La hora de Matías Arezo, el goleador que espera el Granada
El charrúa, de vuelta tras su cesión a Peñarol, tiene ante sí la oportunidad de asentarse en el conjunto rojiblanco, con el pleno respaldo del Cacique Medina
Matías Arezo asomó por el túnel de Los Cármenes por primera vez en enero de 2022, recién aterrizado de su Uruguay natal, donde derramó 37 goles en sus primeras tres campañas. "Me uno a vos en la eterna lucha", se presentó al granadinismo, con apenas 19 años. Fue una apuesta sólida de la dirección deportiva del Granada, liderada entonces por Pep Boada, que desembolsó seis millones de euros por el 50% de los derechos del jugador en una ventana de enero. Clubes como el Atlético de Madrid o la Juventus, donde Matteo Tognozzi se encargaba de detectar el talento, ya le habían echado el ojo. Con la elástica rojiblanca, sin embargo, tan solo ha mostrado un fugaz destello. Cayó en el ostracismo y marchó a Peñarol para reencontrarse con su mejor versión. Ahora, de vuelta, el charrúa tiene ante sí la oportunidad de asentarse en el cuadro nazarí, con el pleno respaldo del Cacique Medina.
El Granada espera que el ariete se convierta, esta vez sí, en el goleador que ha demostrado ser al otro lado del charco. Quien allí le ha visto jugar atestigua que tiene olfato y es voraz ante el marco rival. No en vano, ha sido convocado con la selección absoluta uruguaya, pese a que en la ciudad de la Alhambra todavía pasa hambre. "Fue pedido personal", reconoció Alexander Medina, cuestionado sobre el retorno de su compatriota. "Sé lo que nos puede dar. Es un jugador muy joven, con mucho potencial. Va a ir evolucionando. Fue un pedido exclusivamente de nosotros", expuso tras el encuentro frente al Cádiz, el de regreso de Arezo al Granada, a lo que agregó que "va a ser muy importante de cara al futuro". En la misma línea, Matteo Tognozzi, director deportivo granadinista, aseguró estar "contento de tenerlo".
La historia de Arezo en Granada comenzó con un periodo de adaptación durante el que se topó con un inesperado descenso de categoría. El equipo se hundió en una segunda mitad de campeonato nefasta mientras el uruguayo se aclimataba al fútbol español, con Jorge Molina, Carlos Bacca y Luis Suárez como tutores en el vestuario. Apenas disputó ocho encuentros, titular en solo uno de ellos, sin hueco en los plantes de Robert Moreno, Rubén Torrecilla ni Aitor Karanka. Pero mantuvo la calma entonces, pues contemplaba desde su llegada que necesitaría tiempo para acoplarse al estilo y al club.
La Segunda División suavizaba el salto y le otorgaba la posibilidad de empezar a despuntar, por lo que trató de ganarse la confianza de Aitor Karanka en verano. Comenzó como un tiro, aunque suplente en Ibiza. Saltó a falta de 20 minutos para el final de la primera jornada y encauzó a la red un golazo para certificar el triunfo rojiblanco. Se ganó por ello la titularidad ante el Racing en la jornada posterior, desapercibido, si bien desapareció de la alineación frente al Villarreal B. Volvió al once en Andorra, en la cuarta fecha del campeonato, y seguidamente se esfumó. Quedó relegado al banquillo, sin más minutos que los tramos finales de otros cinco partidos antes de la destitución del técnico vitoriano. La llegada de Paco López, no obstante, tampoco varió su situación. El valenciano le consideraba "un gran finalizador", aunque puntualizaba que "hay otras cosas que también debe aportar y se necesitan". Le abrió la puerta a una salida en invierno y apareció Peñarol con un salvavidas.
"El caso de Matías Arezo viene precedido también de una serie de circunstancias. Yo solamente me puedo remitir a esta etapa desde que estamos nosotros aquí, y tiene unas condiciones como delantero que son muy buenas. Es un gran finalizador, pero hay otras cosas que también debe aportar y se necesitan. Por eso digo que no es fácil conjugar el ayudar a que un jugador sea mejor y, a la vez, que te dé rendimiento inmediato. Sobre todo, cuando tienen esa juventud. En el caso de Matías Arezo, que viene de otra liga y otro país, lleva poco tiempo aquí y entendemos que son edades en las que necesita jugar, precisamente para ir demostrando esas cualidades que apunta. Si se queda, va a seguir siendo uno más, en le sentido de tratar de que siga mejorando, nos ayude y aporte su máximo nivel. Si al final se decide que se marche porque necesita minutos, también pensando en él y en el club, creo que será una buena opción".
Paco López, sobre Matías Arezo, en una entrevista con GranadaDigital.
Regresó a Uruguay cedido hasta el final del año natural, aunque con una opción de rescate que el Granada podría ejecutar en verano si lo consideraba oportuno. Arezo se vistió la elástica de Peñarol, club grande del país, y apenas necesitó 18 minutos para acabar con su sequía y comenzar su reivindicación personal. Como liberado, volvió a ser el feroz delantero que despuntó en el modesto River de Montevideo, implacable ante el arco y fundamental para su equipo. Llamó pronto la atención de Marcelo Bielsa, seleccionador charrúa, y debutó con la absoluta en marzo, tan solo dos meses de salir del conjunto rojiblanco. Repitió convocatoria en verano, con un buen saco de goles a su espalda, y se estrenó también con el combinado celeste, si bien el club nazarí decidió no adelantar su retorno a Los Cármenes.
Mientras, en Granada, el inicio de temporada mostró a un equipo débil, lastrado por un retraso en la planificación deportiva y grandes carencias. La inercia negativa se llevó por delante a Nico Rodríguez y Paco López, lo que dibujó un nuevo escenario a la conclusión del préstamo de Matías Arezo a Peñarol, el 31 de diciembre. Para entonces, con Tognozzi como principal encargado de la confección de la plantilla y Alexander Medina al frente del equipo, el ariete había anotado 21 tantos y repartido tres asistencias en 40 partidos. El técnico reclamó su vuelta y el director deportivo no tuvo dudas.
Heridas que sanan
Arezo tuvo claro que, con Tognozzi y Medina en el club, regresaría con el año nuevo dispuesto a competir. El italiano "le conoce desde hace un montón de años y siempre le gustó", puntualizaron a este periódico fuentes del entorno del jugador, que, no obstante, esperaba principalmente un trato distinto en la entidad rojiblanca. Se sintió "maltratado en el aspecto deportivo" durante su estancia anterior en Granada, sin encontrar "justificación ninguna" a su poca participación en la primera mitad del curso pasado. Sin embargo, las heridas sanan a su vuelta. El Cacique le considera importante y muestra de ello fueron los minutos que le otorgó ante el Cádiz, recién integrado en la dinámica competitiva nuevamente, por delante de Weissman y Diédhiou, a quienes dejó fuera de la convocatoria.
Con la confianza del entrenador, ha llegado el momento de que Arezo dé un paso al frente. Las expectativas generadas por su proyección son altas y el equipo necesita puntos para obrar con la permanencia poco menos que un milagro. Los goles siempre acercan la salvación. No es un fichaje propiamente dicho, pero las circunstancias casi lo convierten en la quinta incorporación nazarí. Con 21 años, sigue siendo considerado una estrella en ciernes, un activo fundamental en el patrimonio del club, sobre todo de cara al futuro. Tiene contrato hasta 2026 con la entidad rojiblanca. La oportunidad es manifiesta. Es la hora de que la aproveche.