Los rojiblancos que tomaron el Diego Armando Maradona, dispersos tres años después
De los jugadores del Granada que certificaron en Nápoles el pase a octavos de final de la Europa League tan solo permanecen tres en la actual plantilla, además de Víctor Díaz
Los segundos en el cronómetro conducían al minuto 25 de partido y en el marcador mandaba el madrugador gol de Zielinski. Kenedy encaró a Koulibaly, pero al salir del desborde se vio encerrado por Bakayoko, así que descargó sobre la banda diestra. Foulquier, como si hubiera visualizado antes la acción, armaba la pierna en lo que le llegaba la pelota. Un impacto seco llevó el balón a acariciar el cielo del recién bautizado Diego Armando Maradona. Hasta esa altura se elevó Montoro en un salto vertical para dirigir con la testa el esférico a la izquierda de Meret, que no pudo hacer más que contemplar cómo se acomodaba en la red. Han pasado tres años desde que aquel tanto validó el 2-0 con el que el Granada se impuso al Nápoles en Los Cármenes y selló el billete rojiblanco a los octavos de final de la Europa League. El día que el granadinismo sonó por todo el continente gracias a unos héroes ahora dispersos por el fútbol español.
Fue el encuentro que marcó la mayor gesta de la historia del Granada, aunque a su conclusión todavía aguardaban emociones fuertes. Ahora, la que despierta en su hinchada es la nostalgia. Fabián Ruiz dio el triunfo al Nápoles en el duelo, por 2-1 finalmente, pero la ventaja rojiblanca obtenida en su feudo una semana antes, excelsos Yangel Herrera y Kenedy para abrochar la victoria, sirvió a los de Diego Martínez para plantarse en la siguiente ronda. La foto de los héroes del Diego Armando Maradona presenta un once alternativo, con ausencias importantes como la del propio mediocentro venezolano, que saltó como refresco al haber arrastrado unas molestias, o la de Darwin Machís, que no llegó a jugar. De los 16 futbolistas que obraron la epopeya, tan solo tres permanecen en la actual plantilla, con Vallejo de vuelta tras dos años en el Real Madrid. Se une a ellos Víctor Díaz, que cedió su ficha en el último mercado invernal, y Jorge Molina, retirado tras el ascenso, integrado en el cuerpo técnico.
Los demás se fueron dispersando en una salida escalonada tras la marcha de Diego Martínez del Granada, al término de aquel curso. En su mayoría, militan en distintos clubes de España, varios de ellos por debajo de la élite. Gonalons y Nehuén Pérez, en cambio, compiten en otros países. Raúl Torrente integró la convocatoria, actualmente miembro de la plantilla granadinista, aunque entonces tan solo alternaba el trabajo con ‘los mayores’ con su desempeño habitual en el filial. Hubiera viajado aunque no entrase en la lista final porque el técnico vigués se llevó a todos los efectivos, incluso a los no inscritos. De alguna manera, sabía que entre todos escribían una página dorada en la historia del club, aunque ahora no sea más que un recuerdo imborrable.
Los titulares
Rui Silva: el arquero portugués, que supo esperar su momento en el club para afianzarse bajo los palos de Los Cármenes, salió del Granada al término de aquel mismo curso. Expiró su contrato y, aunque la dirección deportiva rojiblanca trató de renovarle, el interés del Betis le sedujo. Actualmente permanece en el conjunto verdiblanco, donde, aunque con la competencia de Claudio Bravo, es titular habitual.
Dimitri Foulquier: el lateral regresó al Granada en invierno de 2020 para alcanzar Europa y jugó un papel determinante en el conjunto rojiblanco. De su bota diestra nació el gol de Montoro en Nápoles, para siempre guardado en la hemeroteca granadinista. Se quedó tras la aventura por el continente, aunque su estancia posterior apenas duró dos partidos, el último precisamente ante el equipo en el que recaló inmediatamente después. La llegada de Bordalás al Valencia propició que el francés hiciera las maletas para reunirse con el técnico que más le hizo progresar en Getafe. Sigue en el conjunto ché, asentado de nuevo en el once en las últimas jornadas.
