El milagro que se le escapó a Sandoval y el Granada obró en Sevilla
El conjunto rojiblanco goleó en el Ramón Sánchez Pizjuán en 2016 para certificar su última salvación antes de la venta del club
El Ramón Sánchez Pizjuán fue escenario en 2016 de una permanencia del Granada casi tan milagrosa como lo sería una hipotética salvación nazarí al final de este curso. No lo fue tanto por el contexto que envolvió aquel encuentro, sino por la remontada que llevó al equipo de ser colista a mantener la categoría. Fue la gesta que se le escapó a José Ramón Sandoval, pero que obró finalmente el conjunto rojiblanco bajo la dirección de José Manuel González en la penúltima jornada del campeonato. Entonces, goleó al Sevilla, precisamente el rival al que el equipo se enfrenta este domingo, para asegurar su presencia en Primera División por sexta campaña consecutiva justo antes de que se produjera la venta del club.
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Aquel encuentro se disputó el 8 de mayo, inmediatamente después de que el Granada lograra contra Las Palmas un triunfo vital para alejarse del descenso. Lo dirigía José Manuel González desde la destitución de Sandoval en febrero de ese mismo año, con el equipo en última posición y 20 puntos en su casillero. Emprendió en ese momento una escalada que, aunque le permitió asomar la cabeza en apenas un mes, aunque Getafe, Sporting y Rayo Vallecano le pisaban los talones en la clasificación. Madrileños y asturianos se enfrentaban al mismo tiempo que rodaba el balón en el Sánchez Pizjuán, donde los de franjas horizontales se presentaban sin Isaac Success, pero con el respaldo de alrededor de 5.000 hinchas que no querían jugársela en la última fecha ante el Barça.
El Sevilla, sin nada por lo que competir ya, alineó a su segunda unidad, no exenta de calidad con nombres como Konoplyanka, Iborra o Fernando Llorente. Los rojiblancos se aferraron al acierto de El-Arabi y el genio de Peñaranda, flanqueados por Rochina e Isaac Cuenca. Este último inauguró el electrónico cuando el primer tiempo agonizaba, sin demasiados sobresaltos en las áreas, asistido por el goleador marroquí del Granada. El extremo amortiguó la pelota con el pecho y, con los sevillistas reclamando fuera de juego, mandó el duelo al descanso con ventaja nazarí.
Tras el intermedio, y en concreto en los últimos veinte minutos, el choque dinamitó. El conjunto rojiblanco mandó en el marcador hasta el minuto 74, cuando Escudero -años después fichó por el Granada- golpeó horrible en una acción ensayada y un jovencísimo Diego González convirtió el tiro en asistencia con la espuela. Las tablas brillaban de nuevo en el marcador, pero los nazaríes sentían cerca las llamas del descenso y no decayeron. En una segunda acción, con Babin y Ricardo Costa como arietes en el área, Cuenca colgó un envío y el francés cabeceó a la red bajo la lluvia. Delirio en el sector visitante del Pizjuán.
El Sevilla sí bajó los brazos y se dejó ir. Miguel Lopes cayó en el área, clara la pena máxima para Undiano Mallenco, y El-Arabi, infalible desde los once metros, se apuntó su 16ª diana en Liga -hizo 17 contando la Copa-. Quedaba la guinda, que colocó de nuevo Isaac Cuenca en un error de la zaga sevillista. Se hizo con un balón que nadie parecía querer y ajustó con la pierna izquierda ante Beto. Un 1-4 que, con el tiempo, incluso despertó sospechas, pero que en la práctica selló la permanencia granadinista antes de la visita del Barcelona de Messi, Neymar y Luis Suárez, que se proclamó campeón en Los Cármenes ante la tranquilidad rojiblanca.