Sandoval acepta el reto: "Esto es para valientes"
"Vengo aquí porque en mi corazón está ese escudito del Granada", ha sostenido el técnico en su presentación con el conjunto rojiblanco
Con el entusiasmo por bandera y el optimismo como combustible, José Ramón Sandoval ha aceptado el reto que le propone el Granada, convencido de que la permanencia es posible. "Si no creyera en eso, sería el primero que me estaría engañando. Yo no engañaría a la gente", ha sostenido. "Ahora mismo es un marrón", ha reconocido, aunque no por ello pierde la positividad que ha tratado de inocular en la hinchada rojiblanca en su presentación como técnico nazarí. "Esto es para valientes", ha apostillado, respaldado por el director general del club, Alfredo García Amado, y el director deportivo, Matteo Tognozzi, cariacontecidos.
"Para mí, es una satisfacción volver otra vez aquí. Me fui sintiendo que era mi casa por el trato humano que tuve de todo el mundo", se ha vuelto a presentar el técnico madrileño, quien ha recordado las "cosas maravillosas" que ha pasado en Los Cármenes. "En estos días atrás, mis hijas me las han puesto en casa para que las volviera a sentir", ha apuntado el preparador granadinista. "Vengo aquí porque en mi corazón está ese escudito del Granada", ha exteriorizado Sandoval, con una sonrisa imperturbable. "Quiero volver a vivir esos momentos especiales que hemos vivido en el túnel de este estadio", ha alargado.
El nuevo entrenador del Granada ha asegurado, en lo que respecta al rendimiento hasta el momento del conjunto rojiblanco, que "ha habido partidos en los que no ha sido justo el resultado con lo puesto en el campo". "Mucho esfuerzo para llegar a la orilla y ahogarse ahí. Tanto a Paco como a Cacique les han penalizado los resultados", ha analizado, para posteriormente asegurar que le "inspira una gran confianza el equipo de trabajo que hay detrás y, sobre todo, la plantilla". "Pienso que lo que tenemos que hacer es limpiar un poquito la cabeza, mentalizarnos de que podemos hacerlo y ayudar a los futbolistas a convencerse", ha indicado, con el ejemplo de Lass Bangoura en su anterior etapa como argumento. "Necesito a un equipo alegre, que intente salir a Cádiz y no lo vea como una final, sino que vaya a divertirse, competir y hacer feliz a su gente. Tenemos que intentar dar con la tecla de que se sientan cómodos y poder sacar esto adelante", ha incidido.
En una comparativa con su paso previo por Los Cármenes, ha señalado que en esta ocasión tiene "un poquito más margen de error, pero hay menos equipos implicados en la pelea". "Los resultados este fin de semana nos han perjudicado más bien anímicamente, de cara a saber que tenemos un partido menos que ellos", ha desgranado. Aun con esa dosis de energía, ha puesto los pies en el suelo. "Aunque nosotros ganemos los diez partidos, como los demás no pierdan, es imposible conseguir nada. No vamos a vender humo y decir que vamos a ganar todos los encuentros. Vamos a hacer nuestras propias ligas a dos encuentros o tres. Mi objetivo es el final. Si empezamos por no competir bien, va a ser difícil. Mi primera meta es alcanzar al Cádiz. Tenemos que ir a ganar", ha ahondado el entrenador rojiblanco.
"Se puede especular con que llevo un año y medio sin entrenar, con lo que sea. La llamada de un equipo de fútbol es un puesto de trabajo. Pero si encima te llama un club con el que tengo mi cosita dentro, para mí es una gran satisfacción venir aquí a Granada. No vengo con ningún ánimo de tener protagonismo. A los jugadores los he visto tristes por la situación en la que están, porque son personas humanas, pero he encontrado un vestuario con mucha responsabilidad y que creo que me va a coger la mano", ha profundizado José Ramón Sandoval. No mira más allá de la conclusión del curso. "Voy a ser muy sincero. Me han llamado Alfredo y Matteo y me han dicho que esta es la situación. El trabajo se tiene que ver. Matteo tiene que estar satisfecho del trabajo que hago, porque voy a estar codo con codo. Si lo está en estas diez jornadas, pienso que todo va a fluir. ¿Que no? El fútbol es así. La primera vez que vine aquí no tenía nada firmado. Ellos querían asegurarse, lo consiguieron y lo firmamos. No quiero hipotecar a este club para nada, todo lo contrario, vengo a ayudar", ha zanjado a este respecto.
