Alcohol, una estampida y un menor herido en el parque Tico Medina

Un chico de 14 años fue trasladado al Hospital Clínico San Cecilio tras el suceso, en una suerte de 'macrobotellón' que congregó a centenares de jóvenes

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Los hechos tuvieron lugar en un espacio descampado anexo al parque Tico Medina, en Granada | Foto: C. R. E.
Chema Ruiz España
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Son las 21:25 horas de un radiante sábado en el parque Periodista Tico Medina y, mientras el sol empieza a esconderse, despierta una suave brisa que invita a enfundarse una rebeca. No perturba a las decenas de familias y grupos de jóvenes que apuran el crepúsculo despreocupados, muchos de ellos todavía tumbados sobre el césped que lo caracteriza. Hay niños jugando al fútbol, algunos vecinos pasean a sus mascotas y otros trotan para ponerse en forma. Todo en orden, una tarde primaveral como otra cualquiera que toca a su fin, pero que torna en suceso con un giro brusco. Irrumpe en la calma una estampida de adolescentes, centenares, que salen desde el túnel que, por debajo de la autovía, conecta con un espacio descampado anexo. "¡Que viene la Policía!", gritan en su huida, cargados de bolsas de plástico y vasos de tubo a medio beber. Uno de ellos, de 14 años, abandona el lugar media hora después en ambulancia, herido tras una reyerta.

La confusión cunde rápidamente. Nadie comprende qué sucede, de dónde salen ni por qué huyen tantos jóvenes, en su mayoría menores de edad en apariencia. "Yo diría que había más de 500 personas", señalan fuentes presenciales a GranadaDigital. Las bebidas alcohólicas, los vasos tirados y las bolsas de plástico en manos de los adolescentes en carrera revelan una suerte de 'macrobotellón', en una zona que parece convertirse en punto de concentración de estas fiestas desde hace semanas, pero el motivo de la desbandada va más allá. Varias llamadas de testigos al servicio de Emergencias 112 arrojan luz: alertan de que un chico ha resultado herido durante una reyerta. En concreto, aseguran que ha sido apuñalado.

Una ambulancia traslada al menor herido hacia el Hospital Clínico San Cecilio | Foto: C. R. E.

Una ambulancia traslada al menor herido hacia el Hospital Clínico San Cecilio | Foto: C. R. E.

El paso de los minutos no despeja el desconcierto. Se forman corrillos que comentan lo sucedido entre murmullos y notas de voz de WhatsApp, en torno a la entrada del túnel. A unos metros, un joven parece ajeno a la historia, enfrascado en un mal de amores. "¡Que está hablando conmigo y con otro a la vez, hermano!", lamenta con un compañero de penas. Las luces de un coche de la Policía Nacional que tuerce por un angosto camino de tierra para llegar al lugar devuelven al chaval al momento. "¡Agua, agua!", grita en un sprint, ante la atónita mirada de un hombre que, incrédulo, continúa con su serie de sentadillas. "Nos han dado aviso para que vengamos, pero no nos han dicho por qué. No tenemos ni idea de lo que nos vamos a encontrar ahí. ¿Tú sabes algo?", responden desde el vehículo a preguntas de este periódico, antes de enfilar el corredor de donde seguían manando adolescentes.

Era el cuarto coche del cuerpo policial que arribaba al lugar, junto con una ambulancia, desplazados todos los medios por el centro coordinador. "Ha sido entre menores de edad", argumentan los primeros agentes en llegar, como argumento para no ofrecer detalles sobre lo sucedido. Los sanitarios trasladan al servicio de Emergencias 112 sus "sospechas" de que, en efecto, el joven podría haber sido herido con un arma blanca, si bien desde el cuerpo de Policía Nacional aseguran no tener constancia de que así fuera. "Tenía la cara como si le hubieran 'torteado'", relataba un testigo a algún conocido en una videollamada, mientras la ambulancia procesionaba hacia el Hospital Clínico San Cecilio, donde fue trasladado el menor herido. Al otro lado del parque, un chico descarga rabia con una papelera, a la que patea hasta tumbarla.

El desfile de jóvenes continúa, más sosegado. También rula la historia por redes sociales, con mayor o menor precisión en función de los eslabones que recorrió el rumor hasta llegar a la pantalla. Las manecillas del reloj se acercan a las 23:00 horas al paso de las decenas de adolescentes que todavía quedaban por la zona, quienes en su marcha, con ganas de más, jalean a los coches al cruzar la calle y se empujan hacia la carretera a modo de broma. El alboroto ocasionó daños colaterales. "Disculpen, ¿han visto una bicicleta de BMX negra? Es que me la han robado", va preguntando un muchacho. En el jaleo, un vaso de tubo medio lleno cae al suelo frente al Museo Memoria de Andalucía, donde una chica vomita mientras es atendida por otro vehículo sanitario. La fiesta se acabó.