Domingos Duarte: el luso sí se quedó tras la salida de Diego Martínez y peleó por esquivar el descenso el curso posterior, aunque la debacle fue inevitable. Fue tras la pérdida de la categoría cuando se despidió entre lágrimas del Granada, aunque antes de hacerlo se esforzó por que el club recibiera el mayor beneficio posible. Fue escaso, porque el regreso a Segunda División hizo caer su cláusula a apenas un millón de euros, un caramelo para el Getafe, pero el central portugués forzó un traspaso por algo más de dicha cantidad. Sigue en el cuadro azulón, aunque ha rondado la puerta en el último mercado de fichajes.
Germán: uno de los estandartes del Granada de Diego Martínez, capitán del conjunto rojiblanco y fundamental en sus éxitos. No abandonó el barco al curso siguiente y, como Duarte, trató de certificar la permanencia. Su contrato expiró al tiempo que el equipo descendía y el club no le renovó. Se enroló la temporada pasada en el Racing de Santander, en cuyas filas compite actualmente en Segunda División.
Carlos Neva: es uno de los tres que permanecen en el Granada, el club que le permitió saltar a Primera División. Una grave lesión le apartó de los terrenos de juego el curso posterior, pero en Segunda regresó para aferrarse al lateral izquierdo rojiblanco y devolver al equipo a la máxima categoría. Sigue siendo indiscutible en la plantilla nazarí.
Maxime Gonalons: fue uno de los grandes fichajes del Granada tras el ascenso a Primera División y en Europa marcó el tempo del conjunto rojiblanco junto a Montoro. Se quedó tras la salida de Diego Martínez, si bien su último año en Los Cármenes estuvo lastrado por distintos problemas físicos. Rescindió su contrato después del descenso para fichar como agente libre por el Clermont francés, en el que juega con contrato hasta el final de la presente campaña.
Yan Eteki: el mediocentro camerunés fue uno de los futbolistas a los que Diego Martínez exprimió un rendimiento por encima de lo esperado. El pivote fue titular por sorpresa en Nápoles, dadas las molestias de Yangel Herrera, y fundamental para contener en varios partidos importantes de aquel curso. Salió del club en 2022, como agente libre, pero lejos de Granada no ha logrado reencontrarse. Fichó por el Casa Pía portugués, que le cedió al final de la pasada temporada al Cartagena de Segunda División. Esta campaña juega en el Alcorcón, al que llegó también tras desvincularse del club luso.
Ángel Montoro: la auténtica manija del EuroGranada. Encontró su mejor fútbol en Los Cármenes ya bien entrado en la madurez futbolística y asombró a propios y a extraños. Marcó el gol que convirtió en histórica la noche del 25 de febrero de 2021. Su contrato con el club rojiblanco acabó cuando el equipo descendía y la entidad apostó por no renovarle. Fichó por el Oviedo, pero no rindió como con la elástica de franjas horizontales. Esta campaña ha bajado otro peldaño para recalar en el ambicioso proyecto del Murcia, pero ha salido por la puerta de atrás.
Robert Kenedy: un fichaje mágico para el Granada al que no le dio para quedarse en el Chelsea. Hizo las delicias de la afición rojiblanca en el único curso que jugó en Los Cármenes. Marcó y asistió en la ida del cruce contra el Nápoles. A su vuelta al club británico, no encontró sitio y se fue a préstamo al Flamengo brasileño antes de recalar en el pasado ejercicio en el Valladolid. Descendió con el conjunto pucelano, pero se quedó en la plantilla, con la que ahora busca el ascenso.
Antonio Puertas: es otro de los que siguen en Granada, si bien su protagonismo ha disminuido sobremanera. El rendimiento del almeriense alcanzó su pico más alto con Diego Martínez y, desde entonces, ha ido cayendo. En Segunda División no fue tan importante como estaba llamado a ser y ahora es relevo habitual en los tramos finales de los encuentros.
Jorge Molina: su fichaje por el Granada suscitó ciertas dudas por su edad, pero las despejó a base de goles. Marcó 14 aquel año y 12 en el posterior, aunque erró la pena máxima que habría evitado el descenso a Segunda División. Se quedó en el conjunto rojiblanco dispuesto a llevarlo de nuevo a primera y contribuyó con cuatro dianas antes de que su rodilla colapsara. El club decidió no renovarle, dada su edad y la gravedad de la lesión, y el ariete, que confiaba en seguir jugando en Los Cármenes, decidió retirarse para incorporarse al cuerpo técnico granadinista.
