El gol se resiste a un Granada reanimado

La última vez que el Granada marcó un gol fue el pasado 17 de septiembre, en el minuto 75 del encuentro frente al Mirandés en Los Cármenes. Desde entonces, ha enlazado tres jornadas consecutivas sin ver puerta. Este domingo, contra la Ponferradina, el conjunto rojiblanco mejoró notablemente su imagen, pero careció de la efectividad que, hasta aquel postrero tanto de Uzuni, lo había sostenido. El juego combinativo que favoreció la incursión de Melendo en el once, así como el cierre de filas para impedir que Raúl Fernández tuviera que recoger algún balón del fondo de la red, apenas sirvió para sumar un punto que, dada la reanimación nazarí con respecto a semanas anteriores, supo a poco en el vestuario.

Hasta que el conjunto rojiblanco emprendió el viaje a Las Palmas, hace tres jornadas, había sacado una muy alta rentabilidad a las pocas ocasiones que había logrado generar. Ya había encontrado en semanas previas complicaciones en la elaboración del juego, pero el acierto cuando llegaba con balón a zona de peligro le había permitido sumar doce puntos pese a ostentar uno de los registros más bajos de disparos a puerta de la categoría. Myrto Uzuni era la personificación de esta tesitura, máximo artillero, con seis goles que son, además, los últimos que ha marcado el Granada. Con su oportunidad fallida en el tramo final del choque en El Toralín, también representa la circunstancia actual.

La salida a las Islas Canarias dio inicio a un letargo anotador que aún no ha encontrado fin. Tanto en el compromiso contra Las Palmas como frente al Huesca, no obstante, la producción ofensiva del conjunto rojiblanco aún fue escasa -solo un remate entre palos en territorio insular y dos contra el cuadro oscense, a tenor del registro oficial de LaLiga-. Contra la Ponferradina, este sábado, el equipo volvió a jugar, creativo en la franja ancha del terreno de juego y fluido en la circulación con Melendo, primero, y Rochina, después, como enganches, más vertical el valenciano, lo que condujo hacia una mayor productividad. Aunque solo tres disparos tomaron dirección adecuada, otros diez intentos hicieron peligrar la imbatibilidad berciana, defendida por un Amir que, además de sacar los tres remates que le llegaron, abortó el riesgo en varias ocasiones.

Brotes verdes

Ninguna movió el marcador, lo que ahonda en la frustración rojiblanca, como exteriorizó el propio Aitor Karanka en su rueda de prensa posterior. El conjunto nazarí se tuvo que conformar con un punto que, dados los resultados cosechados en esta jornada, lo mantiene a tres unidades de las plazas de ascenso directo, a cuatro del liderato. Sin embargo, precisamente en la mejora del juego halla brotes verdes. La fórmula planteada por el técnico rojiblanco, de vuelta al 4-2-3-1, funcionó pese a la falta de gol. Además, la zaga rojiblanca, reconstruida por la ausencia de Cabaco y de nuevo modificada tras el golpe de Ricard, se mostró solvente, bien plantada y expeditiva, si bien volvió a sufrir en acciones a balón parado, un mal que empieza a ser habitual.

No todas las noticias fueron malas para el conjunto rojiblanco en su visita a Ponferrada, pero las buenas no le dieron para volver con una victoria que paliase el trance. Sí suponen, en cambio, un importante progreso en el proceso de construcción del equipo granadino. Aun sin gol, se va encontrando. El tiempo, eso sí, apremia, y cada jornada aprieta más la corbata. Contra el Sporting, Karanka tendrá otra oportunidad de aunar el juego con el acierto, ya con una disponibilidad de jugadores bastante amplia como para empezar a pensar en acelerar la obra.