Llega acompañado de su hermano, Ismael Martínez, que será su segundo entrenador. "El club está muy fortalecido con grandes profesionales. Me voy a hacer cargo de que me ayuden mucho", ha asegurado. Permanecen Jorge Molina, Manolo Lucena, Alejandro Rodríguez, José Sambade y Álvaro Martínez en el cuerpo técnico, además de los servicios técnicos. Un grupo con el que ya ha comenzado a trabajar este mismo martes, en una sesión sin Bruno Méndez, Facundo Pellistri y Myrto Uzuni, convocados con sus respectivas selecciones. "Esta semana vamos a mirarnos a nosotros mismos. Vamos a estar muy pendientes de nosotros mismos. Tenemos que potenciar las cosas buenas que tiene este club. Hay muchas. Cuando se incorporen los que tienen el privilegio de representar a su país, afrontaremos más el partido de Cádiz", ha detallado.
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El técnico ha rechazado apuntar las debilidades que ha detectado en la plantilla, sino más bien trabajar el plano mental para sacar lo mejor de ellos. "Cuando un entrenador se pone al mando de un equipo, en este mundo, todos los aspectos son fundamentales, tanto el psicológico como el técnico y el táctico. Si suspendes en una, no pasas el curso. Vamos a intentar tener un siete en todo", ha afirmado, para seguidamente subrayar que, tras un cambio en el banquillo, "todos los jugadores se sienten importantes, porque todos se creen que van a jugar". Lo considera clave, de nuevo con su anterior paso por Granada como apoyo. "En mi etapa aquí, el once titular no es el que hizo la salvación. Tenía mucha gente detrás. Esos eran mucho más importantes que los que jugaban. En el día a día hay que entrenar, y si esos no compiten y dan la cara, los demás no entrenan. El sparring tiene que ser el mejor. Yo soy el primero, tengo que dar mi mejor versión. Tienen que entrenar como si fuera su último día de entrenamiento", se ha extendido.
El de Humanes, por último, no ha esquivado abordar el ánimo de la hinchada por la tesitura en la que se encuenta el Granada. "Yo creo que van a estar con nosotros. Es normal que estén descontentos por los resultados, han visto a su equipo ganar nada más que dos partidos. Aquí tenemos que pensar que esto lo sacamos entre todos. No lo van a sacar los jugadores solos, ni Matteo, ni Sophia ni Alfredo ni Sandoval. En mi segunda temporada, tampoco se ganaron muchos partidos y cada victoria se vivía como una final. Es lo que vamos a transmitir, que la afición se sienta orgullosa de cómo compite su equipo. Estamos en Primera División y ya veis lo que cuesta ganar", ha señalado, con el recuerdo de su primer recibimiento en el Zaidín. "Me quedé alucinado", ha rescatado. "Estamos en una rueda de prensa de presentación de un entrenador porque un consejo de administración ha buscado un cambio. Todo el mundo quiere que lo solucionemos. Estamos poniendo de nuestra parte, tanto Javier (Aranguren) como Sophia (Yang), Matteo y Alfredo. Pido que sea una cosa de empujar todo", ha tratado de apaciguar. "No voy a dejar caer a este equipo de esta manera", ha prometido antes de comenzar a trabajar.
Al salir al césped, la misma energía. “Vamos, hostia”, ha animado al asomar por la bocana de vestuarios. Cercano con sus futbolistas, ha tratado de imprimir intensidad y buena vibra durante toda la sesión, con Gonzalo Villar y Lucas Boyé como espectadores en la banda, presumiblemente por molestias físicas. Ha dialogado con los capitanes, con Sergio Ruiz, con Marc Martínez, con José Callejón y con Kamil Piaktowski, además de transmitir cariño al resto del cuerpo técnico. Una piedra de armonía sobre la que pretende construir la proeza.