La mejor cara del Granada reaviva la ilusión

Un primer tiempo magnífico del conjunto rojiblanco, de nuevo intenso y voraz, le permitió superar a Las Palmas, que lo obligó tras el descanso a apretar los dientes

Granada CF UD Las Palmas
Puertas persigue el balón durante el encuentro frente a Las Palmas | Foto: Antonio L. Juárez
Chema Ruiz España
0

"Estamos centrados ahora en ser el mejor Granada posible e intentar sacar la mejor de las caras este sábado", expuso a GranadaDigital Raúl Fernández, portero rojiblanco, apenas unos días antes del encuentro entre su equipo y Las Palmas. El plantel granadinista la sacó, lejos de la apatía y la desidia mostrada en sus dos citas previas, con lo que demostró su poderío cuando afina los instrumentos. De nuevo intenso y voraz, el conjunto dirigido por Paco López neutralizó al cuadro canario, ausente en un primer tiempo magnífico de los nazaríes. Se pusieron segundos, dos puntos por encima del cuadro insular y uno por debajo del Eibar, que también tropezó. Evitar esos vaivenes de ímpetu que les hacen mutar en pocos días se antoja necesario de aquí al final de la campaña. Cuando su flechita mira hacia arriba y elevan su concentración, es difícil frenarles.

El del sábado era un duelo directo y los granadinistas mantuvieron la atención. Ni rastro de los despistes de El Molinón o La Romareda, trocados por un vigoroso ejercicio de presión que saturó a su rival. A Las Palmas, equipo meloso con el balón, se le nubló la vista cuando encontró a Uzuni, Puertas, Callejón y Melendo incrustados en mitad de cada línea de pase que le permitiera construir. Petrovic y Bodiger, como perros de presa en la medular, persiguieron a quien se ofreció en apoyo para anular también esta alternativa. En ataque, no fue muy distinto el planteamiento. Del robo a la portería contraria en pocos segundos, con inquina en cada envite. Por eso avisó pronto, generó mucho y golpeó dos veces antes del descanso.

La mejor cara del Granada es así, directa, trabajadora sin balón y demoledora cuando se hace con la posesión. No deja pensar y resuelve de forma vertiginosa. Conecta a sus jugones en línea de tres cuartos y permite correr a Uzuni, que casó bien con Puertas en punta. Levanta atrás un muro, aguerrido en los lances, y minimiza a sus contrincantes. Desnortó a Las Palmas como ha demostrado poder hacer prácticamente con cualquier adversario. Le pasó al Alavés, en su visita a Los Cármenes, o al Albacete, ambos conjuntos también en la pomada por el ascenso.

Pero la versión más eficaz del conjunto rojiblanco es también aquella que sabe sufrir para conservar su ventaja. El tanto de Saúl Coco infundió temor en el Granada, que reculó y protegió los puntos, aunque tuvo que apretar los dientes. Se escudó en tres centrales cuando salió a pista su capitán, Víctor Díaz, y supo contener el empuje visitante, también en defensa con balón. En esta faceta, reluce el fútbol de placeta de Bryan Zaragoza, no solo revoltoso cuando el tiempo apremia y el marcador es adverso, sino también pícaro cuando conviene retener la pelota y parar el juego.

Empero, incluso el perfil más atractivo de este Granada arrastra un lastre pesado en acciones de estrategia. La dificultad del conjunto rojiblanco en esta suerte es manifiesta. No consigue dominarla, ni en su área ni en dependencias de sus rivales. Tras el de este sábado, son siete tantos los que ha encajado en en jugada a balón parado en lo que va de curso, a los que hay que sumar tres desde los once metros. Por el contrario, a su favor ha convertido tan solo un córner, que Víctor Díaz cabeceó contra el Ibiza, y una falta, con la que Perea salvó los muebles frente a la Ponferradina, además de las seis penas máximas transformadas por Uzuni.

Paco López se esmera en resolver el problema, consciente de que puede ser determinante en lo que resta de curso. Los detalles por pulir también juegan un papel decisivo en el tramo final. El conjunto rojiblanco no puede permitirse fallar más, con dos duelos directos por delante. Depende de sí mismo para certificar el ascenso por la vía rápida. Con el triunfo ante Las Palmas, despliega las alas y vuela, reavivada la ilusión en un momento de dudas tras dos derrotas consecutivas. La hinchada coreó convencida. Ahora el reto está en no perder altura.