Vídeo | El Granada tampoco funciona en casa (0-0)
El conjunto rojiblanco, insulso e inofensivo, empata a nada ante el Huesca y no se desprende de los fantasmas que le persiguen
El Granada tampoco funciona en casa y la hinchada empieza a desesperarse. El conjunto rojiblanco, insulso e inofensivo, no se desprende de los fantasmas que le persiguen desde que salió a Andorra. Su efectividad en Los Cármenes había mitigado el incendio hasta ahora, pero hasta el acierto le abandonó este domingo. Ha empatado a cero ante el Huesca en un duelo soso, aburrido, en el que, incluso, los de Ziganda perdonaron un par de ocasiones claras. La música de viento acompañó todo el encuentro y envuelve a Karanka, que no halla la fórmula que haga jugar al equipo. Todo falla y pierde crédito en cada jornada que pasa.
El técnico rojiblanco entendió que había que virar el rumbo y pegó un volantazo, pero sobre el verde volvió a aparecer un equipo sin alma ni proyecto. Emprendió la revolución desde el once, por primera vez sin Miguel Rubio ni Puertas, relegados al banco. Inyectó frescura con el descarado Bryan Zaragoza, la rebeldía personificada, y mantuvo a Rochina, caído a un centro del campo de nuevo obtuso pese a estar poblado por tres hombres. Fueron los únicos capaces de arrojar luz al juego nazarí, bloqueado desde hace semanas, hasta la incursión de Melendo. El mediapunta catalán volvió a jugar un mes después de lesionarse y también imprimió orden en la circulación, dispuesto a ser la chispa que prendiera el fuego de la redención, pero no fue suficiente. Ni siquiera el retorno de de Uzuni y Ricard tras su excursión internacional espabiló a los nazaríes.
El equipo fue recibido con aplausos, aunque no tardaron en tornar en un incómodo murmullo que estalló en silbidos, vivo el recuerdo de la visita a Las Palmas. Los de Karanka saltaron amodorrados y apenas despertaron del letargo. El Huesca pudo aprovecharlo, pero Carlos Kevin tuvo piedad hasta en dos ocasiones. En la primera, después de que a Cabaco se le hiciera de noche en busca de un pase, el delantero disparó arriba cuando vio a Raúl Fernández acercarse; en la segunda, escorado tras el zigzagueo de Gerard Valentín, intentó asistir a Marc Mateu, pero la entrega fue nefasta. Los de Ziganda hilvanaban acciones en torno al área nazarí; los rojiblancos, en cambio, encadenaban errores no forzados. En la grada, mientras volaba el balón de una trinchera a otra, se adivinaba un pensamiento común: "Más de lo mismo".
Callejón era una isla y tanto Uzuni como Bryan Zaragoza gastaban gasolina intentando cazar los envíos sin cálculo alguno que proponía la zaga. El malagueño, aun revolucionado, era el único que planteaba algo distinto. El albanés pilló a la retaguardia oscense en un descanso y se adelantó para controlar un lanzamiento de Bodiger, pero se recompuso rápido Ratiu, atento para abortar el peligro. Después, entregó horrible Víctor Díaz, que también se olvidó de la marca en la transición, y Gerard Valentín allanó la morada de Raúl Fernández. Carlos Kevin no llegó al pase de su compañero y Rochina, que se lo encontró sin tiempo para reaccionar, lo tocó hacia su propia portería, pero el portero se deslizó rapidísimo para palmear sobre la misma línea. El pánico cundió y la hinchada, desesperada, reclamó una dosis de corazón -o de cualquier otra parte del cuerpo- a los rojiblancos, completamente incapaces.
