A este Granada no le queda ni honor (5-1)

El conjunto rojiblanco se desangra en su visita a La Cerámica, donde ofreció una fantasmagórica actuación que el Villarreal castiga con una manita

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Uzuni, con los brazos en jarra, contempla como Sorloth celebra el quinto gol del Villarreal | Foto: LaLiga
Chema Ruiz España
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A este Granada no le queda ni honor. No caben más análisis de este equipo, salvo aquellos, claro, que todavía contemplen el milagro, aunque lo cierto es que parece que ni la intervención divina puede salvar al conjunto rojiblanco, hasta ahora el peor de la historia del club en Primera División. El Villarreal le ha endosado este domingo una manita sin un atisbo de respuesta por parte de la desnortada pandilla granadinista. Sorloth en tres ocasiones, Capoue y Guedes rubricaron la goleada casi sin despeinarse. Corbeanu, ya en el descuento, evitó que el resultado entrara en los anales del combinado local. Cabría el juego de palabras con el sobrenombre del Submarino Amarillo y el hundimiento nazarí, pero la realidad es que los de franjas horizontales se precipitan a Segunda por méritos propios. Por los de la plantilla y por los de quienes conforman su estructura interna. El bochorno de este domingo se extiende a todo el curso. Alexander Medina queda en el alambre y su escuadra, sin aliento.

El Cacique abrigó a su equipo con Hongla entre centrales, a pesar de que el camerunés sintió unas molestias en el calentamiento, pero no importa con cuántas prendas se cubra el Granada porque todas tienen transparencias. El conjunto rojiblanco salió agudo por el costado diestro, incisivo Ricard, mas se trata de un equipo romo. Uzuni intentó repetir el gol que hace apenas un año marcó al Villarreal B en aquel estadio, en esa misma portería, pero el rifle del albanés tiene un desvío en Primera que no siempre domina. Aquella tempranera ocasión fue una mera sombra, una ficción. El Submarino Amarillo, conservador desde el once inicial y afectado por un virus, tan solo necesitó una ocasión para descoser a su rival, que le ofreció tanta resistencia como un flan al cuchillo. De la primera hendidura terminó desangrado.

Para el Villarreal la cita fue un plácido pícnic en una soleada tarde de domingo. Puro relax. Todavía tendía la manta sobre el césped cuando la pelota cayó por primera vez en los pies de Bertrand Traoré, que no había sido titular hasta este partido, pero conserva en sus botas el genio que exhibió años atrás en clubes como el Chelsea o el Olympique de Lyon. Encaró con muchísima tranquilidad a Carlos Neva, contemplativo, hasta que levantó el periscopio y avistó la incursión sin perseguidor de Gerard Moreno. El ariete reventó el travesaño ante la pasividad de Hongla y la pelota fue a parar a Sorloth, también libre en la frontal del área pequeña. Cuando Piatkowski quiso incomodarle, el gigante noruego ya había acomodado la pelota y la había estampado contra la red. 

Los rojiblancos fingieron después tener algo que decir, en un ataque encorajinado que Boyé, tras un defectuoso control de Uzuni, empalmó cerca del poste. No era más que un farol. Acto seguido, Traoré realizó otra danza hipnótica ante Carlos Neva, paralizado por el pausado movimiento del atacante. Fue Parejo en esta ocasión quien penetró indetectable en el área de castigo para asistir en el segundo palo a Sorloth, también sin pareja que le impidiera rubricar el doblete. Apenas sudaban los de amarillo, fantasmagórica la actuación de la banda granadinista. Toda una expresión de inoperancia que rayaba en lo ridículo. Y aún le quedaba lo peor. La tercera cabalgada del extremo burkinés del Villarreal culminó con un duro golpeo con dirección a la escuadra, desviado por la yema de los dedos de Batalla. En el consiguiente córner, Capoue peinó en el primer poste, entre Hongla y Gonzalo Villar, para mandar el esférico de nuevo a las mallas. El Granada, despedazado en apenas media hora.

Alexander Medina se iba quedando sin uñas, y tal vez sin tiempo para conocer más de la ciudad de la Alhambra, mientras observaba al equipo desmoronarse sin intervenir. Sus pupilos desfilaron hacia el vestuario para ver si, al menos, hallaban en alguna taquilla algo de orgullo con el que competir a la vuelta. Regresaron sin embargo los mismos once intérpretes para continuar el esperpéntico espectáculo que algunos granadinistas presenciaban en las gradas de La Cerámica. Sí movió fichas Marcelino, que introdujo a Mandi y a Guedes. El portugués encauzó el primer balón que tocó, tras una internada de Álex Baena por el perfil izquierdo.

En el Granada no quedaba ni honradez para contender en lo que quedaba de encuentro. Lucas Boyé remató en un córner, sin problemas para un Pepe Reina que, ahora en la portería cubierta por la sombra, ya no podía tomar el sol. Tampoco esta acción promovió una reacción rojiblanca. El Villarreal siguió merodeando el área de Batalla con sosiego. El Cacique persiguió una imagen distinta con la introducción de Bruno Méndez y Theo Corbeanu mientras a su adversario se le lesionaba Mandi al poco de entrar. Lo que encontró fue una falta que, tras palmear a córner su guardameta, desembocó en el hat-trick de Sorloth, que enjauló el balón en el saque de esquina posterior. La ola en la grada engullía al conjunto rojiblanco, un cadáver que apesta a Segunda División desde hace tiempo.

El resultado pudo ser aún más abultado, pese a que el Villarreal desconectó con antelación, vista puesta en sus compromisos europeos. Józwiak, Melendo y Puertas entraron de una tacada, más por agotar los cambios que por la existencia de alguna opción real. Se acercaron los nazaríes al área de Reina, motivado Corbeanu. Se apuntó el segundo disparo a puerta de los suyos en una falta y, ya en el descuento, el estéril tanto granadinista. La salvación del Granada es poco menos que una quimera. Le quedan once jornadas para obrar lo que nadie ha conseguido hasta ahora. O cambian mucho las cosas, o será un tortuoso camino para su afición.


Ficha técnica:

Villarreal CF: Pepe Reina; Kiko Femenía, Yerson Mosquera, Eric Bailly [Mandi, 46’ (Lekovic, 63’)], Alberto Moreno; Bertrand Traoré (Morales, 73’), Parejo, Capoue, Álex Baena (Manu Trigueros, 63’); Sorloth y Gerard Moreno (Gonçalo Guedes, 46’).

Granada CF: Augusto Batalla; Ricard, Piatkowski (Bruno Méndez, 63’), Martin Hongla (Theo Corbeanu, 63’), Ignasi Miquel, Carlos Neva; Sergio Ruiz, Gonzalo Villar (Melendo, 81’); Pellistri (Józwiak, 81’), Myrto Uzuni y Lucas Boyé (Antonio Puertas, 81’).

Goles: 1-0: Sorloth, min. 7; 2-0: Sorloth, min. 19; 3-0: Capoue, min. 32; 4-0: Guedes, min. 47; 5-0: Sorloth, min. 66; 5-1: Theo Corbeanu, min. 91.

Árbitro: Juan Luis Pulido Santana, del comité canario. Amonestó al local Capoue, así como a los visitantes Piatkowski y Ricard.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la 27ª jornada de Liga en Primera División, disputado en el Estadio de La Cerámica, ante 15.826 espectadores.







Comentarios

Un comentario en “A este Granada no le queda ni honor (5-1)

  1. Cada partido que juegan (por decir algo), añoro más a Diego Martinez