Los cambios
Víctor Díaz: el del capitán del Granada es un caso similar al de Jorge Molina. No abandonó al equipo, impregnado de granadinismo desde hace años y asentado en la ciudad, y cumplió en faenas complejas tanto en Primera como en Segunda División. Este año, sin embargo, ya se ha visto relegado a un papel muy secundario, aquejado además de una lesión de rodilla. Consciente de la compleja recuperación que requiere y de que el equipo necesitaba licencias para su reforma invernal, cedió su ficha. Actualmente entrena con el club y es una voz de peso en el vestuario, pero no pertenece al plantel.
Nehuén Pérez: el argentino era una promesa que llegó a Granada cedido por el Atlético, pero con la elástica rojiblanca horizontal no tuvo excesivo protagonismo, correcto cuando tuvo que actuar. Regresó al club colchonero en la campaña posterior, si bien acabó cedido en Udinese, que se hizo con sus derechos en propiedad al término de la temporada 2021/2022. Sigue en el conjunto italiano, donde es titular.
Yangel Herrera: el gladiador de La Guaira asombró a media Europa en Granada. No le faltaron novias ni durante su estancia en el club rojiblanco ni tras su salida al final de aquel mismo curso. Fue cedido por el Manchester City al Espanyol, donde no rindió al mismo nivel, pero sí alcanzó de nuevo su mejor versión en Girona al año siguiente. Llegó cedido por el club británico, si bien en esta campaña ya juega en propiedad del cuadro catalán, con el que firma una sorprendente campaña en pugna por el título de Liga con el Real Madrid.
Roberto Soldado: renovó con el Granada al final de aquella misma campaña, pero tardó poco tiempo en abandonar el club. En un movimiento que pilló por sorpresa al granadinismo, se sintió atraído por el Levante, que le ofrecía la posibilidad de regresar a su tierra, así que abonó los 500.000 euros estipulados para quedar libre y fichó por el conjunto granota. Dejó 25 muescas como nazarí. Sin embargo, no le fue especialmente bien. Descendió de la mano del cuadro rojiblanco, sin demasiado protagonismo, y en Segunda jugó un papel muy secundario. El pasado verano colgó las botas a los 38 años.
Jesús Vallejo: el maño regresó al finalizar aquella campaña al Real Madrid, club que le había cedido por segunda temporada consecutiva al Granada. Permaneció en el conjunto blanco durante dos temporadas, con alguna actuación notable pero sin apenas minutos, hasta que la vuelta del conjunto rojiblanco a Primera División le brindó la oportunidad de sentirse de nuevo bien sobre el terreno de juego. Se antojaba titular, pero problemas físicos y personales le mantienen alejado de la dinámica del grupo desde el comienzo del ejercicio.
Los que no jugaron
Entre los integrantes de la convocatoria que logró conquistar Nápoles hubo seis futbolistas que se quedaron sin jugar, aunque tan solo dos, Aarón Escandell y Darwin Machís, pertenecían a la primera plantilla. El guardameta nunca llegó a ser titular en el conjunto rojiblanco, así que hizo las maletas tras el descenso para fichar por el Cartagena, equipo en el que despuntó para abrirse las puertas de la élite de nuevo en Las Palmas. El vinotinto zanjó su última etapa en el Granada al ser traspasado al Juárez mexicano tras la pérdida de la categoría, si bien en invierno se vio frustrada su marcha a la MLS estadounidense porque tenía una causa penal abierta por haber agredido a un individuo en un pub de Churriana. Su aventura en México duró poco, porque fichó por el Valladolid para volver a descender, antes de ser cedido esta campaña al Cádiz, donde ya había jugado en la campaña 2018/2019.
El resto fueron los jóvenes surgidos de una remesa productiva en la cantera granadinista. Torrente se presentó al fútbol español de la mano de Robert Moreno, aunque una lesión de rodilla le alejó del campo hasta el pasado curso, también lastrado por problemas físicos. De vuelta en Primera, fue importante con Paco López, pero ha perdido mucho protagonismo con el Cacique Medina. Isma Ruiz, la joya del filial rojiblanco, jugó algunos partidos con el cuadro nazarí el año del descenso, pero no obtuvo la regularidad que deseaba y se marchó al Ibiza tras el descenso. Sin ostentar el rol que esperaba, el verano pasado también abandonó la entidad balear para fichar por el Córdoba, de Primera RFEF. Por último, Arnau Fàbrega, que acudió como tercer portero, aunque no llegó a debutar con ‘los mayores’. Ahora juega en el Barbastro de Segunda Federación tras pasar por Las Palmas Atlético y Olot.