Resumen 2022 | Otro año en que el fútbol y el baloncesto granadinos no conviven en la élite

El descenso del Granada CF y el ascenso del Covirán marcan un 2022 inolvidable para David Valero, Carlos Rodríguez y Carlos Garach

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Granada cierra un año marcado por el ascenso del Covirán y el descenso rojiblanco | Foto: GD
Ainoa Morano | Chema Ruiz España
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El calendario de 2022 pasa su última página y también el deporte hace balance, a la vez que anota sus propósitos para el venidero 2023. Baja el telón el año en que Granada corroboró que su fútbol y su baloncesto no pueden convivir en la élite, por mucho que las cábalas y el contexto parezcan conducir hacia un estatus deportivo privilegiado. Debe de existir una suerte de ley física que, como a imanes del mismo polo, los hace repelerse entre sí, un conjuro que propicia las desdichas del club en mejor posición y evita que los aficionados de sendas disciplinas sonrían a la par. El ascenso del Covirán, que devuelve a la ciudad a lo más alto del baloncesto español, y el descenso del Granada CF, que supone el fin del ciclo más exitoso en los anales del club, protagonizan el recap anual en el plano deportivo, pero en el trayecto se intercalan historias granadinas brillantes y grandes citas a los pies de la Alhambra.


Granada CF

Un inicio eufórico y un descenso traumático

En clave granadinista, el 2022 comenzó con un impulso eufórico. Robert Moreno había comprendido antes de las vacaciones de Navidad que debía rectificar en su planteamiento, lo que permitió al conjunto rojiblanco iniciar una secuencia de resultados magnífica. En enero, con Álex Collado incorporado a la plantilla desde el primer entreno, prorrogó la racha durante dos citas más, una de ellas ante el Barça en Los Cármenes, que despertaron la ilusión. El Granada había empezado la segunda vuelta de la Liga a siete puntos de Europa, los mismos que le distanciaban de la quema, lo que difuminaba en la memoria el paupérrimo arranque de curso.

El mercado invernal avivó las expectativas, con un gran desembolso que llevó a Los Cármenes, además de al citado Collado, a Myrto Uzuni, Njegos Petrovic, Dani Raba y Matías Arezo, pretendido este último por nada menos que el Atlético de Madrid. Machís, en cambio, hizo las maletas para recalar en el Charlotte, en una operación incluso comunicada por el club rojiblanco que, sin embargo, terminó frustrada por los antecedentes policiales del venezolano. Tuvo que regresar al grupo y vivir con él una caída en picado que nada pudo frenar. Tras el empate contra el Barcelona, el cuadro nazarí enlazó hasta ocho jornadas consecutivas sin catar la victoria. La penúltima de esta serie de fechas infructuosas, en Mestalla, le costó el puesto a Robert Moreno, bien entrada la noche.

Le sustituyó de forma interina Rubén Torrecilla, que, con su salto provisional al primer equipo, inició una carrera desesperada por salvar la categoría. Por delante, once encuentros para defender un margen reducido a tan solo un punto sobre el corte del descenso. Aunque perdió en su debut, ganó una vida extra con una victoria en casa del Alavés y un empate frente al Rayo Vallecano. Se le agotó después de una contundente goleada del Levante a Los Cármenes, que supuso un giro brusco. Pocas horas después de que se convocara su rueda de prensa previa al encuentro intersemanal contra el Atlético de Madrid, el club comunicó su destitución y la contratación de Aitor Karanka. 

El vitoriano aportó tranquilidad y cierta normalidad al conjunto rojiblanco, refrendadas con resultados. Ocho puntos de doce en juego, entre los que se incluyó un 2-6 en casa del Mallorca, hizo posible la salvación en cualquiera de las dos últimas jornadas. Falló, no obstante, en el Benito Villamarín y en su estadio frente al Espanyol, lo que, unido al resto de resultados, descolocó a las estadísticas y supuso su descenso a Segunda División. Fue el fin del ciclo dorado de la historia del Granada, aquel que inició Diego Martínez en la categoría de plata y llegó a los mejores estadios de Europa.