Brotaron entonces, al borde del descanso, los mejores minutos locales del primer acto. En un arranque de coraje, Rochina se pidió ser Oliver, el imparable futbolista de los dibujos animados. Condujo de un campo a otro hasta que Sielva se encaramó a su cintura para derribarle en el balcón del área. Callejón combó el disparo lejos de la manopla de Andrés Fernández, pero la pelota fue a parar al larguero. Después, Bryan encaró a Florian Miguel y descargó sobre la llegada del propio Rochina desde segunda línea. El valenciano impactó con potencia, pero el tiro salió desviado por un defensa. En el saque de esquina, Uzuni empalmó el balón de forma poco ortodoxa a las manos del guardameta visitante.
El paso por los vestuarios volvió a descolocar a los rojiblancos. Timor les hizo resoplar con un remate en un saque de esquina que lamió el poste y Marc Mateu aprovechó el aturdimiento en la jugada posterior para golpear al lateral de la red. El Granada solo salía de la cueva cuando el balón pasaba por las botas de Bryan Zaragoza o de Rochina. El joven malagueño corrió hasta forzar la falta de Tomeo en la frontal del área y el mediapunta valenciano la puso por poco por encima del larguero. Los dos contagiaron el pundonor al resto del equipo en lo que se preparaban Melendo y Puertas para reemplazarles por sorpresa. Recuperó Karanka su esquema predilecto y entregó la batuta al catalán, que tiene duende. El Cuco Ziganda atisbó el cambio de inercia y agitó el árbol con la entrada de Soko, Kento y Kante, que equilibraron.
Bodiger se animó en una falta lejana, torcido el punto de mira, y Callejón se descolgó a la banda con la incursión de Jorge Molina por un Uzuni apagado. Los nazaríes se hicieron con la pelota y la movieron de lado a lado hasta desestabilizar la estructura oscense. Se infiltró Callejón hasta la línea de fondo y puso el gol en bandeja a Puertas, pero Andrés Fernández, raudo, se adelantó cuando el almeriense sacaba el arco frente a la meta. El ‘10’, después, intentó emular a Robben en una incursión hacia el interior, con copyright registrado por el neerlandés, y conectó un disparo se le fue alto. Kante hizo ver con otros ojos el empate al cabecear al larguero ya en las postrimerías de la cita.
Lo que restaba solamente dejó más problemas en el conjunto rojiblanco, en el que Cabaco fue expulsado por una dura entrada en el centro del campo. Miguel Rubio apareció para salvar los muebles, ya en el descuento, y evitar males mayores, toda vez que un remate acrobático de Puertas quedó en nada. Al Granada se le esfumó el tiempo y marchó cabizbajo, con un punto más, pero que sabe a derrota. Del análisis se desprenden más chubascos. Quiso refugiarse del chaparrón en Los Cármenes, pero otro encuentro rácano le ha generado goteras también en casa. La atención se centra en Karanka, cuya dimisión llegó a pedir un reducido grupo de aficionados, y El Toralín, la próxima semana, no parece el mejor escenario para recuperar sensaciones.
Ficha técnica:
Granada CF: Raúl Fernández; Ricard, Víctor Díaz, Cabaco, Quini; Sergio Ruiz, Bodiger; Bryan Zaragoza (Puertas, 62’), Rochina (Melendo, 62’), Uzuni (Jorge Molina, 70’); y Callejón (Miguel Rubio, 90+2').
SD Huesca: Andrés Fernández; Ratiu, Jorge Pulido, Rubén, Florian Miguel (Vilarrasa, 72’); Gerard Valentín (Soko, 62’), Timor (Kento, 62’), Óscar Sielva (Tomeo, 45’), Marc Mateu; Juan Carlos Real y Carlos Kevin (Kante, 62’).
Árbitro: Óliver de la Fuente Ramos, del colegio castellanoleonés. Amonestó al local Sergio Ruiz, así como a los visitantes Sielva, Rubén Pulido, Tomeo, Timor y Kento. Expulsó al local Cabaco.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la octava jornada de Liga en Segunda División, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, ante 15.182 espectadores. Antes del partido, se guardó un minuto de silencio en memoria de los fallecidos en Java, Indonesia, durante un partido de fútbol, y de Manuel Neva, abuelo del jugador del Granada CF Carlos Neva.