ellos, Jorge Ribeiro, lateral izquierdo incorporado como agente libre hacia el final del verano de 2011 procedente del Vitoria de Guimaraes. Su trayectoria le avalaba, internacional absoluto con Portugal, pero en el Granada no cuajó, siempre a la sombra de Siqueira. Rescindió su contrato seis meses después, en febrero, sin disputar más que un partido de Copa del Rey, contra la Real Sociedad, en el que los nazaríes fueron goleados. Ni siquiera asomó por la Liga.
No participó mucho más Noé Pamarot, corpulento central que había destacado en el Hércules durante los dos cursos anteriores. A sus 32 años, fue uno de los primeros fichajes del Granada para afrontar su regreso a primera y, sin embargo, tan solo jugó tres partidos entre Liga y Copa del Rey. Con siete encuentros a su espalda, tres como titular, se marchó Yohan Mollo. El joven extremo fue una de las grandes apuestas de la dirección deportiva rojiblanca tras haber despuntado en el Caen. Las expectativas eran altas, apodado el atacante como el Cristiano Ronaldo francés, tanto como grande el chasco. Pasó casi inadvertido y en el mercado invernal salió cedido al Nancy, que ejecutó su opción de compra por dos millones de euros. Le relevó en la misma ventana de traspasos Henrique Almeida, promesa brasileña, cedido por el Sao Paulo, si bien se marchó como vino con seis duelos en su experiencia.
Una lista creciente
Hubo menos desengaños en la temporada posterior, la 2012/2013, más allá de que Floro Flores no se aclimatara y Carlos Aranda, que le sustituyó en enero, no prolongara su estancia en Los Cármenes. Pero en el curso 2013/2014 brotaron desde la cantera varios futbolistas que no encontraron su sitio finalmente en el Granada. Son los casos de Christian Bravo, Sulayman Marreh o Fatau. El bagaje de los dos primeros con la plantilla de ‘los mayores’ se reduce a dos encuentros en varias temporadas, mientras que el mediocentro ghanés sí llegó a tener cierto protagonismo con Lucas Alcaraz. Todos, en cualquier caso, hicieron carrera en otros lares tras volver a jugar con el filial rojiblanco. Algo similar le sucedió a Dimitrievski, que militó durante cuatro campañas en el club para tan solo disputar un partido con el primer equipo. Ahora, en el Rayo Vallecano, es uno de los mejores porteros de LaLiga.
En aquella temporada también se produjeron fichajes que, aunque permanecieron poco tiempo en el club, tuvieron cierto protagonismo, como Alexandre Coeff o Tiago Ilori. Nada comparable, no obstante, con el caso del chileno Matías Campos Toro, lateral izquierdo con proyección ofensiva resultado anteriormente para Udinese. Se vinculó hasta 2017, pero se fue sin siquiera debutar con la elástica rojiblanca horizontal, tras encadenar varias cesiones antes de rescindir su contrato. Para el recuerdo, su cromo en el álbum de Panini, una de las pocas imágenes en las que aparece vestido de corto.
La lista crece de manera disparada a partir de la campaña 2014/2015. Dany Nounkeu se incorporó cedido por el Galatasaray para concluir su préstamo con tan solo un partido en sus botas, de Copa del Rey. En propiedad se incorporó Luís Martins, que entre dos temporadas -con varias cesiones intercaladas- alcanzó los siete encuentros antes de rescindir. Héctor Yuste llegó a la decena, mientras que Eddy Silvestre y Alfredo Ortuño ni siquiera rayaron en ella antes de marcharse. Abdoul Sissoko fue cedido por Udinese y, sin casi arraigar en la memoria del aficionado granadinista, se fue con 13 partidos a su espalda. Cuatro disputaron Adrián Colunga y Daniel Larsson, fichados en invierno como soluciones a la deriva granadinista, al igual que Daniel Candeias, quien, sin embargo, sí jugó once duelos.
En 2015, otro nutrido mercado de fichajes dejó en Los Cármenes a jugadores a los que apenas se les vio por el terreno de juego. Especialmente llamativo es el caso de Yrondu Musavu-King, central gabonés que firmó por cinco temporadas con el conjunto rojiblanco y no jugó ni un partido. Tan solo dos jugó el defensa brasileño Neuton, cedido por Udinese, que abandonó el equipo en el mercado de invierno. Salva Ruiz, lateral procedente del Valencia, llegó a alcanzar los cuatro compromisos, los mismos que el guardameta Ivan Kelava en dos años. El excéntrico Thievy Bifouma, fichado en enero, disputó ocho citas, ninguna entre los titulares, mientras que el uruguayo Nico López sí llegó a la decena de duelos, suficientes para confirmar su fracaso nazarí.