Terremoto y reconstrucción

El desastre consumado dio paso a varios días de un silencio tenso. Tanto, que acentuó la inquietud y provocó la movilización de los aficionados del Granada, en contra de la propiedad del club y su cúpula en la entidad nazarí. Fue el caldo de cultivo de todo un terremoto institucional, mayúsculo al coincidir con la salida del presidente del club del holding empresarial DDMC, a la que pertenece. Javier Aranguren, abogado de la entidad y enlace con la propiedad, tomó las riendas de la reconstrucción granadinista. La dirección deportiva fue destituida y también Patricia Rodríguez, hasta entonces directora general. Llegaron Alfredo García Amado, quien la sustituyó, y Nico Rodríguez, que asumió el cargo que ostentaba Pep Boada al frente de la gestión deportiva. Ambos formaron tándem, respaldados por Sophia Yang, la nueva presidenta.

La llegada de la nueva cúpula en el Granada supuso una serie de cambios en la estructura interna, que fue moviéndose mientras la plantilla se ajustaba al descenso. Buena parte del vestuario que vivió el descenso hizo las maletas, algunos conocedores de que disponían de buen cartel en Primera. Las marchas de Luís Maximiano, Luis Suárez y Luis Milla supusieron los mayores ingresos de la historia del club en lo que a traspasos se refiere. La de Domingos Duarte, aunque el futbolista estaba bien valorado, no fue tan rentable, debido a una cláusula que reducía el precio de su liberación en caso de descenso a apenas un millón de euros.

Mientras ellos salían, llegaban a Los Cármenes futbolistas que volvían a ilusionar a la hinchada afición. Nico Rodríguez confió en Karanka, a quien parecieron faltarle un par de partidos para salvar la categoría, el reto de devolver al equipo a Primera y comenzó a fichar Bodiger inició un carrusel que fue tomando velocidad con el paso de las semanas. El club construyó una defensa nueva por medio de la ‘operación Milla’, que llevó al Granada a Miguel Rubio e Ignasi Miquel en propiedad, así como a Cabaco y Jonathan Silva bajo un préstamo con opción de compra. André Ferreira y Raúl Fernández completaron el cupo de porteros; Sergio Ruiz, Meseguer, y Melendo hicieron lo propio en la medular. Arriba, solo dos incorporaciones, las de Perea y Callejón, pero una de ellas, la del motrileño, la que más entusiasmo despertó. La hinchada se volcó en su presentación, a rebosar la Plaza del Carmen.

Bipolaridad rojiblanca y una concesión por resolver

El inicio de la temporada fue otra inyección de ánimo para la afición rojiblanca. Tres victorias consecutivas en sendos encuentros hacían vaticinar un ascenso directo y una superioridad acentuada en Segunda División, pero la segunda salida en Liga desdibujó el espejismo. El Andorra avisó de los problemas que acompañarían al Granada lejos de su estadio, falto de gol, y el Eibar le aplicó un severo correctivo. El juego era pobre y una secuencia de tres jornadas seguidas sin ganar pusieron a Aitor Karanka contra las cuerdas. Le salvó una ‘manita’ contra el Sporting, a pesar de que los resultados venideros expusieron la bipolaridad del conjunto rojiblanco, una sombra a domicilio del que juega en el Zaidín. La derrota granadinista en Oviedo, con un hombre más sobre el campo durante casi una hora, acabó definitivamente con la etapa del vitoriano en el banquillo de Los Cármenes.

Le sustituyó Paco López, con una propuesta futbolística muy distinta de la de su antecesor y de la de Mauricio Pellegrino, la otra alternativa que barajó el Granada. Se estrenó con un triunfo en Copa que no permitía extraer conclusiones, pero los encuentros posteriores presentaron a un equipo incisivo, veloz y con una eminente vocación ofensiva. Una imagen distinta que, sin embargo, todavía no se traduce en un triunfo lejos de casa. Ha ganado en Los Cármenes a Albacete, Alavés y Burgos, ha empatado en Málaga y ha perdido en Leganés, Lugo y, de nuevo, Oviedo. Esta última salida, que fue el encuentro de clausura del 2022 rojiblanco, supuso la eliminación de la Copa del Rey, así como la confirmación de que lo que le sucede al cuadro nazarí más allá de los términos de su provincia es un mal endémico. Aun así, despide el año en playoff, después de recortar puntos al ascenso directo.

