El Granada sigue sonriendo en su montaña rusa (2-0)
El conjunto rojiblanco vence al Ibiza en una tarde de congestión, en la que la estrategia jugó por primera vez a su favor y Bryan Zaragoza firmó otro tanto maravilloso
El Granada sigue sonriendo en la montaña rusa en que ha convertido su temporada. En una tarde poco lúcida y gélida, ha derrotado al Ibiza de Lucas Alcaraz, el entrenador rival que mejor conoce al equipo. Paco López le ganó la partida en una acción de estrategia cabeceada por Víctor Díaz, la primera que juega a su favor en esta campaña, y Bryan Zaragoza guardó los puntos en una conducción maravillosa, de genio. Raúl también paró cuando los celestes, irreverentes, amenazaron. El conjunto rojiblanco es la peor pareja para el aficionado que busque la estabilidad emocional. Como en esas vertiginosas atracciones, cae cuando viaja, y a veces con estrépito, pero asciende en su estadio, del que siempre sale feliz. Si, como sucede en los parques, tomaran una fotografía del equipo al final de cada duelo en Los Cármenes, no habría ninguna en la que el conjunto rojiblanco no muestre una mueca de satisfacción. Aun con margen de mejora, la rémora sigue apareciendo a domicilio.
Igual Paco López quiso, precisamente, aprovechar lo que Alcaraz conoce del Granada y fue esa la razón por la que transformó su once, o tal vez pretendió dar un toque de atención a algunos de sus hombres, condicionado también por un proceso gripal que afectó a varios futbolistas de la plantilla. La alineación de Víctor Díaz demostró que sus palabras en la previa no eran simple distracción. Fue incrustado entre Ignasi Miquel y Miguel Rubio, también de vuelta, en una zaga de tres con la que quiso contener las carreras ibicencas. Melendo, por delante, se juntó con Bodiger, sentado Petrovic por sorpresa. Otro integrante del último ascenso, Quini, regresó en lugar de Ricard y Soro gozó de otro voto de confianza del míster rojiblanco, escorado al perfil diestro. Quien parece perderla es Jorge Molina, otra vez en el banco. Fue Puertas la falsa referencia, con Callejón en la otra orilla.
Fue largo y cariñoso el saludo entre los dos técnicos, casi tanto como luego pareja su partida de ajedrez. El granadino no ocultó sus intenciones y desde el inicio buscó la carrera a la espalda de la zaga rojiblanca. Los de Paco López quisieron bailar a un compás lento, con Melendo a la batuta y el periscopio de Víctor Díaz en alza, por si alguna fuga permitía correr por banda. Bodiger tardó menos de un minuto en dar un disgusto a su entrenador, con un pisotón a Diop que le costó el cartón amarillo y otro encuentro de sanción la próxima semana. Callejón comprobó la capacidad de agarre de los guantes de Fuzato en una acción atropellada, pero el Granada acusaba cierta congestión y el Ibiza se encontraba algo más cómodo de lo esperado, con frecuencia en campo contrario. El duelo, no obstante, fue virando poco a poco hacia los derroteros previstos.
Diop empalmó fuera un balón rechazado tras un saque de banda profundo, a lo que respondieron los de casa con un contragolpe abortado entre Martín y Grillo cuando Soro se giraba. Quini y Cristian Herrera se retaron a chutar desde la distancia, desajustadas las mirillas. Una construcción pausada llegó a la esquina y Paco López sacó su manual de estrategia para curar otro de los males que venía sufriendo el Granada. Se acumularon los de franjas horizontales en el segundo poste y del barullo se escapó raudo Víctor Díaz. El capitán saltó más que nadie y, con un giro de cuello excelente, enviar a la red el servicio de Callejón con un frentazo. Los nazaríes habían desaprovechado hasta este sábado 113 saques de córner en Liga. En el 114º, el técnico granadinista ejecutó un gambito de dama que condujo a la diana, al más puro estilo Beth Harmon en la producción de Netflix.
El gol permitió a los rojiblancos soltar lastre, aunque un inmediato tiro de Ekain, muy lejos de la portería, avisó de que Lucas Alcaraz todavía tenía al rey en pie sobre el tablero. Nolito erró después una ocasión clarísima, en la que pecó de generoso sin oposición en el segundo palo. Replicó Puertas, que aceleró una salida lenta y golpeó al travesaño mientras Callejón pedía calma, circulación para deshacer la maraña celeste. Le hicieron caso sus compañeros. Movieron y movieron, sin prisa con el marcador a su favor para intentar dominar a un Ibiza correoso. Fuzato palmeó un chut de Bodiger en el balcón del área y Joseda, que tiene una catapulta en los brazos, colgó al área un saque de banda que desembocó en una arácnida reacción de Raúl Fernández, ágil para escupir el remate de Nolito a la media vuelta. El testarazo de Grillo en el córner posterior se fue arriba.
