Mallorca se vuelve a cruzar en una inflexión rojiblanca
Son Moix acogió el ascenso del Granada en 2019 y una goleada en 2022 que no evitó el descenso del conjunto nazarí
El Mallorca se vuelve a cruzar este sábado en una inflexión del Granada. El conjunto rojiblanco regresa a Son Moix, escenario clave en los dos últimos cambios de ciclo en el club. Acogió el ascenso nazarí en 2019 y una goleada en 2022 que no evitó el descenso del cuadro granadinista. Ahora, alberga un nuevo duelo en la zona baja de la clasificación, con los de franjas horizontales inmersos en lo que, salvo giro sorprendente en lo que resta de campaña, será el final de otra etapa en la entidad.
El estadio balear se convirtió el 4 de junio de 2019 en la lanzadera del mejor Granada de la historia. Era la penúltima jornada de Liga en Segunda División y el conjunto entonces dirigido por Diego Martínez, que había llegado al banquillo rojiblanco en aquella campaña, aterrizó en Mallorca instalado en la segunda posición de la tabla. El Albacete le pisaba los talones, pero un punto serviría a los nazaríes para certificar el ascenso por la vía rápida si el cuadro manchego no ganaba.
La cosa se le torció a los visitantes pasada la hora de partido, cuando Salva Sevilla adelantó al conjunto balear. El marcador emplazaba al cuadro rojiblanco a perseguir la celebración en una agónica última jornada en Los Cármenes, pero todavía no tocaba ascender en casa. La cabeza de Fede San Emeterio apareció sobre la bocina para enviar a la red un servicio de Vadillo y llevar la atención al transistor. Tras una larga espera que grabó para la historia del Granada el tenso paseo de Diego Martínez en Son Moix, llegó hasta la isla el pitido final del encuentro del Albacete para desatar la locura.
Comenzó ahí la más brillante, aunque fugaz, etapa del club en Primera División. Dos cursos en los que el Granada, de la mano del técnico vigués, se clasificó para la fase previa de la UEFA Europa League y disfrutó de la competición continental hasta unos cuartos de final en Old Trafford, adornados con una semifinal de Copa ante el Athletic que se escapó en el último suspiro. Concluyeron con la marcha de Diego Martínez, acompañada de una enigmática profecía que tornó en sentencia poco después: “El Granada será lo que la propiedad quiera que sea”.
El año I después de Diego fue traumático. La incorporación de Robert Moreno generó una ilusión que, en un inicio errático en la temporada 2021/2022, se fue disipando. Remontó el vuelo hacia el ecuador del curso para, después, desmoronarse por completo. El fracaso del técnico catalán terminó con su destitución y una breve oportunidad para Rubén Torrecilla, que no logró levantar a un equipo en caída libre. Llegó seguidamente Aitor Karanka al banquillo de Los Cármenes y el horizonte se despejó.
En este contexto, Son Moix se cruzó de nuevo en el camino del Granada. El conjunto rojiblanco visitó al Mallorca en la jornada 35 del campeonato, en un encuentro entre rivales directos por la permanencia. El Mallorca respiraba fuera de la zona de la quema, de la que trataba de escapar el cuadro nazarí. Se adelantaron los de franjas horizontales por medio de Luis Suárez, pero Salva Sevilla, otra vez, respondió antes del descanso. Tras el intermedio, el duelo enloqueció.
Sergio Escudero y Antonio Puertas engrosaron la ventaja granadinista a la vuelta de los vestuarios, pero Raíllo replicó rápidamente para mantener todavía en el partido al Mallorca. Se fue cuando Jorge Molina, que había entrado tras el descanso, decidió erigirse en héroe rojiblanco. Había asistido en el tercer gol nazarí, pero no le resultó suficiente. Marcó el cuarto y un sexto tanto, entre los que se coló Myrto Uzuni para anotar su primer gol con la camiseta del Granada. Una goleada que sacó al conjunto nazarí del descenso y le allanó el camino de la permanencia, pero que al término del curso apenas quedó en una curiosidad porque al plantel se le escurrió la salvación de entre los dedos.
Primera victoria de la temporada
Ahora, Son Moix vuelve a albergar una transición rojiblanca, meses después de que el Mallorca permitiera al Granada celebrar la primera de las dos únicas victorias que ha sumado esta temporada. El conjunto bermellón perdió en Los Cármenes ante un conjunto nazarí en construcción que ya mostraba sus costuras, pero que contaba con un Bryan Zaragoza en pleno fulgor. Miguel Rubio adelantó a los de franjas horizontales y Abdón Prats restableció las tablas. El habilidoso extremo malagueño apareció después para, con un golazo, volver poner en ventaja a los de casa, antes de que Uzuni ampliara el margen. El equipo se descompuso poco después con los cambios, falto de fondo de armario, y encajó ya en las postrimerías de la cita, pero resistió lo suficiente para conservar los tres puntos.