Todo esto sucedía a la par que la parcela interna del club trabajaba para cerrar junto al Ayuntamiento un acuerdo de cesión a largo plazo del estadio Los Cármenes que le permita reformarlo y añadirle estructuras con las que explotarlo económicamente. El primer paso fue plasmar la prórroga del convenio habitual, por un año, que pusiera en orden la situación durante esta temporada. El segundo, la apertura por parte del Ayuntamiento de Granada de un concurso público para la cesión. Con esto, el acuerdo parecía concretarse, pero las condiciones reflejadas en el pliego del concurso escamaron al Granada, que presentó alegaciones. Todavía se estudian, tal vez porque nada en la ciudad puede tener una resolución rápida. El suspenso es inevitable en este 2022 para el club rojiblanco.

Filial y Femenino

El Recreativo Granada se vio envuelto por la inestabilidad que giraba en torno a la primera plantilla rojiblanca. El filial granadinista sufrió un cambio de entrenador en pleno curso, llamado a filas Torrecilla. Juan Antonio Milla tomó el relevo y salvó la categoría. Fue octavo, a diez puntos del playoff, con cinco de ventaja sobre la promoción de descenso. Remozó su plantilla en verano y firmó un inicio aceptable en el ejercicio, con un triunfo en Cádiz y hasta tres empates que le mantuvieron invicto en las cuatro primeras jornadas ligueras. Sin embargo, todo se torció y encadenó siete derrotas consecutivas que lo pusieron colista en la jornada 11. Ganó al Torremolinos y fijó un punto de inflexión, desde el que solo ha conocido la victoria. Una sorprendente dinámica positiva que le impulsa de cara al año venidero y que le ha sacado del farolillo rojo.

En la sección femenina del club, el conjunto rojiblanco comenzó el año con una gran cita en Los Cármenes. Se enfrentó al Betis en Copa de la Reina, en la tercera ronda del campeonato, arropado por su hinchada. Una oportunidad histórica, que, sin embargo, no se saldó con el pase nazarí. El cuadro granadinista fue eliminado tras perder por la mínima contra el plantel bético, con lo que las jugadoras de Roger Lamesa se pudieron centrar en la carrera por el ascenso.

Las posibilidades de alcanzar la élite del fútbol femenino se le escaparon un año más, intratable el Alhama, pero el trabajo hecho durante el curso fue refrendado con la continuidad del técnico al frente del equipo. También prorrogó su estancia buena parte del núcleo del vestuario, que recibió fichajes que lo apuntalaron, como el de Naima. Reformada la organización competitiva por enésima vez, el Granada Femenino firmó un arranque dubitativo en la Primera Federación, en la que no encuentra la regularidad aún, pero sólido en Copa. Ganó al Málaga por la mínima y luego se cargó tanto al Levante Las Planas como al Betis, ambos de Liga F. La venganza contra las verdiblancas, además, se jugó en Los Cármenes. A la vuelta de las vacaciones, espera el Alavés en los octavos de final.


Covirán Granada

Un año histórico de sueños cumplidos

El 2022 quedará grabado para siempre en la memoria de todos los aficionados rojinegros y en la historia del Covirán Granada. Si el año ha tenido un protagonista claro a nivel deportivo, ese ha sido el conjunto de Pablo Pin. El año que ya termina, se antojaba especial para la entidad granadina, no solo por ser el décimo aniversario de su creación, sino también por las expectativas creadas en la campaña anterior. El casi ascenso ante Breogán marcaba el 2022 como un punto de inflexión, la campaña que decidiría el futuro de un equipo llamado a hacer historia, llamado a cumplir un sueño que acabaría haciéndose realidad, eso sí, no sin antes sufrir un poco.

El año comenzó con la pandemia del coronavirus aún haciendo mella en la sociedad y en lo deportivo. Lejos quedan ya esos aplazamientos forzados de partidos que obligaban a los equipos a reestructurar todo calendario y a hacer frente a los encuentros con más jugadores en la sala de enfermería que en la pista. El Covirán fue uno de los muchos conjuntos que tuvo que atravesar por semanas casi imposibles de superar. Sin embargo, el equipo dirigido por Pablo Pin supo sobreponerse a todos los inconvenientes sobrevenidos para convertir, poco a poco, la idea de disputar la Copa Princesa, en realidad y el ascenso en un sueño cada vez más factible. Los meses pasaban, la rivalidad entre los rojinegros y Movistar Estudiantes por alcanzar y mantener el liderato era trepidante. Cada victoria aupaba aun más a un plantel granadino increíblemente superior al resto de equipos de la LEB Oro. 