El turbulento inicio de la etapa china
Aquella fue la última campaña del club rojiblanco bajo el control de Gino Pozzo y Quique Pina. Dio paso a la actual etapa china, de inicio turbulento. El cambio de propiedad supuso una limpieza que propició el trasiego de decenas de futbolistas, en su mayoría intrascendentes en la historia rojiblanca. Se marchó sin jugar Sergi Guardiola, que el curso anterior había jugado en el filial y sorprendió en la pretemporada, mientras que Oier Olazabal únicamente disputó un partido. Jon Toral y Tabanou, incorporados en el verano de 2016, se marcharon con seis y siete compromisos en su palmarés rojiblanco. Hasta los once llegó Omer Atzili, prometedor extremo israelí que se marchó sin calar. Pervis Estupiñán, que en la temporada 2016/2017 militaba en filial, alcanzó las dos citas, mismas con las que se marchó Panagiotis Kone, fichado del Udinese para tratar de evitar el descenso.
La caída a Segunda División implicó otra profunda reforma de la plantilla rojiblanca, con fichajes que pasaron desapercibidos. Iriondo reforzó el lateral izquierdo del Granada, cedido por el Athletic, aunque tan solo jugó en un partido de Copa del Rey. Cinco disputó Charlie Dean, que durante su estancia en Granada aprovechó además para iniciarse en el modelaje. En el mercado invernal, Andrew Hjulsager y Licá se incorporaron a las filas nazaríes para tratar de alcanzar la promoción de ascenso, pero se marcharon al final del curso tras jugar seis y tres partidos respectivamente, y lejos del playoff.
Con Diego Martínez al frente del equipo, el flujo de futbolistas adquirió cierta estabilidad, aunque también hubo quienes apenas firmaron su contrato con el Granada. Bernardo Cruz, en la campaña 2018/2019, llegó en invierno para reforzar la zaga rojiblanca, si bien disputó únicamente cuatro encuentros, tres desde el inicio. Le dio, eso sí, para marcar un gol en la última jornada de Liga, con el ascenso ya en la mano. De vuelta en Primera, el club se reforzó atrás con Neyder Lozano e Ismail Köybasi. El colombiano comenzó en pretemporada un calvario de lesiones que se prolongó durante casi tres años, tiempo que se extendía su vinculación con la entidad nazarí, por lo que acabó su etapa en Los Cármenes sin siquiera poder debutar. El turco, por su parte, llegó avalado por su amigo Soldado como un movimiento sorpresa y se vio desde muy pronto rebasado por la irrupción de Carlos Neva. Jugó solo siete partidos enfundado en las franjas horizontales, pero dejó un gol a la postre importante en el progreso granadinista en Copa del Rey hasta la semifinal.
En el mercado de invierno de 2020, la dirección deportiva rojiblanca, entonces encabezada por Fran Sánchez, hizo una apuesta importante por fichar a una de las grandes promesas del Málaga, Antoñín Cortés, que empezaba a sobresalir en las filas blanquiazules. Se sumó en propiedad a la plantilla del Granada, con contrato hasta julio de 2024, y empezó a tener minutos en los tramos finales de los encuentros, incluso anotó un gol contra el Alavés, pero nunca llegó a ofrecer el nivel esperado. Desde el curso posterior, fue encadenando distintas cesiones hasta que el pasado verano acordó su desvinculación.
Fin de la estabilidad
Todos sumaron, de alguna u otra manera, en el ejercicio europeo, incluso aquellos que participaron menos, como Adrián Marín, que asistió a Jorge Molina para ganar en el Camp Nou, o Domingos Quina, otro ajuste invernal que hizo dos goles en sus ocho partidos. No sucedió así tras el relevo en el banquillo. Del Granada se marcharon piezas clave, como Yangel Herrera, Soldado o Foulquier, y sus recambios no funcionaron. Santiago Arias, cedido por el Atlético de Madrid, pasó lesionado la mayor parte del tiempo, si bien acabó sumando minutos en 14 duelos. Luis Abram, prometedor central incorporado de Vélez de Sarsfield, se marchó con diez encuentros en su experiencia, tras los que fue cedido a Cruz Azul en dos ocasiones antes de salir traspasado en febrero de 2023 al Atalanta estadounidense.
Los grandes nombres de aquel verano, no obstante, fueron Moncho y Carlos Bacca. El mediocentro era una de las perlas de la cantera del Barça, pero en Los Cármenes no encontró su sitio y acabó cedido con opción de compra en el Valladolid de Fran Sánchez, que se lo quedó tras ascender. El veterano delantero prometía goles y una sociedad interesante con su compatriota Luis Suárez. Su contrato, sin embargo, expiró con el equipo en Segunda y tan solo un gol, en Copa del Rey, en su casillero. En invierno, con el mercado ya cerrado y la carta de libertad, se unió a la escuadra Dani Raba, que tan solo apareció 20 minutos en el Bernabéu y cinco frente al Atlético de Madrid.
Wilson Manafá es el último en incorporarse a esta lista de futbolistas olvidables para la hinchada rojiblanca. Se marchó con cinco encuentros con la elástica del Granada, cuatro como titular, y una controvertida historia con el Botafogo de por medio. En el reciente mercado también salieron Shon Weissman, Famara Diédhiou y Alberto Perea, que, por impacto en el conjunto nazarí, casi también pueden añadirse. Ahora es momento de ver si los fichajes postreros del bazar invernal logran dejar su huella o, como ellos, pasan por Los Cármenes sin pena ni gloria.