El Granada adelanta los regalos navideños (2-0)

Dos errores no forzados en los últimos minutos otorgan al Oviedo la victoria en un partido plano, con poco juego y menos ocasiones

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Colombatto celebra el primer gol del partido ante la decepción de los jugadores del Granada | Foto: LaLiga
Chema Ruiz España
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Quedan diez días para Nochebuena, pero al Granada le ha entrado la prisa y ha adelantado los regalos navideños. Dos errores en los últimos minutos, de esos que no fuerza nadie sino la combinación entre infortunio y desacierto, han otorgado al Oviedo la victoria en un encuentro plano, con poco juego y menos ocasiones. Siempre vivió la sensación de que solo de esta forma se podía decantar hacia algún lado, anestesiado y tan fácil de tragar como un polvorón. De la falta de entendimiento entre los centrales nazaríes nació el primero, obra de Colombatto desde los once metros. De una línea mal tirada y una salida no mejor medida, el segundo, que festejó Paraschiv. La cronología de un desastre en cuatro minutos, tras 80 de sesteo.

Calleja había hecho los deberes y, con la lección que le había enseñado el Racing en su visita a Los Cármenes, se estiró hacia atrás para que el Granada no pudiera correr. Y sin metros, este equipo no se siente cómodo. En el juego de posición se pierde, sin un elemento desequilibrante entre líneas ni extremos demasiado desbordantes. Prefiere la velocidad, el ritmo electrizante, el rock’n roll. A marchas cortas se gripa y, en el nerviosismo, saca sus costuras a relucir. Los carbayones las vieron y le hicieron un roto sin brillar ni exigirse demasiado. Quitaron el lazo a dos fallos en esa zona temporal en la que el equipo de Escribá se solía sentir cómodo y en el paquete había tres puntos muy cotizados.

Apenas hubo fútbol en realidad hasta el intermedio, como si Oviedo y Granada hubieran acordado no hacer gran cosa sobre el césped para no hacer sentir mal a los hinchas que esta noche tuvieran cena de empresa. El que lo viera desde casa, si mantuvo los párpados abiertos, probablemente se planteó cambiar de canal en más de una ocasión. El cuadro carbayón apareció por la bocana de vestuarios disfrazado con los colmillos y el pelaje de lobo, incisivo y agobiante en la presión, pero a poco que el Granada juntó líneas se le derrumbó la fachada. Los de casa empezaron a roer por su perfil diestro, aunque no tardaron demasiado en llevar los problemas a la banda de Rubén Sánchez, bien cercado por Ilyas para que no pudiera revolucionar el motor. En los rojiblancos, obtusos, solo Tsitaishvili amagó con sacar las garras, en un sprint tras el que punteó muy forzado, con Aarón ya encima. 

La velada se iba indigestando al tiempo que el entreacto se acercaba, sin ocasiones ni lucidez, encorsetados los contendientes entre el miedo y la torpeza. Ni un ‘uy’ que echarse a la boca. Todo era estático, salvo los repartos de Cazorla, a quien ver jugar todavía es un deleite, incluso en contextos tan tediosos. Luca Zidane sacó los puños en un envío del asturiano y atrapó después un tímido remate de Pomares, que se aventuró en un desmarque. Rodelas salió disparado tras un córner, pero declinó la opción de pase a Uzuni y se le hizo de noche. Aun así, logró descargar para Tsitaishvili, que recibió el tapón ya en el área. Colombatto remató de chilena el rostro de Loïc Williams, que acababa de recibir amarilla, y Dani Calvo, entre bostezos en la grada, cabeceó un servicio a las manos del meta granadinista.

Los rostros desfilaron serios y, al poco de la reanudación, la misma sensación de hastío. El Granada siguió siendo poco más que un espectador, aunque en alguna oleada dio señales de vida, siempre difuminado en la orilla. Los azules no parecían tener más intimidad con las musas, pero al menos conservaban la iniciativa. Colombatto soltó un latigazo con la zurda, no demasiado desviado, antes de cometer uno de los errores de la temporada. Martin Hongla se apresuró a regalar en una entrega atrás y el argentino capturó la pelota suelta, dribló a Luca Zidane y vio cómo se desenrollaba frente a él una alfombra roja directa al gol. Se deslizó Pablo Insua, más por desesperación que por tener opciones reales de poder evitar el tanto, pero el mediocentro pecó de generoso y prefirió asistir a Fede Viñas, que había desconectado ya de la jugada.

La rueda de relevos comenzó a girar y para el Granada fue como el tambor de un revólver en plena ruleta rusa. Calleja disparó en dos tandas de cambios, en lo que Escribá buscaba en el banquillo un desfibrilador que produjera alguna inflexión en el planísimo encefalograma rojiblanco. Al poco de salir, Sebas Moyano pisó área y levantó un centro que Paulino, también refresco, devolvió a la pomada. Portillo, que llevaba pocos minutos más en el campo, encauzó a gol, pero en fuera de juego. Fue el aviso.

Apareció de nuevo Portillo entre líneas para trazar una conexión defectuosa. No se entendieron Insua y Williams, que dejaron pasar la pelota para que fuera Luca Zidane quien la recogiera, pero anduvo avispado Sebas Moyano para quedarse el obsequio, derribado por el guardameta en un intento por evitar la pifia. El hijo de Zinedine retó a Colombatto con la mirada, pero en las pupilas del argentino no había recuerdo del error anterior y, con precisión de francotirador, ajustó a la red para quebrar la mandíbula rojiblanca.

El Granada dio un paso al frente, romo aun con todo, y Escribá puso sobre el verde tanto a Weissman como a Trigueros. Lo primero que vieron fue volar un objeto esférico sobre sus cabezas, propulsado desde su cancha por David Costas, a la espalda de la zaga, descolgado Miguel Ángel Brau. Por detrás de todos los de franjas corría Paraschiv, el único recambio que no había intervenido, con ventaja para esquivar a Luca Zidane como si fuera un cono, sin cálculos en su salida, y desenvolver el segundo regalo. Demasiada generosidad, por mucho que las fechas sean propicias, para sostener cualquier aspiración.


Ficha técnica:

Real Oviedo: Aarón Escandell; Oier Luengo (Lucas Ahijado, 86’), David Costas, Dani Calvo, Carlos Pomares; Kwasi Sibo, Santi Cazorla (Portillo 65’), Colombatto; Ilyas Chaira (Sebas Moyano, 74’), Haissem Hassan (Paulino, 74’) y Federico Viñas (Paraschiv, 65’).

Granada CF: Luca Zidane; Rubén Sánchez, Pablo Insua, Loïc Williams, Miguel Ángel Brau; Martin Hongla (Sergio Ruiz, 74’), Gonzalo Villar (Manu Trigueros, 84’); Giorgi Tsitaishvili (Weissman, 84’), Reinier (Pablo Sáenz, 90+2’), Rodelas (Kamil Józwiak, 74’); y Myrto Uzuni.

Goles: 1-0: Colombatto, de penalti, min. 81; 2-0: Paraschiv, min. 85.

Árbitro: Daniel Palencia Caballero, del comité vasco. Amonestó a los locales David Costas, Colombatto y Oier Luengo, así como a los visitantes Loïc Williams, Rodelas y Martin Hongla.

Incidencias: encuentro correspondiente a la 19ª jornada de Liga en Segunda División, disputado en el estadio Carlos Tartiere, ante 17.421 espectadores.







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