Siendo ya líderes de la tabla, aterrizó en Granada Ramón Vilá, un refuerzo más que necesario para afrontar los últimos meses de competición. Ya en abril, el destino del Covirán Granada comenzó a vislumbrarse cada vez más ilusionante. En esas, llegó la Copa Princesa. El Covirán Granada visitaba por primera vez en su historia el Wizink Center. La pista que tantas veces habían pisado los mejores equipos y jugadores de España, Europa y del mundo, ahora albergaba la final entre granadinos y madrileños. La emoción era evidente y las ganas por conseguir el título incalculables. Sin embargo, el destino quiso que el Covirán regresase a casa con las manos vacías, la copa se quedó en Madrid. Un derrota que, vista con la perspectiva que concede el paso del tiempo, fue lo mejor que le pudo ocurrir al plantel rojinegro.

Apenas una semana después, los de Pablo Pin volvían a visitar a su rival directo por el ascenso, esta vez en liga regular. Aun quedaban demasiadas jornadas para acabar la temporada, pero todo hacía pensar que, el ganador de aquel duelo, sería quien acabaría alcanzando la soñada ACB. El Covirán Granada consiguió la deseada revancha y el liderato. El resto casi es historia. No sin antes perder algún partido que "debería ganarse" y sin hacer las dichosas cuentas por el ascenso, los granadinos llegaron a la cita que durante diez años habían esperado.

13 de mayo de 2022. La afición acude en masa al Palacio de Deportes. Más de 8.000 personas para presenciar el partido que marcaría la historia del baloncesto granadino. El Covirán venció a Almansa en un encuentro simplemente brillante de todos los jugadores rojinegros. La felicidad y las lágrimas por al fin conseguir la recompensa a todo el trabajo de los últimos años inundaron la pista granadina. El Covirán Granada era equipo de ACB. 

Con la emoción del ascenso ya pasada, tocaba ponerse manos a la obra para confeccionar la plantilla que lucharía por la permanencia en la Liga Endesa. Tocó despedir a Edu Gatell, Germán Martínez, Joan Pardina y James Ellisor y dar la bienvenida a Dejan Todorovic, Cristiano Felicio, Luke Maye y Alex Renfroe. Con un bloque consolidado de LEB Oro, cuatro fichajes y Pablo Pin como director de orquesta desde el banquillo, la entidad granadina emprendió su viaje por la máxima categoría del baloncesto español. El estreno en la ACB no pudo ser mejor y eso que la pretemporada de los granadinos no invitó al optimismo en un primer momento. Victoria ante Fuenlabrada y fuera de casa. Las expectativas aumentaban por momentos. Con el paso de las semanas, el runrún de la Copa del Rey se hacía más fuerte, una futura ilusión que la cruda realidad se encargó de derribar a base de golpes.

Las lesiones de Luke Maye y Cristiano Felicio, la eterna recuperación de Dejan Todorovic y la no continuidad de Prince Ali, que llegó a principios de temporada para suplir al alero serbio en la rotación, sumado al exilio del Palacio que el equipo ha tenido que sufrir en ciertos momentos de la presente campaña y las cuatro derrotas consecutivas que acumulan, hacen que el final del año se antoje algo desalentador para el Covirán Granada. Aun así, aunque la racha que el club atraviesa en estos momentos no sea la mejor, no se puede olvidar el magnífico año que la familia rojinegra a regalado a todos sus aficionados. La incansable fuerza, coraje y fe del equipo jornada tras jornada en la LEB Oro, aquella noche del 13 de mayo o las cinco victorias en ACB que los granadinos suman en su casillero, son motivos más que suficientes para despedir el 2022 con orgullo y con la sensación de que Granada tiene mucho baloncesto por regalar y, sobre todo, que el 2023 deparará los mejores resultados a un equipo que, sin duda, se merece todo lo bueno que le ocurra de aquí en adelante.


Raca Granada

Un final poco deseado

La felicidad vivida en el 2022 por el baloncesto masculino contrarresta por completo por el final de año que sufra el baloncesto femenino de la ciudad. El 2022 termina, desgraciadamente, con el Raca Granada retirado de la Liga Femenina 2 por falta de apoyos económicos, un final que poco o nada tiene que ver con lo que se vivía hace tan solo 12 meses atrás.

