Sandoval encuentra rápido su once predilecto
El técnico ha asentado una alineación con la que el Granada se siente cómodo y que tiene una base de jugadores que estaban el curso pasado en Segunda
José Ramón Sandoval no tardó más de dos partidos en encontrar su once predilecto en el Granada. Tras una prueba errática en Cádiz, con tres centrales y una nula productividad, frente al Valencia dio con la tecla y contra el Alavés lo pulió. En Bilbao mantuvo la formación, con la única excepción del maltrecho Uzuni, y cabe esperar que insista en este esquema el domingo ante Osasuna, pendiente todavía del estado del albanés. Sobre el libreto, un regreso a la pizarra de Paco López, ejecutada en buena medida por jugadores que el curso pasado labraron el ascenso.
El técnico madrileño volvió pronto al 4-4-2 con el que hasta entonces mejor había funcionado el conjunto rojiblanco, aunque sin obtener demasiados resultados. Es la disposición en la que más cómodo se ha sentido desde el arranque liguero, como también constató el Cacique Medina tras probar con otros dibujos. Una idea equilibrada que favorece una protección nutrida y, aunque expone la medular en algunos casos, propicia el ataque directo, protagonismo para Lucas Boyé y Uzuni, indiscutibles cuando se encuentran en plenas condiciones, e incluso cuando andan renqueantes.
No había dudas de que Augusto Batalla continuaría bajo los palos pese al relevo en el banquillo, seguro en sus actuaciones e intenso. De ahí en adelante, sí hubo algunos cambios relevantes. El principal fue el desplazamiento de Bruno Méndez al lateral diestro. Ya había jugado ahí en el Benito Villamarín y en etapas previas, pero su incorporación como refuerzo para el centro de la zaga parecía anclarle frente a la meta. Sin embargo, Sandoval confió en él para resguardar mejor el flanco derecho y rescató a Miguel Rubio para otorgarle un rol capital junto a Ignasi Miquel, la misma pareja de centrales que ascendió el ejercicio pasado. Piatkowski y Raúl Torrente han quedado relegados al banquillo, al igual que Maouassa, inamovible Carlos Neva en el costado izquierdo.
En la franja ancha, Sandoval ha renovado la titularidad de Sergio Ruiz, un motor para el conjunto rojiblanco, y ha concedido galones a Gumbau, irregular durante el curso pero ahora convertido en una extensión del técnico sobre el césped. Hongla perdió el sitio en el Nuevo Mirandilla y no ha vuelto a recuperarlo, casi sin minutos desde entonces. El técnico pidió del camerunés un paso al frente que, por el momento, no ha dado. Tampoco Gonzalo Villar, venido a menos desde la destitución de Paco López, si bien ha gozado de mayor protagonismo, recambio de Uzuni en San Mamés. Melendo, en cambio, no ha vuelto a jugar desde su titularidad en Cádiz.
Por las alas, Pellistri ya estaba asentado antes de la llegada de Sandoval, pero en el carril izquierdo no tenía dueño. Apostó por Corbeanu contra el Valencia, inoperante, pero ha sido Józwiak quien ha terminado por convencer, partidazo incluido contra el Athletic. Puertas caía en el ostracismo hasta que la indisposición del ex del United le propulsó al once en Bilbao, donde cuajó una actuación correcta. Callejón, por su parte, apenas ha disfrutado de un par de ratos.
Arriba, con Uzuni y Lucas Boyé afianzados aun lesionados, Matías Arezo tan solo ha ejercido de refresco en los tramos finales de los encuentros. Tampoco sus actuaciones han cuestionado su papel en el equipo, olvidados los goles en Uruguay. Ni siquiera los problemas del atacante albanés, que continúa forzando, le han abierto las puertas de la alineación.