Tenían los nazaríes más el balón y la sensación de controlar el devenir del choque, bastante ajustado y denso en cualquier caso, pero el marcador se les antojaba corto para cada vez que el Ibiza podía correr, malicioso en las inmediaciones del arco. Ninguno derramaba tampoco un torrente de ocasiones, aunque algo más manifiestas las de los locales. El inicio del segundo acto avivó esta sensación, revolucionados los ibicencos. Bogusz recibió escorado nada más salir de los vestuarios y conectó un latigazo venenoso que repelió con dificultad. Raúl Fernández. Más tarde, atajó un remate manso de Grillo, tocado también por Miguel Rubio, y alejó con la mirada un intento de Nolito.
Ekain se hundió en los celestes y empezó a distribuir entre líneas, lo que desarmó al Granada. El cuadro local se fue encerrando en su mitad del rectángulo, incisivos ahora los visitantes, y el balón empezó a sobrevolar el área rojiblanca. Paco López reclutó a Ricard y Perea, que relevaron a Quini y Callejón, antes de que la cosa se les fuera de las manos. A Víctor Díaz se le acumulaba el trabajo en el despeje y Nolito encontró a Cristian Herrera con un pase que casi siempre resulta mortal, forzado al fallo el atacante por la persecución de Carlos Neva. Intentó animar a los suyos Puertas, que dribló a Martín y conectó con Soro en el área pequeña, sin precisión en el cabezazo el maño.
Mostró inmediatamente después todas sus cartas el técnico rojiblanco, que acudió a Jorge Molina, Bryan Zaragoza y Sergio Ruiz para abrochar el choque. Fue el movimiento con el que Paco López ganó la partida. Alcaraz dio cancha por su parte a Suleiman, una moto de alta cilindrada para profundizar por el costado. Forzó una falta de Ricard que Ekain cabeceó cerca de la madera tras el servicio. Intentó bajar las pulsaciones el Granada y buscar a sus hombres frescos. El más joven, revulsivo habitual, encaró a Javi Vázquez y colgó un centro tan abierto que casi acaba en la jaula. Culebreó después sobre la línea de fondo, pero no halló a un aliado. Solo estaba calentando motores. Los cambios habían venido bien al cuadro granadinista, más sereno, aunque la renta seguía siendo escasa para que ello propiciara la tranquilidad. Por si acaso, Raúl se mantuvo activo, atento en otro disparo de Bogusz.
Entonces, una vez más, apareció Bryan. El malagueño recibió escorado en la banda izquierda y esperó a Poveda. Lo correteó por todo el costado hasta pisar área, donde quebró a Martín con un recorte hacia adentro. Miró al poste largo y allí cruzó el balón, estéril la estirada de Fuzato. Este chico tiene algo especial. Ahora sí había caído el rey ibicenco. Saltó el flash de la cámara incorporada a la atracción y el conjunto rojiblanco volvió a aparecer con una sonrisa en la instantánea, aunque la mueca sería más amplia si hubiera sumado en el Ciutat de Valencia. Es una pareja tóxica para su hincha, pero sigue sin defraudar como anfitrión.
Ficha técnica:
Granada CF: Raúl Fernández; Quini (Ricard, 58’), Miguel Rubio, Ignasi Miquel, Carlos Neva; Víctor Díaz, Bodiger (Sergio Ruiz, 67’), Melendo; Soro (Bryan Zaragoza, 67’), Antonio Puertas (Jorge Molina, 67’) y Callejón (Perea, 58’).
UD Ibiza: Fuzato; Joseda, Martín, Grillo, Javi Vázquez; Cristian Herrera (Kaxe, 79’), Pape Diop (Morante, 84’), Appin, Nolito (Suleiman, 65’); Ekain (Jules, 79’) y Bogusz.
Árbitro: Jon Ander González Esteban, del comité vasco. Amonestó a los locales Bodiger y Bryan Zaragoza.
Goles: 1-0: Víctor Díaz, min. 20; 2-0: Bryan Zaragoza, min. 81.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la 24ª jornada de Liga en Segunda División, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes, ante 13.816 espectadores. Los jugadores del Granada saltaron al campo con camisetas de ánimo al futbolista Rubén Rochina, lesionado de larga duración.