El inicio de año del conjunto rojillo fue, cuanto menos brillante. Con la recién creada Liga Femenina Challenge en marcha, las de Maribel Piñar galopaban jornada tras jornada hacia las primeras posiciones de la tabla. Con el Palacio de Deportes como su nueva casa, las granadinas se postulaban como firmes contendientes por el ascenso a la Liga Femenina Endesa, llegando incluso a vencer a un poderoso rival como el Barça CBS. La actuación del Raca Granada en la temporada regular fue brillante, finalizando en cuarta posición y convirtiéndose en equipo de Playoff para luchar por el ascenso.

Tras vencer al Osés Construcción Ardoi en los cuartos de final del Playoff, las rojillas estaban cada vez más cerca de hacer historia. Su siguiente rival sería el Recoletas Zamora, pero la suerte no estuvo del lado de las granadinas en la semifinal. Punto y final a una temporada de ensueño y a la última campaña del baloncesto femenino de la ciudad en la élite nacional. Con la llegada del verano, los vientos comenzaron a soplar en contra de Raca Granada. Maribel Piñar abandonó la disciplina rojilla y su lugar lo ocupó su segundo entrenador, hasta el momento, Julio Molina. Los problemas económicos comenzaron a florecer poco después con el descenso obligado del plantel granadino a la Liga Femenina 2. La antesala de los que estaría por llegar.

Con una plantilla totalmente renovada, Raca Granada buscó crecer nuevamente desde abajo para, en un futuro, volver a repetir esa temporada que las llevó a lo más alto. Sin embargo, los resultados no acompañaron y el final más indeseado por cualquier club acabó llegando. Los problemas económicos ahogaron a un Raca Granada que anunció el pasado mes de noviembre su retirada de la LF2. La falta de apoyos económicos detonaron un proyecto que aspiraba a llevar el baloncesto femenino de la ciudad a la élite. 2022 se despide si su equipo femenino y ahora el futuro de esta parcela deportiva es cuanto menos incierta. 


Copa del Rey Granada 2022

El baloncesto ha sido uno de los grandes protagonistas del panorama deportivo de la ciudad, no solo por el ascenso del Covirán Granada a la ACB, sino también por la celebración de la Copa del Rey en el Palacio de Deportes. Los ocho mejores equipos de la Liga Endesa se dieron cita en el pabellón del Zaidín para luchar por el título del torneo del KO.

Aquellos días de febrero, la ciudad se convirtió en el epicentro del baloncesto nacional. Las calles cambiaron sus nombres para adoptar títulos de puramente baloncestísticos como 'La vida puede ser maravillosa' o 'Los pívots no la saben meter'. Los bares acogieron a todos los visitantes con ofertas especiales por la celebración de la competición y el centro de la ciudad se convirtió en el lugar soñado de todo aficionado con actividades, espectáculos y exposiciones fotográficas. El Palacio de Deportes también cambió su imagen y sus instalaciones para recibir a los miles de aficionados que acudirían a la ciudad de la Alhambra para apoyar a sus equipos. Más localidades, un nuevo vídeo marcador y un nuevo parqué para acoger la competición más emocionante del baloncesto nacional.

Real Madrid, Barcelona, Joventut, Valencia Basket, UCAM Murcia, Baxi Manresa, Lenovo Tenerife y Río Breogán regalaron a sus aficionados cuatro días de puro baloncesto, aunque sin duda, uno de los momentos más bonitos y emocionantes, fue el ya habitual encuentro de aficiones. Cientos de seguidores se dieron cita en la Plaza de Bib-Rambla para hermanarse y celebrar por todo lo alto la gran fiesta del baloncesto. Finalmente, la Copa del Rey se la llevó el Barcelona en una nueva final ante el Real Madrid de Pablo Laso. Sin duda, la celebración de la Copa del Rey fue la antesala de lo que ocurriría meses después con el Covirán Granada y de los equipos que volverían a pisar el parqué del Palacio. El 2022 ha sido el año del baloncesto granadino y, quien sabe si el 2023, deparará una nueva elección de Granada como sede del Torneo del KO.


Más fútbol y fútbol sala

Historias de la Copa

Sin cambiar de pelota, pero sí de categorías, el auténtico protagonista del año ha sido el Huétor Tájar. El conjunto panciverde se clasificó para la Copa del Rey y participó en el torneo del KO por primera vez en su historia, al ser uno de los siete mejores segundos clasificados en Liga en Tercera RFEF. Todo un sueño para el modesto club granadino y la localidad, que recibió al Albacete en un rebosante Miguel Moranto para disputar el partido más importante en los 80 años de historia de la entidad. Puso contra las cuerdas al cuadro manchego y lo llevó a la prórroga, pero, una vez en el tiempo extra, no logró apear a un equipo tres categorías superior.

La Copa del Rey, pero de fútbol sala, fue también la meta del Sima Granada. Se escaparon las posibilidades del perseguido ascenso, pero el conjunto nazarí consiguió asegurar su presencia en la edición del presente curso del torneo. El viaje, sin embargo, acabó pronto. El cuadro dirigido por Rafa Romero fue eliminado en la segunda ronda eliminatoria del campeonato, en la que se enfrentó al Mengíbar en tierras jienenses.


Polideportivo

El año de David Valero, Carlos Rodríguez y Carlos Garach

Balones al margen, el 2022 será recordado por los granadinos David Valero, Carlos Rodríguez y Carlos Garach. El primero de ellos continuó marcando hitos en su dilatada carrera sobre una mountain bike. Ganó por primera vez una prueba de la Copa del Mundo y escaló hasta el número uno del ranking mundial. El propio ciclista bastetano reconoció en una entrevista con GranadaDigital que mejorar los resultados que ha cosechado en este año "es complicado", aunque advirtió de que "no es imposible". Carlos Rodríguez, por su parte, vivió en 2022 su gran salto deportivo, hasta convertirse en uno de los mejores escaladores del ciclismo nacional. Pasó de ganar su primera etapa profesional a proclamarse campeón de España en ruta. Y llegó La Vuelta, en la que acarició el podio después de recibir el cariño de su gente a su paso por Granada.

Garach, por último, empieza a proyectar un futuro ilusionante. Cerró el año con una brillante actuación en el Mundial absoluto de Natación en Piscina de 25 metros, en el que obtuvo dos plazas de semifinalista, batió tres récords autonómicos, uno absoluto y dos de 18 años. Los mejores resultados de un nadador andaluz en una prueba individual en un campeonato mundial absoluto en los últimos 9 años. Fue la guinda, pero no todo el pastel. Antes había sido sexto de Europa en 1.500 libres, campeón del mundo júnior en la misma modalidad, campeón del mundo júnior en los 800 metros libres y se hizo con la mejor marca histórica en los 3.000 libres.

Sin suerte en atletismo

La suerte, sin embargo, no ha sido la misma para los atletas granadinos. María Pérez e Ignacio Fontes se volvieron del Mundial de Oregón sin medalla, como también lo hizo Alberto Amezcua. Del Europeo de Munich tampoco regresaron con metal, a pesar de que se incorporó a la expedición Dani Rodríguez. La marchadora de Orce, eso sí, puede narrar con una sonrisa cómo pulverizó el récord de España en los 5.000 metros marcha a principios del mes de mayo.

La tenista Nuria Párrizas sí esbozó una mueca de alegría al entrar por primera vez en el top 50 de la WTA, después de competir en el Open de Australia, aunque más tarde, en el ATP de Monterrey, se quedó a las puertas de la final. En tenis de mesa, José Manuel Ruiz obtuvo el bronce en el Open de Francia y vivió con entusiasmo la celebración del Mundial de la disciplina en Granada, en el Palacio de Deportes. "Si soy campeón del mundo aquí en mi casa, en Granada, me plantearía la retirada", expuso en una entrevista con GranadaDigital, aunque no consiguió el hito en una cita que la ciudad acogió con los brazos abiertos.

Al margen, fueron emergiendo triunfos granadinos en un amplio espectro de disciplinas deportivas. La esquiadora Ana Alonso se colgó la plata en la Copa del Mundo de Esquí de Montaña, mientras que Daniel Franco y Lidia Calvente se proclamaron campeones de España de bádminton y natación en aguas abiertas, respectivamente. Álvaro Fernández Arcas hizo lo propio, pero en el Europeo de powerlifting, y el maracenero Jonathan Orellana, en el Campeonato del Mundo de Lucha.

Y el 2023 mantiene altas las expectativas, gracias a talentos granadinos a los que se les adivina un porvenir exitoso. Con cinco años, Eric Luzón ya ha sorprendido al panorama ajedrecístico andaluz y nacional. Es todo un 'Gambito de Dama' en Vegas del Genil. En motor, Abraham Shelvis empieza a acercar su sueño de competir en Fórmula 1. A sus ocho años, se convirtió en el andaluz más joven en lograr un campeonato de España de karting. Prometen buenas noticias.